¿Por qué las suspensiones multilink son mejores?

Te contamos cuales son los beneficios que presenta este sistema, que se encuentra disponible cada vez en menos autos de nuestro mercado. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Si sos un asiduo lector de Parabrisas, habrás leído en más de una prueba, que el periodista que “testea” el auto en cuestión, se muestra contento o como mínimo satisfecho, al encontrarse con una suspensión trasera multilink. 

Pero, ¿Porque se aprecia tanto este esquema en un auto? 

En primera instancia tenemos que saber cuál es el objetivo de las suspensiones.  

Si pensabas, que solamente estaban allí para mantenerte cómodo en tu butaca mientras vas por el empedrado porteño, estás equivocado. El objetivo que busca todo ingeniero al diseñar una suspensión eficiente, es que la misma, mantenga la rueda pegada al piso en todo momento. 

Si el neumático no está en contacto con el suelo, de modo permanente y conservando el parche de contacto de la forma más uniforme posible, no podremos ni frenar, ni acelerar, ni doblar como corresponde. 

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En este aspecto las suspensiones multibrazo (sinónimo en español de multilink) son mucho más eficientes que una típica barra de torsión, ya que cada rueda se moverá de forma completamente independiente de las demás. 

No existirán movimiento parásitos molestos y tanto la caída, como la convergencia ideal que debe tener cada rueda, se mantendrá casi sin variaciones, aún yendo por terreno irregular. 

Todo esto nos brinda fundamentalmente seguridad, que es lo que nos interesa.  

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Pero encima, como si fuera poco, otorga un confort de marcha mucho más elevado en todo tipo de terrenos. Esto se siente fundamentalmente en el firme desparejo.

Si a esto le agregamos brazos (también conocidos como parrillas) de material liviano, como puede ser el aluminio, reduciremos la masa no suspendida y nos encontraremos en una situación ideal. 

Entonces, ¿Por qué los fabricantes no utilizan este esquema en todos los vehículos? 

Básicamente por un tema de costos. 

El ejemplo más claro y lamentablemente repetido, es el del Volkswagen Vento. En su primera generación llegó a la Argentina con una calidad excelente y una suspensión trasera multibrazo. En su segunda generación, incorporó el básico y poco eficiente sistema de barra de torsión. A mitad de vida, de su segunda generación, retornó a las ruedas traseras independientes. 

Presenciando la puesta en escena de la tercera generación (evento que se realizó la semana pasada), Volkswagen vuelve increíblemente al eje trasero semirrígido. 

Esta decisión que tomo la marca, no hace mas que confirmar las pocas intenciones que tiene de conservar a sus clientes. 

Informarle al público los aspectos negativos y positivos de los productos es nuestro trabajo, el cual ya está cumplido. 

Ahora simplemente, queda ver cómo reaccionara el mercado. 

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