Más allá de que ya lo habíamos visto en diferentes ensayos sin camuflaje, finalmente Toyota presentó la nueva generación de Land Cruiser, uno de sus SUV más lujosos de la gama.
Aun así, las novedades no sólo fueron para los seguidores del sport utility, sino también para aquellos que miran con buenos ojos la Hilux y el SW4. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: algunos elementos revelados en el Land Cruiser, los veremos en la próxima generación de la pick-up y su hermano SUV.
En primer lugar, se encuentra la plataforma modular TNGA-F, la misma que posee varios modelos de la marca con otras derivaciones como Corolla, RAV-4, C-HR, entre otros.
Esta base daría vida a los sucesores de los modelo producidos en la terminal de Zárate, e incluso a las próximas generaciones de Tundra, Tacoma y 4Runner, hermanos que tanto Hilux y SW4 tienen en algunos mercados como el estadounidense. Otro detalle a tener en cuenta con esta plataforma es la posibilidad de contar con sistemas de propulsión electrificados.
Continuando con el lado mecánico, es importante mencionar que Land Cruiser cuenta el nuevo motor 3.5 V6 biturbo de 415 CV y 66,3 kgm de torque, asociado a una transmisión automática de 10 velocidades o el inédito propulsor 3.3 V6 turbodiésel de 310 CV y 71,4 kgm de torque. Este impulsor podría estar presente en algunas versiones de las próximas Hilux o SW4, incluso en alguna variante desarrollada por la división deportiva Gazoo Racing.
A su vez, el nuevo Land Cruiser viene equipado con una suspensión adaptativa y un elevado nivel de seguridad, aunque habrá que ver cuáles de estos elementos estarán presentes en la nueva familia Hilux y cuáles quedarán como exclusivos del SUV de lujo.
