Con la llegada del invierno el frío se hace sentir y afecta incluso a nuestros autos. Es por eso que les brindamos una serie de sugerencias para su mantenimiento:
El primer punto de la lista de partes del vehículo a chequear es la batería, ya que es la más sensible a las bajas temperaturas. Estas hacen que su rendimiento baje considerablemente y, en condiciones de bajo cero grados, sólo rinda un cuarto de su potencia. Lo recomendable es comprobar el estado, la antigüedad, los polos, el voltaje del circuito y la corriente de arranque en frío. En caso de duda, lo mejor es cambiar la batería.
Con respecto a los neumáticos, lo ideal es cambiarlos por unos de invierno que tienen que tener un mínimo de 4 milímetros de profundidad para ser efectivos, frente a los 1,6 mm de los de verano. Estas cubiertas combinan materiales que consevan su flexibilidad incluso a bajas temperaturas.
Por el lado de la iluminación, es fundamental su chequeo en estos días donde la visibilidad disminuye porque son más cortos y oscuros. Además pueden presentarse factores tales como la niebla, la luz difusa o la nieve que hagan que ésta empeore. Hay que tener en cuenta también que unos focos demasiado altos no solamente deslumbran a los conductores que vienen en sentido contrario, sino que incluso empeoran la propia visibilidad.
En cuanto al parabrisas, las bajas temperaturas lo afectan notablemente, sobre todo si se empaña rápido. Es importante limpiarlo por fuera y por dentro y se aconseja cambiar los limpiaparabrisas viejos, que dejan marcas y enturbian la visibilidad.
Otro de los aspectos a considerar es el uso de anticongelantes: el hielo en el sistema de refrigeración causa daños en el motor, es por esta razón que hay que comprobar en el taller que haya suficiente. Por otra parte, es recomendable también líquido lavaparabrisas de invierno, porque protege frente al hielo y porque es más efectivo con la suciedad de esta estación del año. Y existen además líquidos especiales para las juntas de goma de las puertas, para evitar que se congelen.
Durante el invierno también hay que comprobar el nivel de aceite y hacer regularmente un cambio para que se mantenga la capa protectora. Si el aceite es viejo, pueden fijarse sustancias perjudiciales como agua, lo que en caso de hielo causa problemas con el motor. Lo mejor son aceites totalmente sintéticos con una viscosidad que se adapte al frío y al calor.
Tampoco deben faltar en el automóvil una serie de complementos útiles. Entre estos un rascador para hielo, guantes y una lámina para el parabrisas, así como una manta gruesa para protegerse del frío en caso necesario.
