Toyota Corolla SE-G CVT

Por René Villegas - El sedán mediano más vendido de Argentina por fin adoptó el control de estabilidad: de serie en toda la línea 2017, que estrena nuevo frontal y sutiles cambios en el interior. Mantiene los puntos positivos de siempre, los mismos que lo convirtieron en un referente mundial. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

No hay dudas de que Corolla es un ícono. Lleva cinco décadas de historia, a través de once generaciones, por las que atravesó numerosos cambios, no sólo para aggionarse a cada época desde el punto de vista estético, sino también a diferentes modas, tecnologías y costumbres.

Nunca fue un producto rupturista –en la marca entendieron que los cambios deben ser medidos para mantener el éxito–, pero sin temores a dar algún que otro volantazo de ser necesario. La undécima generación de Corolla se presentó en Argentina hace tres años, y fue una de las más atrevidas en lo que a cambio de estilo se refiere. Abandonó las líneas clásicas y algo aburridas, por unas más dinámicas y modernas. El éxito en el mercado fue decididamente en aumento, captando un público más amplio.

Sin embargo, desde aquel momento tuvo una deuda importante: la ausencia del control de estabilidad, herramienta común a varios de sus competidores, al menos entre los más equipados. Saldando deudas, la gama 2017 lo incorpora en toda la línea, que también agrega siete airbags de serie. Se fabrica en Brasil y se beneficia por un renovado diseño frontal y otros detalles.

Nueva identidad

A pesar de que en varias oportunidades Toyota intentó imponerle dotes deportivas a Corolla bajo las series especiales S o XRS en otras generaciones, el aspecto señorial se mantuvo a flor de piel hasta el fin de la décima generación.

Tres años después de aquel cambio, e influenciados por el programa de automovilismo deportivo que lleva el nombre de Toyota Gazoo Racing a todos los países del mundo donde la marca compite de manera oficial, Corolla ganó un aspecto bastante más llamativo y hasta deportivo.

En el paragolpes delantero el primer golpe de vista va hacia las falsas tomas de aire verticales de los extremos, comunicadas entre sí por una generosa grilla plástica en tono oscuro. A su vez, la parte color carrocería del paragolpes también agrega protagonismo, cedido por una nueva parrilla un tanto más pequeña. Las ópticas, más finas, le dan el toque futurista por su definición interna. Adoptan tecnología de iluminación bi-Led con excelente respuesta nocturna (antes solo para las bajas), y nuevas luces diurnas.

No hay alteraciones en los laterales, y en la cola son mínimos. Allí se retocó la distribución interna de los faros, que a su vez cuentan con la parte superior cromada, terminación que se volvió más sutil en la moldura central de la tapa de baúl. Existen nuevos diseños de llantas, y en este SE-G el rodado ganó una pulgada: abandonó las de dieciséis, por unas vistosas de diecisiete con detalles en negro.

Equipo Plus

La ventaja más trascendental que ofrece el nuevo Corolla está en algo que no se ve a simple vista: la adopción de elementos de seguridad. Controles de estabilidad y tracción, asistente al arranque en pendientes y siete bolsas de aire son de serie para todas las versiones. Se agregan a los ganchos para sillas infantiles Isofix, que su vez cuentan con tecnología Latch con anclajes superiores.

Este incremento en seguridad es más que bienvenido, pero no por ello pasa a ser un referente en la materia, al menos en esta versión SE-G. Algunos de sus competidores equivalentes, como el Chevrolet Cruze LTZ+ o Ford Focus Titanium, disponen de ayudas como detector de carril, o sistemas anticolisiones. Algo similar sucede en la dotación de confort, completa pero con algunas ausencias, como los sensores de estacionamiento (delanteros y traseros) o el techo corredizo.

Cambios internos

Una particularidad, reservada para el tope de gama SE-G de este sedán, era la tonalidad beige de los tapizados, que incluso invadían parte de los paneles de puertas y plancha de a bordo. Quienes no estaban de acuerdo con tal combinación, pueden quedarse tranquilos: desde ahora el interior en esta variante full se viste con accesorios y símil cuero oscuro, detalle que lo rejuvenecen.

Con un panel de a bordo decididamente frontal y recto, mantiene materiales de correcta factura. Sobre los extremos hay nuevas salidas de ventilación, circulares, mientras que la central multimedia ahora es la misma que equipan las Hilux de producción nacional. Si bien es un sistema más moderno, que adopta TV Digital Abierta y conserva Bluetooth, cámara de retroceso y GPS, el hecho de poseer todos los comandos táctiles no lo hace del todo práctico e intuitivo. Además, muestra cierta lentitud a la hora de presionar cualquiera de las “teclas”. Si hablamos de comandos, también fue renovado el del climatizador, que incorporó tecnología bizona.

En el resto Corolla no cambió: buena posición de manejo con reglajes eléctricos para la butaca del conductor, comodidad en las plazas traseras y piso totalmente plano, garantizan confort a toda prueba. El baúl, con 470 litros, no es de los más amplios del segmento, mientras que en este full, la rueda de auxilio sigue siendo de dieciséis pulgadas.

Saca pecho

La parte motriz ha sido siempre una garantía en las casas japonesas, y debido a su fiel reputación, el 2ZR-FE de 1.8 litros (140 CV y doble apertura variable de válvulas) no es la excepción. No tiene turbo, inyección directa, ni complejas soluciones electrónicas que complicarían su existencia en el futuro.

Cuenta con lo justo y necesario para ser eficiente y entregar buenas sensaciones. Las prestaciones son más que lógicas para su potencia: orilla los doscientos kilómetros por hora de velocidad máxima y alcanza los cien kilómetros por hora en 10,3 segundos. Los consumos resultan contenidos, principalmente en ruta, donde a 130 km/h gira a 2.500 rpm. También se advierte elástico, y prueba de ello son los 6,7 segundos para pasar de 80 a 120 km/h.

Allí entra a jugar la transmisión automática CVT, que cuenta con siete velocidades preseleccionadas y levas para el pasaje manual detrás del volante. Salvo pequeños retardos, el funcionamiento resultó adecuado, aunque como toda caja de variador continuo, no se caracteriza por entregar sensaciones deportivas en el manejo.

Las suspensiones siguen un concepto acorde, y no son de lo más eficientes a altas velocidades. Están configuradas para obtener un óptimo confort de marcha, transmitiendo solidez.

Sin embargo, puede que, al menos con estos neumáticos, la sensación de confort haya disminuido levemente con respecto a otros Corolla previos.

Tanto la dirección, como así también los frenos, funcionaron correctamente. En cuanto a la insonorización, a partir de 120 kilómetros por hora percibimos leves interferencias eólicas en el habitáculo.

Alma de líder

A 493.600 pesos el Toyota Corolla SE-G CVT tiene un valor competitivo con respecto a la competencia, aunque muchos de sus competidores llevan motores más potentes y modernos (ver “Otros en su clase”). Probablemente Corolla sea uno de los vehículos con mejor reputación del mercado por su probada durabilidad y solidez, que lo han convertido en referente y líder del segmento.

De todas formas, creemos que esta variante full no es la mejor alternativa dentro de su oferta. La opción más austera XLI (o los intermedios XEI), con la misma mecánica y nivel de seguridad, se ofrecen desde 358.900 pesos, con transmisión manual de seis velocidades. Motivos para seguir siendo imbatible no le faltan.

FICHA TÉCNICA TOYOTA COROLLA