Renault Kwid vs. Fiat Mobi

Por René Villegas - Enfrentamos el nuevo producto del rombo con su par más cercano del mercado. Componen la oferta de menor precio de la Argentina, con bajo consumo, equipamiento digno y dotes típicamente citadinas. ¿Qué resignan frente a vehículos más grandes? Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Según cada región, los requerimientos, posibilidades y necesidades de un cliente que busca un automóvil para uso diario varían considerablemente. En América del Norte, los autos más demandados son los que aquí consideramos grandes, o del segmento D. En Europa, los compactos o medianos suelen tener mayor aceptación. Influyen también el poder adquisitivo medio y la estabilidad monetaria, que en ese aspecto permiten ciertas libertades.

El Mercosur debería contar con una posición intermedia en el aspecto de preferencias automovilísticas. Pero contamos con una realidad económica mucho más débil que otras regiones. Esto determina que el auto más vendido de Latinoamérica sea un compacto del segmento B económico: en 2017 fue el Chevrolet Onix. A su vez, los Ford Ka, Renault Sandero, Toyota Etios o Volkswagen Gol, entre otros, no escapan a un concepto similar.

La llegada del Volkswagen Up! en 2014, cambió algunos planes de producción. Hizo que el segmento de los autos citadinos retomara el auge de los noventa. Fiat se sumó desde 2016 con Mobi, establecido como una alternativa más pequeña y económica al Uno. En ese momento, Renault se interesó en el Kwid indio, hecho que tras algún tiempo de desarrollo se hizo realidad a fines del año pasado. De estos tres productos que se fabrican en Brasil, los dos últimos se parecen mucho más de lo que podríamos imaginar a simple vista. Pero… ¿les alcanza para cumplir con los requisitos que el usuario busca en un auto?

Los chicos por fuera

Promocionado como el SUV de los autos chicos, Kwid tiene un diseño que advertimos muy llamativo. Con un importante logo de marca y parrilla, la trompa tiene ópticas pequeñas y un formato cuadrado, aunque elevado.

La musculatura presente en los guardabarros traseros, junto a una línea de cintura ascendente, evocan robustez, aspecto que junto al pasarruedas y la zona baja de paragolpes en plástico negro, le proporcionan algo de espíritu todo terreno.

Sin embargo, no estamos frente a la opción “aventurera” de Kwid, que tendrá en el futuro una variante Outsider con este estilo. No dejaremos de mencionar que tiene un único limpiaparabrisas y tres bulones por rueda, señales evidentes de ahorro.

A Mobi ya lo conocemos; no obstante, es la primera vez que nos subimos a uno con nivel de equipamiento Easy. Estéticamente, con respecto al Way sólo pierde los artilugios aventureros, como fenders laterales, barras de techo o aplique de plástico en el frontal. Si hablamos del diseño general, demuestra un poco más de carácter en la trompa, y lateralmente se destaca por la presencia de líneas rectas. No nos olvidamos del portón trasero de vidrio, una solución poco agraciada. Las llantas de aleación son exclusivas del pack Top.

En dimensiones, el Renault es 124 milímetros más largo y logra una distancia entre ejes 118 milímetros mayor. A su vez, el Fiat le responde con un ancho y alto superior, en 54 y 31 mm, respectivamente.

Confort a bordo

El primer punto crítico del Kwid está en la posición de manejo, ítem donde los conductores se enfrentarán a un volante sin posibilidad alguna de regulación. El de su par de marca italiana la tiene en altura, mientras que la pedalera está ubicada en una posición de mayor profundidad, lo que permite viajar más relajado. Pero las sendas butacas carecen de reglaje en altura.

Los tableros de instrumentos son pequeños, y en el Mobi los cuadrantes están apretados. Sin embargo, al de Renault le hace falta un toque de modernidad, principalmente al display de la computadora de a bordo. En el panel central se beneficia con el sistema Media Nav, con pantalla táctil de 7”, que muestra navegador, cámara de marcha atrás y el útil Eco Coaching, una aplicación que ayuda a realizar una conducción más eficiente.

En tanto, el Fiat propone una alternativa diferente. Por 2.800 pesos extra al precio del pack Top, está disponible el sistema Live On, un dispositivo que convierte a nuestro smartphone en una pantalla táctil, siempre tras descargar la aplicación indicada y conectarlo mediante Bluetooth y USB.

Si bien su operatoria es un poco engorrosa y no del todo práctica, posibilita operar diferentes mapas (Google Maps, Waze, Etc), reproducir música, recibir o realizar llamadas, cambiar la sintonía de la radio y hasta controlar un gráfico de conducción ecológica, todo desde el celular. Al quitarlo, sólo se puede utilizar la radio desde el comando satelital y con funciones básicas. En el panel no queda ningún tipo de comando.

En lo referido a la calidad de los materiales, están parejos. Incluso -si hilamos fino-, ostentan mejor percepción visual que algunos modelos de mayor tamaño y precio.

Habitables hasta ahí

No hay dudas que fueron creados como vehículos de uso ciudadano. Entendemos que sus clientes serán personas solteras, parejas jóvenes, o aquellos que busquen un segundo auto para la familia.

En ese ámbito, la utilidad de estos vehículos de tamaño reducido es una ventaja importante, pero hay que poner en consideración que no podrán realizar más de la cuenta en lo referido a espacio interno. Con un conductor de talla alta, el espacio disponible en las plazas traseras queda limitado (en ambos modelos por igual) a personas adultas.

Los beneficios de Mobi al emplear muchos de los componentes del Uno, le proporcionan mejor distancia libre para las cabezas en las plazas traseras, mientras que los cinco centímetros extra en el ancho de la carrocería son notorios: en el Kwid es normal rozar los codos con nuestro acompañante. Menos aún fueron pensados para que tres ocupantes viajen atrás.

Sin ningún tipo de dudas, donde Kwid se lleva la delantera es en la capacidad del baúl. Los 290 litros son más que suficientes para llevar el equipaje de una pareja, algo que no consigue el modelo de Fiat, con espacio reducido y una boca de carga demasiado alta.

También se destaca en materia de seguridad, merced a la adopción de airbags laterales que se agregan a los frontales y anclajes ISOFIX, de serie en los dos exponentes.

De un litro

Esa es la capacidad volumétrica que obtienen estos motores, que sin embargo son muy diferentes entre sí. El del Fiat es un motor de vieja data; se trata del Fire 1.0 que equipó en Brasil a innumerables modelos de la marca, aunque para nosotros es relativamente nuevo. Tiene cuatro cilindros y un funcionamiento suave y sereno. La potencia máxima se establece en 70 CV, cuenta con árbol de levas a la cabeza, ocho válvulas, y logra un funcionamiento al menos objetable: demoró casi 17 segundos para llegar a los cien kilómetros por hora. La caja manual de cinco velocidades tiene comando un poco gomoso, y no se lleva bien al exigirla, momento en el que los cambios no entran con total naturalidad.

En el Kwid, la mecánica tiene sus particularidades. De origen Nissan, este motor de tres cilindros, con doble árbol de levas (comandados por cadena) y doce válvulas, desarrolla tan sólo 66 CV a 5.500 rpm. Es rumoroso y emite un silbido permanente que se intensifica al acelerar, pero entrega prestaciones más eficientes que el Mobi. Por ejemplo, al cero-cien lo realizó en 14 segundos. Asimismo, obtiene una decorosa agilidad en el tránsito urbano.

A pesar de las diferencias de concepto de los impulsores, los consumos son similares y muy destacables en la ciudad, donde superan la marca 12 kilómetros por litro de nafta. En autopista son económicos, pero circulan a muchas revoluciones, lo que produce también elevadas cifras de sonoridad.

Es elocuente que sus puntos a favor estén lejos de la ruta. Allí sufren con los vientos laterales, mientras que la acción de superar a un vehículo más lento llevará su tiempo. Al frenar tienden a perder la línea, efecto que, de no tener ABS con repartidor de fuerza de frenado, los haría difícil de controlar. Para peor, tienen discos delanteros sólidos, por lo que podrán fatigarse con mayor rapidez.

Por todo esto, el hábitat está en la ciudad, sitio en el que el Mobi es un poco más amigable ante pozos o cunetas, frente a la mayor firmeza del rival. El del rombo tiene dirección eléctrica, una ventaja con respecto a la hidráulica y algo pesada del Fiat. Sin embargo, los radios de giro no son todo lo reducido que podríamos esperar.

Las ofertas

Fiat Mobi Easy arranca con un valor de $ 239.200, que se elevan a $ 253.700 con el pack Top y a $ 256.500 con el agregado del sistema Live On, tal como aparece en esta nota. El Renault Kwid arranca en los $ 223.800 de la variante Life, y llega hasta los $ 249.200 del Iconic aquí graficado.

Si hablamos de otros posibles rivales, el Volkswagen Up! Move cuesta 264.000 pesos, pero tiene menor equipamiento. La opción High, comparable en dotación, se ofrece a 293.000: un valor elevado. A su vez, existen otros exponentes de marcas de origen chino, como los Chery QQ Comfort ($ 225.900), o Geely LC GL, con motor 1.3 de 85 CV ($ 234.900).

Todos son modelos chicos, pensados para un uso urbano y sin pretensiones familiares. Respecto a un auto del segmento superior, resignan espacio, comportamiento y potencia, con una diferencia de precio poco justificable. Por ejemplo, un Chevrolet Onix Joy LS+ tiene un precio de lista de 257.000 pesos (bonificado en la página de la marca durante enero a $ 224.900), mientras que un Renault Sandero Expression Pack se vende a $ 263.300.

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