Es importante remarcar que el nombre, de por sí, es engañoso. El C4 Cactus está basado en la plataforma del C3, la misma que utiliza el Peugeot 208. Es el primer Citroën verde, pero el término lo adopta por emplear materiales reciclados para formar algunas de sus piezas. Se trata de un crossover, con un aspecto más que llamativo. Está a la venta en Europa desde al año pasado y llegará a la Argentina en el mediano plazo.
Si bien tiene ideas de SUV pequeño, no tiene un formato que lo identifique completamente con esta definición, sino que se adapta mejor al de “aventurero”. La plataforma del C3 fue estirada para lograr una distancia entre ejes de 2,60 metros, similar a la de cualquier modelo del segmento C. La idea de la marca gala fue crear un auto innovador y que llame la atención, con aspecto todoterreno, pero manteniendo un bajo costo, práctico y muy habitable. En el Salón de Ginebra de 2014 fue cuando se dio a conocer al mundo. Mide 4,16 metros de largo, 1,73 de ancho y 1,48 de alto.
Citroën finalmente logró un carácter aventurero, adaptando mecánicas eficientes y obteniendo espacio suficiente para familias, pero evitaron caer en el recurso del auto low cost al extremo. Soluciones bien logradas, ya que a simple vista esa característica no se percibe. Según la marca, al diseñarlo se utilizó un criterio similar al del 2CV, modelo al que no imita con respecto al diseño general. Las osadas partes plásticas (se denominan Airbumps) delanteras, laterales y traseras pueden elegirse en cuatro tonos oscuros y ofician de protectores que evitan dañar la carrocería ante impactos a baja velocidad, debido a la capacidad de absorción del material, mientras que las ópticas delanteras incorporan el formato dividido, similar a las del C4 Picasso. El parante C es una clara definición de estilo, que no lo termina de encolumnar al diseño por el lado de los SUV pero tampoco en el extremo de los monovolúmenes.
Puertas adentro, la austeridad es un poco más palpable. El tablero de instrumentos se compone de una simple pantalla monocromática, y si bien el diseño tiene una cuota de modernidad, se vislumbra algo espartano. En equipamiento ofrece lo justo y necesario, destacándose una gran pantalla táctil en el centro de la plancha y el techo traslúcido en las variantes full. En cuanto al espacio, una familia podrá acomodarse bien en el interior, aunque las ventanillas traseras se abren de forma pivotante. El baúl tiene 358 litros.
Los motores que utiliza en el viejo continente son dos: un tricilíndrico de 1,2 litros nafta con potencias de 82 o 110 CV si se lo equipa con turbocompresor, ambos con caja de cinco marchas manual o robotizada, y otro diésel HDI 1.6 de 92 CV con caja manual de sexta.
Se fabrica en la planta de Villaverde, España, factoría que ya tuvo que aumentar la producción para satisfacer la demanda. Con ese pronóstico, y la sabida aceptación que los pseudo todo terreno tienen en Brasil o la Argentina, la llegada del C4 Cactus está cada vez más cerca. En su país de origen los valores arrancan en 15.950 euros, un precio que lo despega de otros modelos de bajo costo y lo empareja con algunos medianos.
Se estima que a nuestro país llegue a fines de 2016, y el precio deberá ser la clave. En ese contexto entra a jugar otro de los puntos importantes, ya que en un principio se especuló con que podría arribar proveniente de España, pero con una planta trabajando al límite, sumados a los impuestos por provenir de extrazona, complicarían tal pronóstico. Citroën fabrica al C3 y al C3 Picasso/Aircross en Brasil; llegado el caso podría producir al C4 Cactus, que utiliza la misma base. Además, podría adoptar otros motores, más al gusto y necesidades de la región.
Desde aquí esperaremos unos meses más para sumar confirmaciones. Lo que sí es seguro es que habrá un nuevo crossover dentro del segmento de los pequeños todoterreno. Y no va a pasar inadvertido.
