Ambrosio Luis Taravella

"Taravella se dedicó especialmente al desarrollo de máquinas y motores para aviación. Pero también produjo un avanzado V8 para autos que fue la base sobre la que se fabricaron otros motores, también en V, de 2, 4 y 6 cilindros en Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado, en Córdoba."

Redacción Parabrisas

Lleva su nombre el aeropuerto internacional de Córdoba como justo homenaje a su fecunda labor en la industria aeronáutica y del automóvil auténticamente nacional. El que sería uno de los precursores de la aeronáutica argentina y, a juicio del que esto escribe, el mejor ingeniero proyectista de aviones y de motores a explosión de nuestro país, Ambrosio Luis Taravella, nació en la ciudad de Saladillo, en la provincia de Buenos Aires, el 19 de abril de 1893 y, como cita en su obra Setenta Años de Servicios Aeronáuticos (Ediciones Culturales Argentinas, Buenos Aires, 1982), a los 20 años de edad comenzó a trabajar como mecánico en la naciente Escuela de Aviación Militar y pocos años después ya era jefe de los talleres de reparación y mantenimiento de aviones de dicha institución. Cabe consignar que fue decisiva para la carrera profesional de Taravella la entrevista que tuvo con el célebre aviador Jorge Newbery en 1911, que por aquel entonces era presidente del Aero Club Argentino y director general de Alumbrado de la ciudad de Buenos Aires.

Taravella tenía una gran pasión por los aviones y los motores y cursó estudios universitarios en Francia, donde recibió el título de ingeniero aeronáutico  en la Escuela Superior Nacional de Aeronáutica y Construcciones Mecánicas de París, promoción 1922.

La labor de Taravella en la aviación argentina y en el desarrollo de máquinas y motores fue muy larga e ininterrumpida, y en este artículo nos concentraremos en su avanzado motor V8 para automóviles. A principios de 1953, cuando ejercía la presidencia de la república el general Juan Domingo Perón, Taravella presentó a la dirección del I.A.M.E. (Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado), en Córdoba, un proyecto de construcción de motores a combustión interna enfriados por aire, cuyo objetivo principal era reemplazar los diversos tipos de motores que en esos momentos construía, por una familia de motores de cuatro tiempos, livianos para aviación, semipesados para la industria automotriz y pesados para la industria en general, y cuyas potencias podrían variar de acuerdo con las necesidades. El plan de desarrollo se aprobó con la condición de que todos los diseños fueran íntegramente nacionales.

El block de dicho motor estaba realizado en semiblocks de dos cilindros, lo que permitía una variedad de motores en V de 2, 4, 6, y 8 cilindros (concepto modular), abriendo una variedad de cilindradas y potencias de acuerdo con la configuración usada.

Taravella escribe que el 7 de abril de 1954 el primer motor V8 fue puesto en marcha en el Laboratorio de Ensayos de Motores del Instituto Aerotécnico, dependiente del I.A.M.E. y se lo llevó paulatinamente hasta un régimen de 2.000 rpm, inscribiéndose en planillas adecuadas las mediciones efectuadas. Dos días después se lo puso en marcha nuevamente y se realizaron ensayos que totalizaron unas 50 horas de funcionamiento.

Este motor V8, enfriado por aire de 3.0 litros y 120 CV a 4.450 rpm, fue instalado en el Coupé Grand Sport Institec realizado con plástico reforzado que fue presentado en la edición número 42 del Salón del Automóvil de París en agosto de 1955, y que aparentemente no retornó al país, desapareciendo misteriosamente. Este V8 también se instaló en el Justicialista Grand Sport V8 del mismo año, que está en nuestro país y es exhibido con frecuencia. La planta motriz V8 a 90 grados opera con una relación de compresión de 7,5 a 1 y tiene un sistema de encendido por doble ruptor Mallory, con bujías Champion. El avance al encendido inicial es de 25 grados antes del PMS (Punto Muerto Superior). La alimentación corre a cargo de cuatro carburadores dobles Solex 30 AAI y el sistema de refrigeración es por aire impelido por un ventilador axial.

El ingeniero Taravella falleció en la ciudad de Córdoba el 3 de marzo de 1988, a la avanzada edad de 95 años. Su obra, no muy difundida, contribuyó de manera excepcional al prestigio que la Argentina alguna vez supo conseguir en el terreno de la (propia) tecnología mecánica de avanzada.

El autor desea expresar su reconocimiento a las autoridades de la ciudad de Saladillo por su valiosa contribución para la redacción de este trabajo.

En esta Nota