Citroën C4 Cactus: primeras impresiones

Por Alejandro Cortina Ricci Manejamos durante más de 300 kilómetros el singular crossover de la marca del doble chevron. En este breve contacto te contamos nuestras sensaciones a bordo del modelo que ya está a la venta en la Argentina. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El encanto de la topografía y paisajes del norte argentino son siempre buena excusa para sentarse en la butaca del conductor y comenzar a tomar apuntes de un auto nuevo. En este caso, del Citroën C4 Cactus, modelo que acaba de ponerse a la venta en el país y trae consigo una propuesta muy particular.

Si bien un breve contacto de dos días no son suficientes para evaluarlo en profundidad, los 300 kilómetros que recorrimos por las provincias de San Juan y La Rioja sirven para transmitir nuestras primeras impresiones acerca del crossover fabricado en Madrid (España), sobre la plataforma PF1 del Grupo PSA, la misma que utilizan los Peugeot 301 y Citroën C-Elysée.

Diseño y espacio interior

Sin duda una propuesta distinta, arriesgada, que va a dividir opiniones. Muchos se preguntan ¿Qué es? ¿Un SUV? ¿Un hatchback? Más allá de las etiquetas, sus recursos estilísticos son novedosos. Ofrece estética “aventurera” en la que se destacan los airbumps (una suerte de colchón de aire que cubre las puertas laterales y están orientados a mitigar golpes), las barras en el techo, llantas de 17 pulgadas y unos llamativos faros de leds. Su carrocería, con trazos redondeados mide 4,16 metros de largo y su distancia entre ejes de 2,60 metros dan cuenta de un razonable espacio interior.

Puertas adentro, la calidad percibida es buena y se aprecia un marcado estilo minimalista que acapara la decoración de la plancha de a bordo y paneles de puertas: el instrumental es todo digital (no tiene cuenta vueltas), mientras las manijas de apertura interna son de cuero, emulando la de una cartera o maletín. El detalle curioso es la guantera: esta se abre hacia arriba sobre la superficie del panel de a bordo, motivo por el cual los airbags frontales están concentrados en el techo, al lado de los parasoles.

Las butacas delanteras son mullidas y cuentan con respaldos anchos. Encontrar la posición ideal de manejo es tarea sencilla, ya que tanto el volante como la butaca se regulan en altura: esta última, cuenta además con calefacción.

Atrás todos los ocupantes disponen de tres apoyacabezas y cinturones inerciales de tres puntos. La altura hasta el techo es generosa del mismo modo que el espacio para estirar las piernas.

Sin embargo, el punto en contra radica en la plaza central (reducida) y que el sistema de apertura de las ventanillas es pivotante: se abre apenas parcialmente, generando una sensación de claustrofobia. El baúl, en tanto, cuenta con 358 dm3 de capacidad de carga y debajo del piso aloja una rueda de auxilio de uso temporal.

Motor y desempeño

Desconocido en nuestro mercado, bajó el capó del Citroën C4 Cactus se emplaza un pequeño motor 1.2 de 110 caballos que trabaja asociado con una caja automática con convertidor de par y modo secuencial de seis velocidades (Aisin), conjunto mecánico que nos sorprendió gratamente.

En ruta, donde conducimos gran parte del recorrido, este propulsor de tres cilindros, 12 válvulas con inyección directa y turbo responde enérgicamente desde la zona baja del cuentavueltas. La caja automática de origen nipón es muy eficaz y no presenta vicios: prueba de ello es su buena respuesta al momento de realizar sobrepasos. Cuenta con un modo Sport y otro para nieve (que estira el paso de marchas para mejorar), pero no dispone de levas en el volante.

Sólo pudimos medir el rendimiento del motor a 130 km/h. En este caso, según la computadora de a bordo, puede recorrer unos sorprendentes 16,9 km/l.

El confort de marcha es agradable y el esquema de suspensiones es bien mullido. Esa característica hace que al tomar curvas en altas velocidades en ocasiones la carrocería (que pesa apenas 1.050 kilos) tienda a inclinarse levemente.

Durante los tramos donde la calzada de la ruta no presentaba las mejores condiciones o al transitar por el característico ripio de los parque nacionales Ischigualasto y Talampaya, notamos cierta aspereza en el tren trasero.

Cuenta con tracción delantera y una transmisión con asistencia eléctrica que ofrece mucha suavidad para maniobrar en espacios reducidos y se va endureciendo a medida que se aumenta la velocidad, pero no es de las más directas.

Según los datos de fábrica, el C4 Cactus puede alcanzar una velocidad máxima de 188 km/h. Eso se debe, en gran parte, al bajo peso de su carrocería (apenas 1.050 kilos) y al correcto coeficiente aerodinámico, de 0,32.

Como dijimos anteriormente, este breve contacto de 300 kilómetros no sirve para evaluar en profundidad su desempeño, pero si para conocer a grandes rasgos qué se trae este llamativo modelo de Citroën que ya comenzó su preventa en la Argentina: cuesta 448 mil pesos y ofrece una garantía de dos años sin límite de kilometraje.

FICHA TÉCNICA Y EQUIPAMIENTO