¿Por qué a mayor velocidad se incrementa el riesgo?

El Centro de Experimentación Investigación Vial de la Argentina realizó un operativo para comprobar el peligro de pisar el acelerador más allá de lo recomendado. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El equipo de Seguridad Vial de CESVI Argentina llevó a cabo un operativo en el que comprobó que una diferencia de 20 km/h no modifica los tiempos de traslado en automóvil, pero sí aumenta considerablemente las posibilidades de sufrir un siniestro.

La experiencia, realizada con tres Citroën C4 Lounge de las mismas características, incluyó un circuito citadino y otro mixto. Tanto por la ciudad como por autopista, se pudo constatar que, a mayor velocidad, se ganan pocos minutos y aumenta considerablemente la posibilidad de tener un incidente de tránsito. El ejemplo dado por el mencionado centro de investigación indica que la diferencia entre circular a 130 o 110 km/h en un recorrido de 107,5 kilómetros sólo permite ganar 8 minutos e incrementa un 33% los riesgos.

Para el caso del circuito mixto, el equipo recorrió tres veces (ida y vuelta) un mismo trayecto del Obelisco a Pilar. Allí los tres autos intentaron mantener una velocidad constante de 90, 110 y 130 km/h en autopista y las máximas permitidas en las avenidas General Paz, Leopoldo Lugones y 9 de Julio. Fueron tramos de 107,5 kilómetros.

El C4 Lounge que iba a 130 km/h corrió un riesgo del 70%, mientras que el de 90 km/h fue de 40,70% y el de 110 km/h, 37,55%. En resumen, el que anduvo a 130 completó el recorrido 13 minutos antes que el auto que llegó último. Queda claro entonces que ir a mayor velocidad no hace ganar tanto tiempo e incrementa considerablemente el peligro.

Para tener una medida del riesgo se ponderaron las siguientes maniobras: frenadas (15% de riesgo), frenadas bruscas (35%), cambio de carril (10%) y adelantamiento por izquierda y por derecha (10% y 30% respectivamente).

En ciudad, se emplearon dos Citroën que trataron de mantener una velocidad constante de 40 km/h y 60 km/h, y recorrieron tres veces (ida y vuelta) un trayecto de Av. Del Libertador y Comodoro Rivadavia hasta la Plaza San Martín, Retiro (21,5 km).

La conclusión más concreta es que el vehículo que circuló a 60 km/h completó el recorrido 12 minutos 40 segundos antes que el que iba a 40 km/h, pero el que circulaba a mayor velocidad asumió riesgos por un 52,40% mientras que para el otro fue de 34,35%.

Más allá de infringirse una norma, aumentar la velocidad también afecta considerablemente a la conducción y al vehículo en distintos aspectos:

-Visión periférica: el campo visual del conductor se achica y sólo comienza a prestar atención a lo que pasa adelante.

-Distancia de frenado: el tiempo que tarda el conductor en percibir, reaccionar y comienza a frenar es de aproximadamente 1 segundo. Por ejemplo, si un conductor que va a 90 km/h y frena a fondo, recorre aproximadamente 70 metros hasta detener su vehículo a cero. Mientras que el vehículo que circula a 110 km/h recorrerá 98 m y el que circula a 130 km/h avanzará 131 m hasta detenerse completamente.

-Comportamiento estructural: cuando se supera una cierta velocidad, no hay estructura que resista un impacto, tanto sea de frente como de lateral.

"Está claro que las altas velocidades tienen una implicancia muy grande en los siniestros de tránsito graves. Para que un choque se convierta en fatal no necesitamos velocidades extremas como 180 o 200 km/h. En caso de sufrir una colisión, por cada incremento de 40% de velocidad la energía se duplica, así como también las consecuencias en cuanto a la destrucción generada. Por otro lado, las posibilidades de generar una maniobra efectiva se ven reducidas por el incremento de distancias recorridas en el momento de la reacción del conductor. En muchas de nuestras investigaciones en siniestros de tránsito, producto de la velocidad, los conductores involucrados no llegan ni siquiera a accionar el pedal de freno", explicó el subgerente de Seguridad Vial de CESVI, Gustavo Brambati.

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