El resonante caso conocido como Diesel Gate (en el que Volkswagen alteró un softweare para aprobar los test ambientales) dejó al descubierto el problema que desde su creación, hace ciento veinte años, pone un cono de sombra sobre los propulsores alimentados a gasoil: la producción de gases contaminantes.
A VW le siguieron otras marcas, pero el Diesel Gate trascendió las compañías, tanto que en los estrados científicos se volvió a instalar la duda sobre conveniencia de seguir utilizando este tipo de tecnología.
El debate no tuvo un final claro, aunque algunas marcas lo anticipan. Volvo es una de ellas. La compañía sueca (actualmente en manos del grupo chino Geely) anunció que dejará de fabricar motores Diesel a partir de 2023.
El CEO de la compañía, Hakan Samuelsson, explicó que tal decisión se debe a los altos costos de desarrollo que tiene esta mecánica para cumplir los límites legales de emisiones de óxido de nitrógeno: “Llevamos tiempo vaticinando el fin de los Diesel y cada vez estamos más cerca de que sea realidad, al menos en lo referente a los autos nuevos”.
Mientras tanto, la casa nórdica aseguró que seguirá trabajando para hacer más eficientes los motores gasoleros que produzca y aquellos que circulan. Vale aclarar que el 90 por ciento de los Volvo XC90 que se venden en Europa utilizan este tipo de mecánicas.
Por el lado de los camiones, Volvo Trucks ha lanzado su nueva Campaña de Mantenimiento 2017 junto al Contrato Blue con el objetivo de facilitar el correcto mantenimiento del vehículo y disminuir las paradas imprevistas.
Volvo ve en la propulsión eléctrica la tecnología que, eventualmente, ocupe el lugar de los Diesel, impulsando el desarrollo de la plataforma MEP (Modular Electrification Platform) que se convertirá en la principal fuente de producción de vehículos de la marca a nivel global en 2020. La primera prueba en el terreno comercial la dará en China, mercado en el cual Volvo comercializará el primer modelo de este tipo en 2019.
Vale agregar que Mercedes-Benz también manifestó su intensión de abandonar la producción de motores Diesel.
