¿Por qué los autos pierden valor?

Te contamos los factores que atentan directamente contra la devaluación de tu vehículo. Cómo moderar el inevitable paso del tiempo.

Redacción Parabrisas

Es importante entender que no hay que pensar en un auto como una inversión económica. Sí hay que elegir el modelo de acuerdo a las necesidades y preferencias de cada uno para obtener el máximo rédito posible. De todas formas, hay una serie de detalles que nos puede permitir aliviar la inexorable devaluación o, al menos, no angustiarnos al momento de revenderlo.

Antes de empezar a explicar punto por punto, vale destacar que también es hay otros factores que devalúan más o menos a algunos vehículos que a otros. Esto se debe, básicamente, a la ley de la oferta y la demanda.

1– Kilometraje: la distancia ya recorrida por el auto tiene relación directa con el mantenimiento, como la sustitución de amortiguadores, pastillas de freno y los neumáticos. Además puede cerrar el período de la garantía ofrecida por la marca, que generalmente es de cien mil kilómetros o tres años de uso.

2– Versiones y equipamiento: las alternativas más caras dentro de la gama de un mismo modelo sufren una depreciación un poco mayor. En el caso de elementos opcionales, los equipos de seguridad y confort tienden a mantener el valor proporcional y no así la presencia de artículos estéticos, como pinturas especiales o molduras cromadas.

3– Ausencia de equipos: la falta de determinado sistema puede condicionar seriamente el precio de una futura venta. Algo que, de a poco, se comienza a notar en los valores de los compactos Premium sin central multimedia o también en el modelo deportivo Golf GTI sin techo solar.

4- Estado general de conservación: la responsabilidad del dueño del auto puede influenciar la devaluación del mismo. Es por ello que es clave realizar el mantenimiento periódico, siguiendo todas las revisiones programadas por el fabricante. Asimismo, se debe evitar postergar la solución de problemas menores ya que, por ejemplo, una rueda desalineada ignorada probablemente terminará dañando la suspensión.

5– Moderación a la hora de la venta: exagerar la presentación del vehículo a la hora de recibir a un posible cliente podría llegar a causar el efecto contrario, de que se está queriendo disfrazar problemas mayores.

6– Cuanto más original, mejor: un vehículo personalizado jamás tendrá una buena aceptación en el mercado. Siempre será más fácil vender el coche original, tal como salió de fábrica.

Hay otros puntos a tener en cuenta como la situación económica local y el tipo de mercado. En países donde son comunes la renovación de los modelos y la introducción de nuevas tecnologías, el ritmo de devaluación es aún mayor.

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