Prueba offroad: manejamos la Ford Ranger 2.2 4X4

Comprobamos la fortaleza del producto fabricado Pacheco en una de sus versiones más accesibles, con motor 2.2 TDCide 125 CV. Cargada, en la tierra, con barro, vados y hasta tirando un camión de 17 toneladas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Aunque algunas veces no parezca, las pick-ups siguen siendo vehículos rústicos, preparados para sobrepasar las más duras exigencias. Claro que la tecnología, el equipamiento, y hasta el comprador mismo de pick-ups ha variado a través del tiempo. Un particular, una empresa o una PyME pueden hacer uso de una camioneta, y el uso será probablemente muy disímil. Pero seguramente, pocos saben hasta dónde puede entregar una pick-up en su máxima expresión.

Ford es la marca, sin lugar a dudas, con mayor experiencia en la fabricación de camionetas en el país. Las produce desde hace más de sesenta años, y saben hasta dónde pueden exigirlas sin temor a romperlas. Al haber probado la variante más equipada Limited, con motor 3.2 de 200 CV, la sensación fue que para el trabajo diario una camioneta de tales características es demasiado. Por eso nos subimos a la más básica versión XL, que monta el motor 2.2 TDCI de 125 CV, con caja manual de seis velocidades. Tiene paragolpes sin pintura, llantas de chapa o levantavidrios manuales, pero conserva gran parte del equipamiento de seguridad, la fuerza y resistencia de la versión más potente.

En una pista especialmente acondicionada, pudimos poner a prueba las características técnicas de la nueva Ranger. Todo el trayecto, emplazado sobre una tosquera, parte de un campo, y hasta una parte boscosa, lo realizamos en reductora, o mejor dicho en baja. Por lo general nunca superamos los treinta kilómetros por hora, pero en primera, segunda y hasta tercera marcha aprovechamos para utilizar todo el torque disponible del motor Puma 2.2, que es de 32,6 kgm entre las 1.750 y 2.300 vueltas.

El primer paso fue superar algunos piletones con agua. El más profundo sirvió para corroborar la gran capacidad de vadeo de 800 mm, la mejor del segmento. Los cruces de ejes, con barro, se convirtieron en una complicación, ya que en ocasiones una de las ruedas puede quedar traccionando en el aire. Nada que no se pueda resolver: ante esta complicación, marcha atrás, y a intentarlo de nuevo con mayor ímpetu.

La travesía continuó por el la parte interna de una tosquera, atravesando pequeños vados llenos de agua de napa. Con la doble tracción en baja permanente, subimos de la tosquera con rumbo a una parte boscosa muy estrecha, en la que comprobamos la buena maniobrabilidad del producto del óvalo, que en la versión XL mantiene el sistema de dirección hidráulica convencional.

Tras atravesar un último tramo de campo, con pronunciados huellones y tierra seca, llegamos para ver la prueba de resistencia que la marca había preparado. Consistía en tirar, mediante una linga, un camión Cargo 1722, enganchado a un semirremolque vacío (un convoy de 17 toneladas en total). Con alrededor de 800 kilogramos de carga en la caja de la Ranger 2.2 4x4, y en primera velocidad de baja, mover semejante peso no resultó ser un problema para la camioneta. La dificultad estuvo cuando el chofer del camión aplicó el freno del remolque, haciendo que las ruedas traseras del pesado se bloqueasen por completo. Ante esta terrible carga, la adherencia de los neumáticos de la Ranger contra la tierra no pueden hacer más que patinar, pero la fuerza entregada por el noble motor habla a las claras de que no se necesita ninguna cifra sorprendente de potencia para demostrar entrega, torque y resistencia. Y eso que estamos hablando de un modelo que sólo admite hasta 1.600 kilos de capacidad de remolque. Prueba superada.

Galería de imágenes