Un futuro clásico entre los clásicos

Por Christian Hein Con un moderno Audi TTS participamos de una de las más importantes competencias de autos antiguos de la Argentina. Una experiencia que merece ser compartida. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Con los maravillosos y cambiantes escenarios de Salta y Jujuy como fondo y a bordo de la última generación del ya consagrado TT, nos “colamos” en una de las competencias más entretenidas que se proponen para los autos clásicos.

Se trata de La Gran Carrera, una reconocida prueba de regularidad en la que participan unos cincuenta modelos, donde además de Audi, principal auspiciante, se pueden encontrar marcas legendarias como Jaguar, Triumph, Austin Healey, Porsche, Mercedes-Benz, Alfa Romeo, Lancia, Maserati, MG, Datsun, Fiat, Volvo y MG, entre muchas otras. Luego de tres exigentes etapas, el escalón más alto del podio estuvo ocupado por el experimentado binomio, Rodolfo González-Héctor del Buono, quienes con 940,43 puntos llevaron su Austin Healey 100 Six de 1957 a la victoria. Lo siguieron Pablo y Nicolás Lara con un MG B de 1963, mientras que el tercer lugar fue para Guillermo e Ignacio Acevedo con un Jaguar XK 120 de 1954.

Más allá de los resultados, la característica más saliente de este encuentro es el clima de camaradería que se vive dentro y fuera de las “pistas”, además de la excelente organización liderada por Fernando Aranguren que, entre otras cosas, aprovecha la ocasión para realizar donaciones, en este caso a la localidad de Volcán, que hace poco sufrió un alud que dejó a toda la población bajo el lodo.

Divertido como pocos Con el mismo Audi TTS que probamos en la edición 459 de Parabrisas (de enero de este año), nos anotamos para vivir desde adentro y entender un poco más este tipo de pruebas automovilísticas. No vamos a entrar demasiado en detalles acerca de nuestro resultado (quedamos en la posición 37 en la general, sobre 50 participantes, entre los que también había un grupo de italianos,

algunos de ellos ganadores de ediciones pasadas de la prestigiosa Mille Miglia), ya que además de ser nuestro debut, cargábamos con el coeficiente más alto de penalidad sobre cada prueba por tener un vehículo moderno que nos daba cierta ventaja competitiva.

Lo cierto es que no sólo le pusimos garra a la hora de aprender el reglamento y el sistema de cronometraje, sino que nos esmeramos al máximo para pisar y taquear con la mayor precisión posible sobre las mangueras que ofician de sensores en cada una de las pruebas. Ni hablar de los tramos libres por los caminos sinuosos que caracterizan a ambas provincias del norte, como los de la Cuesta del Obispo, que lleva de la capital a Cachi, o la Quebrada de las Conchas, que conduce del centro de Salta a Cafayate o el trabadísimo tramo de la vieja ruta 9 (conocida como “el camino de cornisa”, que también desde la capital salteña lleva a la provincia de Jujuy.

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En todos esos recorridos, además de disfrutar de paisajes únicos, pudimos probar las bondades de los 310 CV que entrega el cuatro cilindros 2.0 turbo, la caja S tronic de siete marchas y la tracción en las cuatro ruedas. Dicha combinación, más el explosivo rugido que emerge del sistema de escape cuando se selecciona el modo de conducción más radical (el Dynamic) nos brindó un placer poco antes experimentado para los que nos apasiona manejar, sobre todo este tipo de vehículos, en estos lugares con semejantes trazados. El notable agarre que muestra en las curvas, la firmeza con que frena y el empuje que proporciona a la hora de realizar un sobrepaso, resumen la seguridad que brinda este modelo a la hora de un manejo deportivo. Dicha virtud viene acompañada con la posibilidad de transformar este deportivo en un auto más manso, a través del Drive Select, que en el otro extremo ofrece un modo Efficiency, con el que no sólo las suspensiones son más blandas, sino que configura motor, caja y otros sistemas, para un mejor rendimiento del combustible. Mención aparte merecen el control de partida detenida, Launch Control, con el que se puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, el tablero digital Virtual Cockpit y el audio Bang & Olufsen, que además de proporcionar un sonido de altísima fidelidad, al sacar el contacto y abrir la puerta para descender del auto, reproduce un par de fuertes latidos de corazón, sonido característico de las publicidades de la marca.

Eso último lo hace como una forma de despedida, que en nuestro caso esperamos que signifique un ¡hasta pronto!, ya que sería un privilegio volver a disfrutar de un modelo que seguramente va a quedar en la historia de esta inolvidable Gran Carrera.

RESULTADOS FINALES