¿Conocés los autos que rompieron las tradiciones de las marcas?

Desde pick ups hechas por marca generalistas a empresas que dejaron de lado los súper deportivos para hacer SUVs, presentamos diez casos atípicos del mercado mundial. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Son épocas en donde, solamente por una unidad, ser el ganador de un segmento del mercado significa mucho, más aún ser una marca líder. Por eso muchas terminales ingresan en terrenos poco frecuentes para su historia, para aumentar cifras y agrandar sus ventas.

Existen casos de terminales generalistas que terminan haciendo súper deportivos, o fábrica que jamás salieron de un compacto y se aventuran a hacer una pick up, incluso una compañía cuya tradición marcaba una estirpe en motores V12 o velocidades extremas que un buen día decidió animarse a diseñar una SUV.

En definitiva, este es un repaso por diez modelos que surgieron de la desfachatez de los diseñadores, aquellos que no tuvieron en cuenta la historia y el legado de la marca.

Mercedes Benz Clase X. Es el ejemplo más reciente, y Parabrisas estuvo presente en un adelanto exclusivo. Si bien los alemanes tienen una larga tradición en vehículos todo terreno (por ejemplo, la Clase G), nunca había elaborado una pick up. Comparte plataforma con la Renault Alaskan y la Nissan Frontier. Se fabricará en Córdoba.

Lamborghini LM002. Fue la gran aventura de la empresa italiana en los 80, buscando captar clientes millonarios de Medio Oriente. Con un diseño muy similar a los posteriores Hummer (también surgidos del campo militar), poseía un V12 de 375 caballos. También fue un predecesor, ya que en los próximos meses, la marca del toro lanzará el Urus, su primer SUV.

Jaguar F-Pace. Otro caso de una terminal de lujo y deportividad que avanza en el mercado de los crossover, por fuera de los grandes sedanes. La experiencia de Land Rover, que también pertenece al grupo indio Tata Motors, dio sus frutos, y la todoterreno compacta británica es el modelo más vendido de la distinguida casa de Coventry. Además, obtuvo el premio de Auto del Año 2017.

Aston Martin Cygnet. Su parecido con el Smart no es sólo un tema de competitividad comercial. La empresa inglesa también buscó una solución al consumo de combustible, acorde a las normas europeas. Realizó una alianza con Toyota y tomó como base el iQ. Tenía dos plazas y un motor 1.3. Era de lujo, y de allí el elevadísimo precio: costaba más de 30.000 libras. Se vendió entre 2011 y 2013.

Ferrari LaFerrari. ¿Existe una compañía más tradicionalista que la del Cavallino Rampante? Pues incluso esta casa rompió con su legado y fabricó un súper deportivo híbrido. Todo se resume a un descomunal V12 de 963 caballos y un sistema KERS que recupera energía con dos motores eléctricos que entregan 163 CV. A la empresa de Maranello sólo le falta una 4x4. ¿Llegará?

Porsche Cayenne. En tiempos de crisis, son las decisiones radicales las que salvan al barco de hundirse. Pocos creyeron que la marca que más deportivos vende en el mundo podía triunfar en el terreno de los SUV, pero cuando los números no cerraban, la decisión de incursionar en el segmento de las camionetas fue un acierto total. Sumado al ingreso al Grupo Volkswagen, llegó una nueva era para los de Sttutgart. Luego vino el Macan (el mayor éxito comercial) y la era de los híbridos, que debutó precisamente con el Cayenne, que nunca dejó de tener prestaciones rabiosas.

Bentley Bentayga. Es la primera apuesta de verdad de la lujosa firma británica, también bajo el ala de Volkswagen. En los años 90, había fabricado el Dominator, un extraño producto requerido exclusivamente por el Sultán de Brunei, dueño de una impresionante colección. Pero la tradición de berlinas de ultra lujo se rompió finalmente en 2016 con la llegada del Bentayga, aunque no todo se dejó atrás: tiene un motor W12 biturbo con 600 caballos y supera los 300 km/h, 4.1 segundos de tiempo para llegar a 100 km/h. La ostentación y calidad tampoco la dejaron atrás.

Alfa Romeo Stelvio. Sí, también la histórica casa del trébol verde cayó en las garras de los SUV. Es difícil resistirse a un segmento en el que muchos fabricantes lograron incrementar sus beneficios. Está basado en el Giulia (sus frentes son idénticos) y también cuenta con una versión Quadrifoglio, más picante y que recuerda el origen de la marca.

BMW Serie 2 Active Tourer. Coincidiríamos todos si postulamos que la compañía bávara arriesgó mucho y probó de todo. Durante la Segunda Guerra, fabricó hélices de aviones, luego, hizo deportivos, autos de lujos, todo terrenos (fue una de las primeras en meterse en esta porción del mercado), coupés, descapotables (alguno lo usó James Bond), concepts, de competición. Pero el empleo de la tracción delantera molestó, y más aún cuando se presentó esta minivan, más acorde a productos americanos que alemanes. No será recordada por muchos.

Fiat Toro. Salvo contadas excepciones y mercados, la fábrica que lidera la familia Agnelli siempre se caracterizó por productos accesibles y fiables, mayormente, autos. En la Argentina, fueron íconos varios modelos, algunos pequeños y otros de trabajo. La Toro rompió el esquema: compite en el segmento de pick ups medianas (acá dominado por Hilux, Amarok y Ranger), y usa la plataforma de la Jeep Renagade. Tiene varias versiones y, aunque más económica que sus rivales, es más costosa que el promedio de la marca.

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