Rápido como el viento

Es la reinterpretación moderna de un producto que fue sinónimo de deportividad en la Europa de las décadas de 1970 y 1980. Se destaca por un diseño atrevido y motor de buena respuesta y bajo consumo, aunque la habitabilidad trasera es limitada y el equipamiento de serie justo y la garantía acotada. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El de este modelo, Scirocco, no es un nombre muy familiar para el público “fierrero” local. Sí, en cambio para  los europeos: esa denominación, tomada de un viento cálido que sopla desde el Sahara hacia el Viejo Continente, fue el elegido por Volkswagen en 1974 cuando decidió lanzar un modelo compacto deportivo desarrollado sobre la plataforma del Golf. En ese momento fue un producto revolucionario porque con él la marca alemana abandonaba las motorizaciones refrigeradas por aire.

Esa denominación se extendió a lo largo de dos décadas, hasta 1996, cuando se discontinuó la serie, para volver soplando fuerte en el salón de Ginebra de 2008, escenario elegido por VW para presentar la versión de serie del Scirocco de la era moderna, anticipada por concept Iroc en el salón de París de 2006.

Ahora, con un retraso de ¡cuatro años! este destacado modelo llega a la Argentina para encontrar su lugar entre los hatchback deportivos, un terreno en el que aparecen varios productos eficaces y de buena calidad, aunque con diseños no tan impactantes como el de este VW.

La oferta de extiende a tres versiones, todas nafteras, una con motor 2.0 TSI de 211 CV y caja manual, y dos 1.4 TSI de 160 CV, una con caja DSG y otra manual de sexta. Esta última es la elegida para nuestro test.

Lea el resto de esta nota en la edición de agosto de la Revista Parabrisas.

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