El (pésimo) negocio de construir un 0 km comprando piezas de fábrica

A través esta desopilante historia que mezcla la ficción con la realidad, te vas a sorprender con los valores siderales de los repuestos originales de los vehículos.

Redacción Parabrisas

¿Alguna vez te pasó que necesitando una computadora te saldría más barata armándola vos mismo comprando todos sus componentes por separado? Bueno, ese es un proceder frecuente entre los se animan a ensamblar una PC, y efectivamente es un recurso efectivo para ahorrarte una buena cantidad de pesos, además diseñando el equipo “a tu medida”.

Con ese antecedente nos decidimos a establecer cuánto nos costaría armar nuestro propio vehículo 0 km adquiriendo todas sus partes por separado, para luego, en el hipotético caso de que saliéramos beneficiados con los precios (acá ya podríamos poner nuestro primer jajaja), ponernos a ensamblar con mucha paciencia y con no menos orgullo nuestro propio automóvil con olorcito a nuevo.

Producción Volkswagen Nivus

Manos a la obra

Luego de analizar un tutorial de Youtube hablado en castellano neutro sobre “cómo armar tu propio carro”, decidimos comenzar por averiguar el precio de las piezas, consensuando de manera unánime que lo más seguro era conseguir las piezas originales de fábrica. Y más seguro aún sería que estos valores fueran transparentes, por lo que nos pusimos a buscar una marca que publicara los valores en la web.

 

¡Bingo!

En un conocido sitio de compra/venta de artículos encontramos una marca generalista que, para garantizar la transparencia de su posventa, despliega gran parte de sus repuestos con precios incluidos. Y, mejor aún, entre aquellos figuraban los de un vehículo del segmento de los medianos, que estaba dentro de los que habíamos considerado. “Además es nacional”, dijo uno de nuestros compañeros, especulando que por un tema de logística y otras cuestiones serían más económicos.

De una marca que no tiene sentido mencionar, porque el caso es similar en todos sus pares de las diferentes automotrices, el precio de lista de una versión intermedia ronda los 1.700.000 pesos. “Lo armamos nosotros y nos ahorramos un montón de mano de obra”, sugirió ilusionado uno que por sus conocimientos de mecánica se consideraba habilitado para encarar tal empresa.

 

Calculadora en mano

Con la ilusión de hacer el negocio de nuestras vidas, decidimos comenzar a anotar prolijamente algunos elementos que forman parte del exterior del vehículo. Recordemos que el auto elegido “armado en fábrica” cuesta alrededor de un millón setecientos mil pesos.

El (pésimo) negocio de construir un 0 km comprando piezas de fábrica

Entonces compraríamos, “sueltos”:

Ambos faros delanteros: 140.000 pesos

Ambos faros traseros: 60.000 pesos

Las cuatro puertas (sólo la chapa): 195.000 pesos

Portón trasero (ídem): 42.000 pesos

Cristal del parabrisas: 48.000 pesos

Cristal de la luneta: 30.000 pesos

La chapa de ambos guardabarros traseros: 135.000 pesos

Paragolpes delanteros y traseros: 180.000 pesos

Capó completo: 74.000 pesos

Cuatro llantas de aleación (sin cubiertas): 120.000 pesos

 

Primera alerta

“¡Alto!” exclamó el contador del grupo, como si se quisiera bajar del colectivo para solucionar una necesidad fisiológica urgente. Recién llevamos anotadas diez piezas y ya superamos el millón de pesos, es decir, más del 60 por ciento del valor del auto. Y en las partes de la carrocería (puertas, capó, techo, paragolpes, entre otros) se trata solamente de la chapa sola, sin pintar. Todavía nos faltaba el motor completo, la caja, las butacas, los paneles, la central electrónica, los cables, los frenos, el audio... Según “Gugle”, un vehículo de este tipo por lo menos tiene 60.000 piezas. Nos estarían faltando 59.990 partes y a eso hay que sumarle la pintura, los pegamentos, los electrodos para soldar, lubricantes y otros fluidos...

El (pésimo) negocio de construir un 0 km comprando piezas de fábrica

Cifras que asustan

Ya resignados a que nuestro “negocio” se desplomaba, decidimos hacer una divertida proyección de cuánto nos costaría el auto si seguíamos adelante con la aventura. Así concluimos que tomando un inocente promedio de 600 pesos por componente (muy pocas cosas en el rubro baja de ese precio), llegaríamos a los más de 35.000.000 de pesos, si no nos corrige un especialista en costos.

Algo no me cierra del tema de la posventa de los autos”, advirtió el más pensante del grupo sin esforzarse demasiado.

Tampoco faltó la opinión del más comerciante, audaz y optimista, que sugería comprar un auto nuevo para desarmarlo y venderlo por partes para “ganarle”, nada menos que el ¡2.000 por ciento!, según él.

 

No hay mal...

Por último, un poco tristes por haberse frustrado nuestra aventura, uno pensó, como para consolarse del fracaso de la idea, que nuestro auto “armado fuera de fábrica” (como se lo consideraría legamente), sería muy complicado para registrarlo y tampoco estaría garantizado por la terminal

 

Atención fabricantes

Todo esto parece una broma, pero no encontramos muchas justificaciones para tamaños valores. Quizá alguna marca tome nota de lo que estamos planteando y en una futura nota podamos aclararle al público por qué paga lo que paga cuando va a un concesionario a hacer una reparación o simplemente a comprar un repuesto.