¿Cuánto cuesta mantener un auto?

Si nunca reparó en calcular cuánto dinero le insume mantener su auto por año, cayó en el lugar indicado. Combustible, garaje, patente y seguro se llevan la mayor parte: aumentaron por encima del 40% durante el último año. Un repaso por los principales factores que influyen en la economía alrededor de nuestro automóvil. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Por Alejandro Cortina Ricci

Trabajo, o el "simple" capricho de tenerlo. Lo cierto es que, en el inconsciente colectivo argentino, nada más cómodo que tener auto propio. Y es cierto: permite disponer de nuestro tiempo, y elegir qué camino tomar, cuándo ir, cuándo volver, qué música o programa de radio escuchar, qué temperatura tener dentro del habitáculo, entre otras ventajas. Ahora bien, la comodidad tiene su precio y, en los tiempos que corren, la inflación se ha convertido en la gran enemiga del bolsillo: patente, seguro, combustible, estacionamiento, peajes y repuestos, por citar algunos ítems, han incrementado sustancialmente sus valores durante los últimos doce meses. En esta nota, un repaso por las principales variables que determinan cuánto nos demanda por año movernos sobre cuatro ruedas.

Gráfico

Cocheras

No todas las familias tienen la dicha de contar con una casa amplia y lugar de sobra para guardar el auto, o vivir en un barrio extremadamente seguro donde este pueda "dormir" en la calle: cada vez son menos las ciudades donde todavía es seguro dejar el auto en la vía pública. En la mayor parte de la Argentina, que nuestro vehículo permanezca varias horas en la calle puede significar el blanco de los dueños de lo ajeno. ¿La solución? Alquilar una cochera. ¿El inconveniente? Su precio. La escala de valores es tan amplia como indignante. Para tener una referencia, consultamos a nuestros contactos en distintas ciudades del interior del país. Por ejemplo, siempre hablando de la zona céntrica, en Posadas (Misiones), una cochera mensual cuesta entre 600 y 850 pesos, dependiendo de las comodidades. Los mismos valores encontramos en ciudades tales como, por ejemplo, Neuquén capital, Cipolletti (Río Negro) y Concordia (Entre Ríos). Por su parte, en Mendoza y Rosario (Santa Fe), los valores trepan entre 850 y 1.000 pesos, dependiendo del tamaño del vehículo (auto o pick-up). Donde se registra la mayor disparidad e incongruencias es en la ciudad de Buenos Aires. El barrio, la zona y el tamaño del vehículo son los parámetros que inciden en el costo: en el microcentro porteño, en la zona de Recoleta, Retiro o Puerto Madero, la mensualidad cuesta entre 1.200 y 1.800 pesos: todo dependerá, si uno quiere estacionar un auto o una pick-up y, en algunos casos, de los "vivillos" de siempre, que pretenden cobrar la tarifa de una camioneta a vehículos del tipo de Ford EcoSport o Renault Duster. En otros barrios de la capital argentina, como Belgrano, Villa Urquiza y Palermo, por mencionar algunos, las tarifas son un poco más razonables: los valores están entre 900 y 1.200 pesos. En el Conurbano estos valores pueden bajar aunque no de manera significativa.

Peajes

Si bien solo algunas personas deben atravesar una casilla de peaje diariamente, este apartado también sufrió aumentos que, en algunos casos, fueron de hasta el 43% en el último año. Si tomamos como referencia quienes ingresan todos los días en la ciudad del Obelisco -desde los accesos norte, sur u oeste-, la tarifa es de 20 pesos en hora pico y de 15 pesos fuera del horario extremo: a fines de 2013 costaban 14 y 11 pesos, respectivamente. Teniendo en cuenta este ejemplo, algunas familias llegan a gastar semanalmente 200 pesos en peajes para ir al trabajo. Seguramente, el mayor impacto se siente en las grandes ciudades, donde el flujo de tránsito es mayor al igual que las distancias. Pero, este golpe al bolsillo también se replica cuando salimos de vacaciones. Quienes hayan tenido la posibilidad de veranear en la costa atlántica durante el verano pasado se habrán llevado una sorpresa en las rutas 2 y 11: los peajes de Samborombón y La Huella subieron de 26 a 35 pesos a comienzos de 2014, mientras que el de General Madariaga aumentó de 8,50 a 12 pesos, siempre hablando de la Categoría 1: livianos de 2 ejes y altura menor a los 2,10 metros. Otro caso es el del puente de Zárate, que pasó de 15 a 20 pesos.

Combustible

Súper o Premium ya no es la cuestión: acercarse a un surtidor puede hacer mal a la salud. Sea la marca que fuere, durante los primeros ocho meses de 2014, se produjeron siete subas de precios que marcaron un aumento del 41% (un promedio del 5% mensual) y, si tomamos el período desde septiembre de 2013 al mismo mes de 2014, el incremento en las tarifas de combustibles es de un sorprendente 64%. Parabrisas salió a relevar y cotejar los precios de las principales petroleras en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Hay disparidad de hasta un peso en el precio de la nafta Súper, incluso de más de 50 centavos en estaciones de la misma compañía. Si tomamos como referencia YPF, el precio de la Súper, en promedio, es de 12,55 pesos. Con este panorama, llenar el tanque de 50 litros implica desembolsar unos 627 pesos.

Si, en cambio, el bolsillo está "dulce" y el insumo es Premium, el surtidor mostrará una cifra de 688 pesos. Muchos economistas aseguran que los precios de los combustibles seguirán su curva ascendente hacia fin de año, motivo por el cual este cálculo es solo una referencia provisoria. No obstante, en casa podemos hacer nuestras propias cuentas y concluir que, si nuestro auto recorre unos 18.000 kilómetros por año y su rendimiento promedio es de 13,5 kilómetros por cada litro de combustible, nuestro vehículo demandará, sólo en combustible, unos 16.700 pesos anuales.

Seguros

Con el conocido "impuestazo" a los autos, y la reciente y creciente devaluación del peso argentino sumada a la inflación, era lógico que los seguros automotores también tuvieran su ajuste: estas fuertes subas responden básicamente a que las compañías debieron actualizar el valor del bien asegurado, que se incrementó este año, además, por un impuesto interno a los bienes suntuarios. Mientras que en 2013 habían registrado un alza del 17% promedio, a juzgar por los precios de las principales compañías aseguradoras, el encarecimiento de las coberturas para unidades de gama media o baja promedia el 30% en lo que va de 2014, mientras que contratar un seguro para un vehículo de alta gama se

disparó en un 70% durante los últimos doce meses. Consultamos con algunas compañías para tener referencia de los valores que se manejan en la actualidad para asegurar un 0 km. En promedio, el “clásico” seguro contra terceros para un auto del segmento chico/

mediano (tomamos, cono ejemplo, un Honda City 1.5 ELX MT) cuesta 750 pesos, mientras que la cobertura contra todo riesgo es de 1.080 pesos. Ambos seguros para una pick-up (Toyota Hilux SRV 2.7 DC 4X2) alcanzan los 1.085 y 1.850 pesos, respectivamente. Si soñamos un poco y pretendemos tener un auto de alta gama habrá que “romper el chanchito”, pues las cifras oscilan entre 4.900 y 5.800 pesos, por ejemplo, para un BMW X3.

Impuestos

Retirar un 0 km del concesionario implica haber gastado unos buenos pesos en el patentamiento, obleas, flete y gastos administrativos. Todo esto representa un 7%  del valor de un automóvil, aunque también varía de acuerdo con la región geográfica donde se anote el vehículo. Durante el último mes cotejamos con personas que compraron automóviles de gama chica y mediana a través del plan Pro.Cre.Auto. En la mayoría de los casos, el gasto de patentamiento fue cercano a los 11.500 pesos, en provincia de Buenos Aires, y unos 2.000 pesos más para aquellos que lo hicieron en la capital argentina. Otro ítem impositivo es el costo de la patente, de arancel, generalmente, bimestral. El monto también varía de acuerdo con el modelo, año y radicación del auto. Pero tomemos de ejemplo un vehículo de casi nueve años de antigüedad (un Volkswagen Golf): el importe

bimestral es de 321 pesos, es decir, unos 1.900 pesos por año. En tanto, un Toyota Corolla 2014 paga, en la provincia de Buenos Aires, 633 pesos bimestrales (3.801 pesos por año).

Por otra parte, también debemos considerar en este rubro la verificación técnica vehicular, más conocida como VTV. Se trata del control periódico del estado mecánico y de la emisión de gases contaminantes de los automotores. Este control es obligatorio en algunas jurisdicciones, involucra unidades a partir de los dos años de patentado el vehículo y debe

renovarse cada doce meses. En cada provincia se manejan precios distintos, pero sirva de referencia el de Buenos Aires (los autos radicados en la Capital Federal recién tendrán obligatoriedad de contar con la VTV en 2015): 325 pesos para los vehículos livianos y 586

pesos para los pesados, de más de 2.500 kilos.

Lavado

Todos cuidamos nuestro auto o, al menos, tratamos de tenerlo siempre en condiciones, lo más impecable posible. Nadie lavará nuestro auto mejor que nosotros: hacerlo es una ceremonia particular, que se disfruta plenamente e implica tratar de pulir hasta el último detalle. Pero, a veces, a falta de tiempo o espacio, no queda otra que llevarlo a un lavadero. Hay para todos los gustos, con máquinas del tipo cepillo, hidrolavadoras o, los más "artesanales", a través de una manguera común y corriente, aunque generalmente con agua a presión. Los precios son muy variados como así también la relación precio-calidad. Luego de nuestros habituales test para la revista hemos probado lavaderos de todo tipo, y pagando desde 50 hasta 180 pesos por un simple lavado: en la ciudad de Buenos Aires también han pretendido cobrarnos 250 pesos por un "súper lavado con teflón"...

Mantenimiento y repuestos

Del mismo modo que con nuestra salud, si somos cuidadosos con el auto, serán pocas las veces que tengamos que visitar a un mecánico. Así como se suele tener un médico de cabecera, existe el mecánico de confianza. Pero si el auto está dentro de la garantía, para no perderla, debemos chequearlo en los talleres oficiales de cada marca para respetar el cronograma del mantenimiento programado: en general cubre uno o dos sin límite de kilometraje y tres años o cien mil kilómetros. Las visitas establecidas por los respectivos programas de mantenimiento de las diferentes marcas se realizan cada 10 o 15 mil kilómetros, dependiendo de la fábrica. En líneas generales se realiza cambio de aceite y filtros, se controlan alineación y balanceo o se reemplazan los elementos que corresponda ya sea si están averiados o desgastados o si está indicado según el tiempo de uso o la cantidad de kilómetros que señala el manual. Los precios también son variados, pero promedian los 1.200 pesos para las primeras visitas y, en algunos casos, llegan a los 5.000 en las últimas.

Por su parte, los precios de los repuestos más comunes pueden preocupar a la hora de tener que hacer el reemplazo. Por ejemplo, la óptica delantera de un auto del segmento chico/mediano no baja de los 1.000 pesos, mientras que un parabrisas cuesta cerca de 2.100 pesos.

Por último, pero no menos importante, están los neumáticos. Ciertamente no se cambian todos los años, pero eventualmente podemos necesitar alguno antes de lo previsto. A modo de ejemplo, una cubierta en medida 185/60 R14 de fabricación nacional ronda los 870 pesos, mientras que, para un rodado superior (195/65 R15), el precio es de 1.120 pesos. Por supuesto que, si buscamos productos importados de marca, debemos añadir 200 y 250 pesos, respectivamente.

"El auto tiene que estar para servirme a mí y no yo, al auto"

Economista de profesión, periodista de oficio y docente de alma. Así se define Tomás Bulat, hombre de prolífica trayectoria en radio, televisión y medios gráficos, autor de los libros Economía descubierta y La economía de tu vida, y ganador del Martín Fierro al mejor programa de ese rubro, por su labor en El Inversor, que se emite por la señal C5N. Con él hablamos acerca del mundo de los autos, los precios, la inflación, el Pro.Cre.Auto y qué le espera a la industria automotriz para los próximos años.

Tomás Bulat

Con los constantes incrementos en los precios de los autos y todos sus derivados, ¿se han convertido en un bien sobrevaluado?

Tanto acá como en todo el mundo, el auto generalmente es una cuestión de estatus: y eso se paga. Lo más ridículo que me dijeron una vez es que compraron un auto como inversión, una mentira que me encanta, porque sirve para engañarnos a nosotros mismos. De alguna manera pretende justificar la calentura de desear comprar el auto que queremos o que podemos. Es cierto que, a veces, comprar un auto es una oportunidad, pero no dejemos de lado que también es un gasto, que pierde valor con el tiempo y, después, cuando querés renovarlo por otro, tenés que poner mucho más dinero. La pregunta que hay que hacer es si es útil o no. Y ahí dependerá del tipo de uso que le dé cada familia. En mi caso tengo dos autos: uno que utilizo cuando me muevo con toda mi familia y otro al que le doy un uso más personal, sobre todo, cuando voy a trabajar. Afortunadamente, por ahora puede mantener ambos pero, si el panorama se complica, tendré que deshacerme de uno. Pienso que el auto tiene que estar para servirme a mí y no yo, al auto. Cuando pasa lo segundo es conveniente desprenderme, porque, de alguna manera, sé que me estaría engañando.

¿Pro.Cre.Auto o plan de ahorro?

Para alguien que está en un plan de ahorro y, por ejemplo, ya tiene 40 cuotas pagas y le quedan 44, y todavía no le adjudicaron el auto, le diría que, como el plan del gobierno es un programa subsidiado en pesos, trate de vender esas cuotas restantes, agarre el dinero en efectivo, saque el Pro.Cre.Auto, compre el modelo que quiere: le quedarán tres años de tasa fija, con la tranquilidad de que nadie se lo moverá y, además, podrá disfrutar del auto ahora. Mientras que, si continúa en el plan de ahorro, esas cuarenta y pico de cuotas son más de tres años y los autos seguirán subiendo de precio. Además, posiblemente, cuando

termine de pagarlo, ese modelo ya no estará disponible. De hecho, me apuraría a sacarlo cuanto antes, porque el dólar oficial todavía está bajo, pero en poco tiempo tendrá que empezar a subir y, consecuentemente, los precios de los autos también. Mientras el dólar esté por debajo de los nueve pesos es un buen momento para cambiar el auto.

Hablando del dólar, la devaluación de enero modificó drásticamente el panorama previsto por el sector para este año y se estima que el mercado automotor local caerá un 35% respecto a 2013 ¿El año pasado fue muy bueno o este, muy malo?

Tomás Bulat entrevista

Primero hay que poner en perspectiva la situación del sector automotor en la Argentina. Había un exceso en 2013 de 950 mil autos vendidos que, de alguna manera, no era sustentable y que no era parte de la tendencia. Entonces, que el mercado ajustara un 20 o 25% para abajo (730 mil autos) era una tendencia más razonable. Ya resultaba insostenible seguir manteniendo el subsidio que había en los autos importados porque, en

definitiva, todas las fiestas se pagan. Desde la política económica se podía dar una mano para que el impacto fuera más suave, o contribuir para hundirlo, que fue lo que hizo el gobierno. Sobre todo, por el impuesto, que es ridículo, porque lo que hace es pegar saltos muy grandes en los precios de los autos. Entonces, ¿qué pasa? El auto es muy aspiracional y en la actualidad, a la hora de renovarlo, se opta por otro de menor calidad. Por eso es muy importante la curva de precios: lo ideal sería que el dinero que gano vendiendo mi auto, más un poquito más, me alcanzara para acceder a un modelo más nuevo y de la misma categoría. Ahora bien, si para acceder a un cero kilómetro el salto es tan grande,

me quedo con el viejo y trato de estirar la situación. Creo que, en general, pasó esto. Por eso digo que, evidentemente, quienes tomaron las decisiones no conocen en absoluto el mercado automotor. Además vino la devaluación, que era necesaria. Toda esta

combinación hizo que las expectativas bajaran a los 640 mil autos para este año.

El año 2015 será electoral. ¿Avizorás alguna mejora para la industria automotriz?

Siempre que hubo un sector automotor complicado, dado el peso que tiene socialmente, los gobiernos tomaron medidas que contribuyeron para ayudar a recomponer la situación. Estimo que, con esta proyección, el gobierno tratará de hacer algo para resguardarlo, aunque todavía no me queda claro qué. Si el tipo de “ayuda” es similar a la actual, las automotrices tendrán que decir “¡pará de ayudarme!”. Lo peor es el horizonte para el año que viene. Será un año sin dólares y la industria automotriz sin dólares no funciona. Más del 70% de las partes de un auto de fabricación nacional son importadas, y está bien que así sea, porque la Argentina no tiene escala para producir ciertas cosas. Ya bastante con que se fabrican autos de segmentos medianos y grandes, gracias a pertenecer al Mercosur.

Pero lo cierto es que el sector no tendrá un buen 2015 ni en Brasil ni en la Argentina. ¿Qué me preocupa hoy? Este año se venderán cerca de 650 mil autos, pero porque se patentaron 110 mil en enero. Ya el enero del año que viene no será igual al de este año, por lo cual pinta para ser un poco más bajo que este año, a menos que se apliquen medidas coherentes. Ahora bien, una automotriz no toma decisiones por uno o dos años. Las inversiones son más a largo plazo. La Argentina, en términos generales, tendrá que volver a exportar, conseguir dólares, y necesitará desarrollar la minería, mucho más la agricultura, y mejorar la inversión energética. Por eso, todo lo que sea producción de

camionetas o 4x4 pegará un salto enorme, mientras que los autos urbanos caerán un poco, siempre hablando en términos de patentamientos. Recién veo que, para 2016, el sector volverá a tener solidez.

Nota aparecida en Parabrisas N°431, septiembre de 2014. Para suscribirse, haga click aquí.

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