La nueva berlina de lujo de BMW, la 750d, destaca en varios aspectos, entre ellos su estructura de fibra de carbono, la tecnología BMW eDrive en los tres modelos iPerformance, el control de gestos y el estacionamiento por control remoto. Pero entre lo más saliente se encuentra su nuevo motor diésel de seis cilindros, que asegura la marca es el más potente del mundo. Equipará las variantes 750 xDrive y 750Ld xDrive.
Este nuevo impulsor de 3.0 litros y seis cilindros en línea se desarrolló sobre la base de la última generación de motores de BMW Group. Cuenta con tecnología BMW TwinPower Turbo, que incluye turbo multi-etapa con cuatro turbocompresores e inyección directa common-rail, que con la última actualización genera un exceso de presión máxima de 2.500 bar. Gracias a ésta y a otras innovaciones tecnológicas, el modelo ha maximizado su potencia y eficiencia, logrando acelerar, en su variante 750d xDrive, de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos, mientras que la 750Ld xDrive lo hace en 4,7 segundos. Se trata de una mejora de 0,3 segundos en relación con su antecesor, en parte a causa del turbocimpresor extra (en modelo anterior contaba con tres turbocompresores).
Esta nueva generación del motor diésel de seis cilindros entrega una potencia máxima de 400 CV a 4.400 rpm. Sus características de rendimiento optimizado se reflejan en el aumento de par, que eleva el ritmo rápidamente a velocidades bajas de motor. Por ejemplo, el motor entrega más de 450Nm de par a solamente 1.000 rpm y consigue el máximo de760 Nm entre 2.000 y 3.000 rpm. El impulso alto y sostenido del motor y la transmisión de ocho velocidades Steptronic garantizan ese fuerte empuje instantáneo. El BMW 750d xDrive y el BMW 750Ld xDrive tienen una velocidad máxima de 250 km/h (limitada electrónicamente).
En tanto, este motor ofrece el mayor ahorro de combustible del segmento. Un aumento de 19 CV (5%) de entrega de potencia y de 20 Nm más de par se combinan con un 11% de reducción de consumo medio de combustible y emisiones respecto a su predecesor. Los nuevos BMW 750d xDrive y BMW 750Ld xDrive tienen un consumo combinado de combustible de entre 5,9 y 5,7 litros cada 100 kilómetros, mientras que las emisiones de CO2 son de 154–149 gr/km.
La eficacia y rendimiento del nuevo motor está íntimamente relacionada con el uso inédito de un cuarto turbocompresor. Al igual que en el impulsor anterior, el flujo de aire comprimido que aumenta la potencia en las cámaras de combustión se genera por turbo alimentación en varias etapas. La etapa de alta presión se basa en dos turbos compactos con geometría de turbina variable integrados en una caja única, mientras que un solo turbocompresor muy grande, de baja presión, se ha sustituido por dos más pequeños y por tanto con respuesta más rápida. La última generación de Digital Diesel Electronics (DDE), responsable de la gestión del motor, adopta una estrategia de despliegue definida con precisión para coordinar la actividad de los turbos individuales, la posición de los puntos variables del sistema de alta presión, la regulación de los cambiadores y las aletas de derivación, la válvula de escape de mariposa, la válvula de descarga y el intercooler en respuesta a las condiciones de funcionamiento y a la presión en el acelerador.
En general, los dos turbocompresores de baja presión y uno de los dos turbos de alta presión están funcionando permanentemente. Solamente al acelerar a fondo desde parada, los dos turbocompresores de baja presión se anulan mediante un sistema de control de aletas. Esto permite que la presión de sobrealimentación se genere aún más rápidamente. El segundo turbocompresor de alta presión entra en juego una velocidad de aproximadamente 2.500 rpm.