La Royal Enfield Bear 650 no es solo una scrambler de estética retro: es un tributo directo a una hazaña histórica del motociclismo de la década del 60. Muy pocos lo saben, pero el nombre “Bear” se inspira en una competencia legendaria: la Big Bear Run de California.
En 1960, un joven piloto de apenas 16 años llamado Eddie Mulder se presentó a esa famosa carrera de desierto. Sobre una Royal Enfield especialmente preparada para arena y rocas, no solo compitió: logró una victoria histórica en pleno desierto. Ese triunfo, cargado de actitud y valentía, es el espíritu que la marca quiso capturar en esta nueva bicilíndrica.
La Bear 650 es, en esencia, una moto clásica con linaje claro. Su diseño mira a aquellas motos ganadoras del desierto y promete no fallar cuando el asfalto se termina.
El escenario del debut: relax, agenda y unidades 0 km
Invitados por la gente de Simpa, la aventura comenzó en el GET Hotel Molvento, a orillas del dique Los Molinos, en la provincia de Córdoba: un lugar de esos que invitan a bajar un cambio antes de la acción, con vista al lago y todas las comodidades para disfrutar la previa.
Ya entrada la tarde, llegó la esperada presentación de la Interceptor Bear 650, donde tuvimos el privilegio de contar con oradores de lujo, Amaury Layolle (Head of Sales, Importer Markets – Royal Enfield LATAM) y Martín Schwartz (Director de la División Rodados del Grupo Simpa), quienes repasaron no solo los detalles del modelo, sino también la historia detrás de su inspiración.
Luego de la presentación, entrevistamos a Amaury Layolle, quien nos amplió la historia que inspira a la Bear 650, así como también sobre innovaciones técnicas del nuevo modelo de la Interceptor, la relación de corona de rueda pensada para una mejor aceleración, ajustes y tecnología aplicada en el motor para ganar respuesta de aceleración y lograr una menor vibración, escape 2 a 1, pantalla full LED y cubiertas aptas para distintos tipos de terreno, entre otros detalles.
La idea quedó clarísima: no es solo un homenaje, también es una forma de traer al presente aquella sensación de libertad y rebeldía de las scramblers originales.
La bestia en el asfalto: negro y dorado, torque y retro-actitud
A la mañana siguiente nos esperaba la mejor parte del viaje, la promesa de aventura se materializó al verlas: una flota de casi 30 Bear 650, flamantes 0 km, alineadas y preparadas para rodar, quienes serían nuestras compañeras de aventura durante el resto del día, el escenario estaba listo.
La Royal Enfield Bear 650 está inspirada en las épicas carreras de desierto, y la unidad que nos tocó era la versión Negro y Dorado (Golden Shadow Black), una combinación que le inyecta un aire premium y de nostalgia a su estética retro.
Tras una charla breve sobre pautas de manejo y seguridad, partimos rumbo a la aventura: rutas que serpentean entre sierras, ríos y lagos, con postales que te obligan a aflojar el acelerador solo para mirar. Rodar por las sierras de Córdoba, con ese paisaje imponente, es la definición de manejar por placer.
En ruta, la Bear 650 mostró sus cartas:
Motor más agresivo: comparte la plataforma 650 (twin), pero el mapa de aceleración entrega un 8% más de torque máximo. Sumado a una corona trasera de 40 dientes, se siente más reactiva y contundente al acelerar.
Posición de dominio: el manillar alto y ancho propone una postura cómoda para devorar kilómetros, y el asiento de diseño suma confort para los largos trayectos.
La Prueba de Fuego: Capacidad Off-Road Inesperada
En el momento menos pensado —y claramente por no seguir del todo el consejo del guía— me dejé llevar por la adrenalina: curvas, buen ritmo y esa potencia siempre “a mano”. En un pequeño descuido me pasé en una curva y terminé yéndome a la banquina, por suerte, el ABS y la cubierta de corte mixto ayudaron a que todo quedara en un susto: volví al asfalto y me reincorporé a la fila sin inconvenientes. Se lo agradecí a Dios y a la tecnología: ese comportamiento, incluso con el cambio de suelo, es un testimonio de la seriedad con la que Royal Enfield abordó la capacidad del “off-road” en esta flamante motocicleta.
La marca invita a confiar en el instinto “In Gut We Trust” y, más adelante, ese instinto nos llevó a una prueba clave: un desvío programado de la carretera para enfrentar un tramo de piedras sueltas y terreno irregular. En el cambio de terreno pasamos de asfalto a ripio. Yo ya lo había probado (involuntariamente) unos kilómetros antes, pero esta vez, con más tranquilidad, pude desconectar el ABS desde la consola, una ventaja crucial en tierra para disfrutar de verdad este tipo de caminos.
El brindis final: celebrando la aventura
La última noche fue directamente mágica. En medio del bosque, la marca reafirmó su estética retro con un desempeño bien moderno. Con una ambientación cálida y acogedora: livings armados entre los árboles, barras de bebidas, ahumadores de carne, DJs y una banda en vivo. Éramos periodistas, representantes de la empresa, dealers de la marca, influencers argentinos, colombianos y brasileños, y un invitado muy especial: el vocalista del grupo El Zar (Facundo Castaño Montoya), quien nos deleitó con unos acordes de guitarra.
Más que una fiesta, fue la Clausura Experiencia Bear 650 (Sunset Experience): un after party como broche de oro para coronar los kilómetros y el espíritu aventurero de la Bear 650.
El viaje a Córdoba fusionó lujo, camaradería y la capacidad de una moto lista para honrar su legado del desierto en cualquier ruta argentina. Si buscas una moto para el día a día, pero con ese “plus” que te habilita la aventura cuando el camino se pone áspero, sin duda la Royal Enfield Interceptor Bear 650 se suma como nueva invitada a las rutas argentinas.
Tuvimos el privilegio de rodar la nueva Royal Enfield Interceptor Bear 650 en las sierras de Córdoba y descubrir, en primera persona, cómo este modelo conecta su nombre con una de las gestas más increíbles del motociclismo clásico.
Por: Alejandro Czaja
