Hyundai da por sentado el final de la caja manual, el freno de mano y el tablero analógico
Desde la marca surcoreana ya imaginan un futuro sin componentes que durante décadas fueron de serie en los vehículos.
La evolución tecnológica del automóvil avanza a paso firme, dejando atrás elementos que durante décadas definieron la experiencia de conducción. Para Hyundai, este cambio no es solo inevitable, sino necesario: en las ciudades modernas, donde la comodidad se impone como prioridad, la transmisión automática ya no es un lujo, sino una norma.
Así lo planteó recientemente el director general del Centro Técnico de Hyundai en Europa en una entrevista con la revista Car. Según el ejecutivo, el auge de las cajas automáticas refleja no solo una tendencia del mercado, sino una transformación profunda en las prioridades del consumidor.
La caída de la caja manual: más allá de las emociones
Aunque algunos entusiastas sigan fieles al embrague y la palanca, lo cierto es que la demanda por transmisiones manuales ha caído en picada. En mercados como el estadounidense, la versión manual del Hyundai Elantra N apenas alcanzó el 30 por ciento de las ventas el año pasado, mientras que la gran mayoría optó por la versión automática de doble embrague y ocho marchas.
Esta caída en las preferencias complica el panorama para los fabricantes. Desarrollar sistemas de asistencia al conductor para dos tipos de transmisión encarece los costos y ralentiza la producción. Y si a esto se le suman las nuevas regulaciones de emisiones, que dificultan aún más la homologación de transmisiones manuales, el escenario parece sellado.
Estándares modernos y nuevas generaciones
La transmisión automática no es el único componente clásico que está perdiendo lugar. El freno de mano manual y los relojes analógicos (instrumental) también se encaminan al olvido. Cada vez es más común que la mayoría de los usuarios se sienta más cómodaocon frenos de estacionamiento electrónicos y cuadros de instrumentos digitales.
En este contexto, el ejecutivo de Hyundai subraya que el mercado no ofrece muchas opciones: los autos nuevos casi siempre vienen con transmisión automática, tablero digital y freno eléctrico. No se trata solo de diseño o preferencia, sino de eficiencia industrial. Estandarizar componentes permite reducir tiempos y costos en la producción, un factor clave en la competitiva industria actual.
Los deportivos también cambian de piel
En paralelo, la electrificación ha comenzado a redefinir también a los autos de alto rendimiento. Desde la mirada de Hyundai, lamentar la desaparición de los deportivos de combustión no tiene mucho sentido.
El salto tecnológico es asombroso. Según el vocero, en solo diez años los autos eléctricos han alcanzado niveles de sofisticación y rendimiento que a los vehículos a nafta o diésel les tomó un siglo. Y aunque para algunos pueda parecer sacrilegio, considera que los sonidos artificiales del motor, generados por altavoces, cumplen perfectamente su rol emocional.
Un cambio generacional que no se detiene
Así, la industria automotriz entra en una nueva fase, impulsada por la tecnología, la eficiencia y las expectativas de nuevas generaciones de conductores. Aunque aún haya nichos que valoren lo analógico, lo visceral y lo mecánico, el camino ya está trazado: la conducción del futuro será automática, conectada y silenciosamente eléctrica.
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