Lamborghini (CEDOC)
Lamborghini Foto: CEDOC
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Íconos

Lamborghini: la inspiración detrás de los nombres y colores únicos del programa Ad Personam

La firma italiana es una de las marcas de lujo que busca personalizar al detalle cada uno de sus modelos.

martes 23 de diciembre de 2025

En Automobili Lamborghini, los nombres no son un detalle menor ni un recurso de marketing circunstancial: forman parte esencial del ADN de la marca. Desde sus modelos, históricamente bautizados con nombres vinculados al mundo de la tauromaquia, hasta sus colores y acabados, la firma italiana recurre a un universo simbólico cargado de fuerza, mito, historia y emoción. Esa misma filosofía que da identidad a vehículos como Aventador, Huracán o Revuelto se extiende también al modo en que la marca concibe y nombra cada tonalidad de su paleta cromática.

Bajo esa lógica nace el programa Ad Personam, el exclusivo departamento de personalización creado en Sant’Agata Bolognese para convertir cada Lamborghini en una pieza irrepetible. Lanzado en 2011, este proyecto interno permite a los clientes configurar su vehículo con un nivel de detalle comparable al de la alta costura. Su éxito es contundente: hoy más del 94 por ciento de los Lamborghini producidos incorporan al menos un elemento desarrollado dentro de este programa.

Dentro del universo Ad Personam, el color ocupa un rol protagónico. A lo largo de los años, la marca ha construido un verdadero patrimonio cromático que supera las 400 tonalidades, cada una con su propia historia, inspiración y significado. En Lamborghini, la pintura no es solo una elección estética, sino un lenguaje narrativo que conecta al cliente con la esencia de la marca.

Mitología, cielo y leyendas como fuente creativa

Una parte importante de estos colores encuentra su origen en la mitología clásica y la astronomía. Los nombres son cuidadosamente seleccionados por el equipo de Ad Personam junto al Centro Stile, y suelen remitir a deidades, figuras legendarias o constelaciones, aportando a cada vehículo un carácter casi épico.

Ejemplos de esta inspiración abundan. El Nero Nemesis remite a la diosa de la justicia y evoca el negro profundo de las túnicas judiciales. El Arancio Apodis toma su nombre de la constelación del Ave del Paraíso, visible en el hemisferio sur y compuesta por estrellas clasificadas como gigantes anaranjadas. El Viola Pasifae recuerda a la reina de Creta y madre del Minotauro, mientras que el Blu Cepheus hace referencia a Cefeo, rey etíope de la mitología griega, cuya constelación simboliza el vínculo entre el firmamento y la tierra.

Más críptico resulta el Grigio Telesto, cuyo nombre de raíz griega alude tanto a una luna de Saturno descubierta en 1980 como a una figura mitológica menos definida, aportando un aura de misterio a este tono gris de carácter sofisticado.

Colores nacidos de historias reales

No todos los tonos surgen del mito o del cielo. Algunos están directamente ligados a episodios concretos de la historia de la marca. Uno de los relatos más célebres es el del Verde Scandal, creado a finales de los años sesenta cuando una clienta solicitó un verde inexistente en la gama. Como referencia, señaló el vestido que llevaba puesto y, ante el pedido de una muestra, no dudó en entregarlo para que Lamborghini reprodujera exactamente ese color.

El Viola 30th fue desarrollado en 1993 para celebrar el 30° aniversario de la compañía y debutó en el emblemático Diablo. En tanto, el Giallo Maggio nació en 2013 para conmemorar los 50 años de Lamborghini, estrenándose en el Aventador 50° Anniversario. Este amarillo intenso rinde homenaje al mes de fundación de la marca —mayo de 1963— y se caracteriza por su brillo excepcional, logrado mediante partículas transparentes altamente reflectantes que potencian la luminosidad de la carrocería.

Identidad territorial y raíces italianas

La conexión con su lugar de origen también se expresa a través del color. Tonalidades como el Giallo Quercus evocan el roble dorado presente en el escudo de armas de Sant’Agata Bolognese, símbolo de fortaleza y perseverancia. Otros tonos, como Terra Emilia y Terra di Sant’Agata Bolognese, fueron concebidos para rendir homenaje a la región y a la ciudad que vio nacer a la marca. En estos casos, se trata de colores reservados exclusivamente para los interiores, aplicados a cueros y materiales nobles.

Técnicas artesanales y acabados únicos

Más allá del color en sí, Lamborghini también innova en los procesos de aplicación. El Diamond Coating no es una pintura convencional, sino un acabado transparente que incorpora polvo de diamante real en la capa final, generando un efecto de profundidad y brillo extraordinarios. Por su parte, el Crystal Effect se obtiene mediante un complejo proceso multicapa aplicado a mano, en el que distintos estratos de color crean reflejos cambiantes que resaltan las formas del vehículo.

En Lamborghini, cada tonalidad es una historia contada sobre metal y fibra. Es memoria, territorio, mito y experimentación reunidos en una misma superficie. Así, la marca de Sant’Agata Bolognese demuestra que sus creaciones no se limitan a la ingeniería extrema o al diseño radical: también son emociones, carácter e identidad esculpidos en color.