Probamos la nueva Mitsubishi L200
La nueva generación de esta pick-up pionera entre las de una tonelada de carga llega desde Tailandia con un singular diseño, mejor equipamiento, el mismo eficiente sistema de tracción 4x4 y motor de nueva generación, pero con un rendimiento similar al de su antecesor. ¿Ganará terreno en nuestro mercado?
La emblemática canción de Pink Floyd “Shine on you crazy diamond” (Brilla, diamante loco) fue una suerte de homenaje metafórico a Syd Barrett, fundador y miembro original de la banda británica, que por distintos motivos fue reemplazado por David Gilmour a fines de la década de 1960.
Básicos:
Velocidad máxima: 177,8 km/h / Potencia: 184 CV / Consumo promedio: 11,2 km/l / Precio: u$s 56.500
Diseño/aerodinámica (✭✭✭✭): Su estilo es rupturista y puertas adentro parece un SUV. La carrocería ofrece buena aislación acústica.
Confort/espacio interior (✭✭✭✭): Las butacas delanteras son ergonómicas y confortables, y la habitabilidad trasera es de las mejores de su clase.
Motor/prestaciones (✭✭✭1/2): El motor es confiable y sus prestaciones lógicas, pero el rendimiento algo acotado.
Los más: Calidad general • Espacio interior • Aptitudes off-road.
Equipamiento/instrumental (✭✭✭1/2): En líneas generales la dotación es completa y los comandos tienen un diseño agradable.
Suspensiones/dirección (✭✭✭): El tren trasero es algo duro y la dirección, sin asistencia eléctrica, es pesada para maniobrar en ciudad.
Transmisión/caja (✭✭✭✭): Pese a no tener levas, la caja no presenta vicios al momento de pasar de marchas. El sistema de tracción es uno de sus fuertes.
Los menos: Garantía acotada • Faltantes de seguridad • Sin levas.
Seguridad/frenos (✭✭✭1/2): El sistema responde con eficacia y la dotación es adecuada, pese a algunos faltantes.
Precio/garantía (✭✭✭): Su valor es intermedio en el segmento, pero la garantía queda relegada de la competencia.
Su letra dice algo así como “¿Recuerdas cuando eras joven? Brillabas como el sol”. Y de alguna manera podríamos trazar un paralelismo con la historia de este modelo y su marca (sí, la de los tres diamantes), que quiere volver a brillar como en épocas pasadas, donde Mitsubishi supo acaparar el mercado argentino con productos de excelente reputación, tales como los Sapporo, Galant, Montero, Lancer, Eclipse y Colt, e incluso la propia L200 que para su época (en los ochenta y noventa) fue revolucionaria entre las de su clase.
Pero las dificultades para importar vehículos durante los últimos años y la escasa oferta de unidades relegaron la presencia de la Mitsubishi L200 en nuestro país. Ahora, en esta sexta generación, pretende recuperar terreno con un producto notablemente evolucionado que llega desde Tailandia. Manejamos la única versión que se comercializa en la Argentina. La pregunta es: ¿podrá ser protagonista en este segmento donde cada vez hay más competencia?
El cambio radical de Mitsubishi L200
Debo reconocer que me costó digerir el replanteo estético de esta chata: el frontal de la anterior me cautivó de entrada. Sin embargo, con el correr de los días a bordo de la nueva L200 o Tritón, como se la conoce en otros mercados, terminé acostumbrándome al nuevo ADN basado en el concepto “Dynamic Shield” presente en otros productos recientes de la firma japonesa.
Llama muchísimo la atención el nuevo frontal con su enorme parrilla opaca flanqueada por apliques cromados que dividen los faros full led de las luces de circulación diurna. Respecto de su antecesora es 5 cm más ancha (1.865 mm), 10 centímetros más larga (5.320 mm) y 13 centímetros más extensa entre ejes (3.130 mm), mientras que la altura se mantiene en 1,79 metros, pero en este caso con una línea de cintura más elevada que le imprime mayor carácter.
Algo que definitivamente me gustó es el trabajo estilístico de los laterales, que con diferentes molduras en las puertas y parte de la caja de carga son una bocana de aire fresco entre sus pares, cuyo estilo es bastante estándar.
Las llantas de 18 pulgadas calzan neumáticos mixtos en medida 265/60 R18 y los estribos laterales son de aluminio, mientras que el portón trasero tiene formas bien rectas y el detalle curioso es que la cubierta del paragolpes es de plástico, material presumiblemente más sensible al desgaste durante un uso intensivo, ya que también sirve de estribo para acceder a la caja de carga.
A propósito de esta última, cabe destacar que la L200 dispone de un protector plástico y cuatro ganchos para sujeción, pero no de lona marítima de serie, como así tampoco barra de San Antonio, dejando un poco austero a este sector.
La buena noticia para el usuario es que debajo del chasis cuelga una rueda de auxilio del mismo tamaño de las titulares y con llanta de aleación. La capacidad de carga mejoró de 945 a 1.025 kilos, y otro dato positivo es que la moderna plataforma de la L200 ofrece ahora una estructura más resistente que le permitió obtener recientemente la máxima calificación en las pruebas de choque de LatinNCAP con cinco estrellas en seguridad.
Ambiente SUV
La solidez de origen de esta camioneta se advierte ni bien abrimos las puertas para acceder al habitáculo, con una calidad de manufactura excepcional que combina apliques de plástico símil aluminio y revestimientos de cuero tanto en el panel de a bordo como en las puertas y la consola central.
El entorno es ameno y moderno, sin la necesidad de apelar a grandes pantallas, como dicta la tendencia. El tablero de instrumentos combina dos relojes analógicos con un enorme display digital para las funciones de la computadora de a bordo, mientras que sobre el panel sobresale una pantalla táctil de 9 pulgadas tipo flotante.
Esta última ofrece buena nitidez de imagen (sobre todo la cámara 360°), cuenta con botones físicos adicionales tipo doble din, tiene GPS integrado y permite conexión inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, pero su sistema multimedia claramente no es de los mejores.
Con butacas delanteras bien anatómicas y múltiples ajustes eléctricos en la del conductor, la posición ideal de manejo se obtiene con mucha facilidad, ya que además el volante ofrece doble regulación. Este último tiene un buen grip, pero no dispone de levas para el paso de marchas: si el conductor pretende realizar cambios de manera manual, puede hacerlo a través del comando secuencial de la selectora.
Entre otros “amenities” del sector delantero podemos mencionar el climatizador digital bizona, el cargador inductivo para teléfonos celulares y el doble puerto USB de la consola central (uno convencional y otra tipo C), pero los pasajeros no contarán con butacas calefactables.
Gracias a la ganancia entre ejes, esta nueva generación de L200 ofrece mejor habitabilidad trasera, de las más destacadas del segmento. Esto se debe al diseño de la cabina, que culmina “recostada” hacia el sector de la caja de carga y permite que el respaldo tenga buena inclinación y haya generoso espacio para las piernas. Y además de contar con doble toma USB y 12V, el diferencial de este sector por sobre el resto de sus competidoras radica en las múltiples salidas de aire (debajo del techo) con forzadores.
Nuevo, pero igual
Bajo el capó, Mitsubishi anuncia un nuevo motor turbodiésel de geometría variable denominado 4N16, aunque en esencia es una evolución del que ya equipaba la L200 anterior; tanto es así, que este bloque de aluminio MIVEC-DOHC de 2,4 litros de cilindrada y 16 válvulas ofrece un rendimiento similar al de su antecesor con 184 caballos de potencia (tres CV más) y la misma entrega de torque de 43,9 kgm, ahora entre 2.250 y 2.500 rpm.
Nominalmente está lejos de los V6 de Ford y Volkswagen, de 250 y 258 caballos, respectivamente, e incluso de los 204 y 207 CV de la Chevrolet S10 y la Toyota Hilux, pero se muestra siempre enérgico a la hora de entregar su poder.
Trabaja asociado con una caja automática de seis velocidades cuyo funcionamiento es adecuado, y no evidencia marcados retrasos a la hora de pasar de marchas, conjunto con el que logra buenas prestaciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,9 segundos y alcanza una velocidad máxima de 177,8 km/h, mientras que en las recuperaciones necesita de 8,6 segundos para pasar de 80 a 120 km/h.
El rendimiento no dista demasiado de las prestaciones de su antecesora: en ciudad obtuvimos 9,2 km/l, 13,3 km/l en ruta a 90 km/h y 11,1 km/l a 120 km/h, para redondear un promedio de 11,2 kilómetros por cada litro de combustible, un rango intermedio en este segmento.
La nueva Mitsubishi L200 ofrece un agradable confort de marcha y buen aplomo en ruta cuando se la exige dinámicamente. Sin embargo, su tren trasero es algo duro y esa característica produce que en caminos irregulares de campo o incluso en las imperfecciones de la ciudad o lomos de burro transmita un andar saltarín.
La estructura de esta camioneta no ha cambiado su tradicional esquema con elásticos traseros ubicadas por debajo del chasis. En este apartado, las Volkswagen Amarok y Ford Ranger, en menor medida, son las referentes, ya que ambas los tienen situados por fuera del chasis, con los consecuentes confort y estabilidad que eso implica.
Un aspecto que no nos gustó de esta nueva generación es la dirección sin asistencia eléctrica (es servoasistida hidráulicamente). Y pese a que ofrece un gran radio de giro, resulta bastante pesada al realizar maniobras en espacios reducidos.
Ahora bien, un sello distintivo de la marca de los tres diamantes es un sistema de tracción integral denominado Super Select 4WD-II. Este 4x4 desconectable con caja reductora se manipula desde un comando tipo ruedita ubicado en la consola central, que permite elegir entre siete modos de manejo y, además, ofrece bloqueo de diferencial trasero mediante un botón, aditamento que resulta imprescindible cuando las condiciones extremas del terreno lo ameritan.
Pese a contar con discos adelante y tambores atrás, el desempeño de esta camioneta tailandesa durante las pruebas de frenado no desentonaron: para detenerse por completo desde los 100 km/h se sirvió de 44,5 metros, una medida lógica que resulta incluso mejor que la obtenida por otras pick-ups equipadas con discos traseros.
Busca su lugar
En materia de seguridad, la L200 ofrece de serie siete airbags y los obligatorios frenos ABS y control de tracción y estabilidad. Suma además algunos sistemas como mitigación de colisión frontal con detección de peatones, alerta de tráfico cruzado trasero, control de balanceo del tráiler y advertencia de punto ciego.
Lamentablemente, al igual que ocurrió con la actualización de la Amarok, no dispone de ADAS como control de velocidad crucero adaptativo (tiene el común), y si bien la marca cataloga al sistema de advertencia de cambio de carril como una asistencia, en realidad es apenas una ayuda, ya que pese a la vibración del volante y el testigo encendido en el tablero al cruzarse de carril involuntariamente, en ningún momento el vehículo corrige la trayectoria.
Decíamos al comienzo que por el momento Mitsubishi presenta una sola versión de esta nueva L200 que se denomina GLS y cuesta 56.500 dólares, unos 66.670.000 pesos de acuerdo con la cotización oficial del Banco Nación. Es un valor intermedio en relación con las versiones tope de gama de la competencia, todas fabricadas en la región, con tracción 4x4 y caja automática.
Por debajo de la chata de Mitsubishi están las prácticamente ya en retirada Renault Alaskan Iconic (con un llamativo precio de lista de 56.630.000 pesos) y la Nissan Frontier Pro-4X (63.723.762 pesos), además de la nueva Chevrolet S10 High Country, que cuesta 63.567.900 pesos.
Más arriba se encuentran la Toyota Hilux SRX (68.194.000 pesos), la Ford Ranger Limited Plus equipada con el motor V6 (77.344.210 pesos) y la Volkswagen Amarok Hero V6 AT (77.768.100 pesos).
A priori supone ser competitiva, pero más allá de las camionetas tradicionales del segmento, esta L200 deberá lidiar con varios ejemplares de marcas chinas que aparecieron como un aluvión durante los últimos meses. Hablamos de productos interesantes y muy bien equipados, tales como la Foton Tunland V9 (Mild Hybrid a 65.000.000 pesos), la Maxus T90 (desde 43.000 dólares), la JMC Grand Avenue (naftera, a 59.900.000 pesos), e incluso la Great Wall Poer Super Luxury, comercializada por el mismo importador de Mitsubishi (Grupo Antelo), que se vende a 45.827 dólares.
Un dato negativo es el período de garantía que Mitsubishi ofrece por la L200 en la Argentina: apenas tres años o 100.000 kilómetros, uno de los más pobres del segmento, mientras que la mayoría ofrece entre cinco y seis años o 150.000 kilómetros.
FICHA TECNICA MITSUBISHI L200 GLS (2025):
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