A lo largo de los años, aquellos que seguimos de cerca la evolución de la industria automotriz hemos visto cómo los estilos de diseño nacen, maduran y caen en el olvido. Sin embrago, muchos de esos dibujos resucitan, vuelven a tener una época de gloria impulsados por el marketing. No es que se hayan acabado las ideas, pero...
Así, del mismo modo que desde finales de la década del ’90 del siglo pasado la tendencia del mercado apuntaba hacia los SUV, ahora es el momento de los fastback, denominación que se apoderó de varias siluetas, aquellas que califican en ese concepto comúnmente conocido como “con estilo de cupé”.
Es el caso del Basalt, el tercer integrante de la familia de compactos de Citroën que nació del bautizado como Proyecto C-Cubo; los otros dos son el C3 y el C3 Aircross.
Básicos:
Velocidad máxima 183,4 km/h Potencia 120 CV Consumo promedio 15,2 km/l Precio $ 29.590.000
Diseño/Aerodinámica (✭✭✭✭): El estilo fastback lo presenta como un producto “diferente”, pero ese dibujo limita la visibilidad por la luneta.
Confort/Espacio interior (✭✭✭1/2): Es amplio para cuatro pasajeros, aunque atrás la caída del techo limita el confort para los más altos. Mucho plástico duro en el interior. Baúl de gran capacidad.
Motor/Prestaciones (✭✭✭✭): El grupo mecánico responde muy bien, con prestaciones correctas y un consumo muy bueno.
Los más: • Estilo diferenciado • Espacio interior • Prestaciones • Consumo.
Equipamiento/Instrumental (✭✭✭1/2): Ofrece una dotación que cubre todos los frentes. Rueda de repuesto temporal. Tablero digital. Algunos comandos están mal ubicados.
Suspensiones/Dirección (✭✭✭✭): Muestran un equilibrio bien logrado para el tránsito urbano, lo que lo hace un vehículo muy ágil.
Transmisión/Caja (✭✭✭✭): La tracción es delantera. La caja tiene modo Sport y opción M para “jugar” a pasar los cambios.
Los menos: • Visibilidad por la luneta • Calidad de materiales • Ubicación algunos comandos • Rueda de repuesto temporal.
Seguridad/Frenos (✭✭✭1/2): Frena bien, aunque con distancias un poquito largas. El equipamiento cubre las necesidades básicas. Cuatro airbags, sin ADAS.
Precio/Garantía (✭✭✭): Está en el promedio de la categoría, tanto en precio como en garantía.
A diferencia de aquellos, en cuyas carrocerías los ingenieros han privilegiado las líneas rectas, en la del Basalt dibujaron el sector posterior del techo con una caída suave, detalle que le otorga esa seña particular que hoy parece extenderse como tendencia en la industria automotriz.
Con dicha imagen diferenciada, (tal es así que desde la marca lo promocionan como un SUV...) el Citroën Basalt se ofrece en nuestro país en cuatro versiones, dos con motor 1.6 de 115 CV y caja manual de quinta, denominadas Live Pack y Feel, y Shine y First Edition, que emplean el propulsor turbo T200 de 120 CV y caja CVT.
La última –creada para el lanzamiento comercial de este nuevo producto– es la que ocupa el lugar de tope de gama y la que aquí analizamos.
Tres de tres
Como decimos más arriba, el Basalt es el tercer integrante del Proyecto C-Cubo y, como tal, probablemente el que despertó mayores expectativas. Mucho se especuló antes de que los responsables de Stellantis lo dieran a conocer, ya que no había señales claras que permitieran vislumbrar qué tenían entre manos los ingenieros brasileños.
Con el tiempo aparecieron las primeras imágenes “espías”, las cuales dejaban ver que se trataba de un compacto (eso ya se sabía), con una carrocería bastante distinta a la de sus hermanos.
Efectivamente, el diseño de la parte trasera del techo es la clave; un sector que, por su curvatura, hace que se reduzca la visibilidad por la luneta.
Pero el Basalt también muestra otros detalles que lo diferencian, como, por ejemplo, la distancia entre ejes: mide 2.645 mm, 105 mm más que la del C3, aunque 30 mm menos que la del C3 Aircross. Y también es más largo que aquellos, superando en 362 mm al hatchback y en 23 mm al SUV, aunque es más bajo y más ancho que los otros dos.
La vista en la que son inocultables las coincidencias entre los tres es la frontal: capó, parrilla, tomas de aire, luces DRL (de led) son los mismos. También comparten los grupos ópticos principales, que son halógenos.
Las llantas son de aleación de 16 pulgadas en color negro (lamentablemente, la rueda de repuesto es temporal), tono que también cubre la carcasa de los retrovisores y el techo, conformando de esta manera una carrocería bi-tono. Vale destacar que esta edición especial se ofrece en un color exclusivo, Blanco Nacarado, y que, por supuesto, agrega en la silueta placas que identifican la versión.
El dato llamativo es la imagen que devuelven las ruedas junto con la cobertura de los guardabarros: parece que le quedan chicas, algo similar a lo que ocurre con el Fiat Fastback.
Así de amplio
En el habitáculo también aparecen varios puntos de contacto con los otros dos modelos. La calidad de materiales está en el promedio que ofrecen los productos de la categoría de esta procedencia (Brasil), es decir que el plástico duro es protagonista y que para los tapizados (bi-tono y con costuras de colores diferenciados) se ha utilizado una cuerina que en apariencia (y al tacto) se advierte bastante delgada.
La mejor posición de manejo se puede lograr rápidamente, aunque para algunas personas demandará unos minutos extra, ya que la columna de dirección no ofrece ajuste en profundidad, aunque sí en altura, el mismo reglaje del que dispone la butaca del conductor.
El tablero es ciento por ciento digital y configurable (se puede elegir, por ejemplo, que muestre el tacómetro o un indicador de conducción eficiente), con un gran velocímetro central e instrumentos de segmentos luminosos para nivel de combustible y temperatura del refrigerante del motor.
La pantalla del sistema de infoentretenimiento es de 10 pulgadas, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, y en ella también se ven las imágenes de la cámara de marcha atrás.
Agrupa comandos para varias funciones, muchas de las cuales también cuentan con comandos físicos. Entre ellos se destacan los del climatizador que, a cargo de teclas, es una de las diferencias que presenta frente a sus hermanos, en los que los comandos son radiales.
No es la mejor la ubicación de la tecla que habilita el control de velocidad crucero: aparece en la zona baja a la izquierda de la columna de dirección, el mismo lugar en el que han instalado la traba de las ventanillas, el cierre central de puertas y la función Sport.
Pero lo que representa la mayor incomodidad es la ubicación de los gatillos de los levantavidrios traseros: están en la consola que aparece entre las butacas delanteras, en el “centro geográfico” del auto, posición que hace poco práctico acceder a ellas, especialmente para los pasajeros de adelante.
El sector posterior es bastante amplio. Quienes viajen en esos asientos tendrán espacio suficiente para las piernas, pero aquella caída del techo de la que hablamos antes representará una molestia para quienes miden hasta 1,80/1,85 m de estatura. El asiento central es pequeño.
En ese sector no hay salida de aire, pero sí puertos USB.
En cuanto al baúl, el del Basalt ofrece una gran capacidad de 490 litros, superando claramente al C3 (315 litros) y casi empatando con el C3 Aircross de cinco plazas (493 litros).
Como vemos, es un producto que cuenta con una dotación más bien básica, pero que cubre todos los frentes, incluyendo la seguridad. En ese apartado dispone de, entre otros, ayuda al arranque en pendiente, anclajes Isofix, sensores de estacionamiento traseros, cámara de marcha atrás, faros antiniebla delanteros y cuatro airbags. No tiene asistencias a la conducción.
Empuje 200
La llegada del motor T200 ha inyectado un toque de modernidad a la gran oferta de Stellantis. Ese propulsor de tres cilindros, un litro de desplazamiento y alimentación por turbo, entrega 120 CV de potencia y 200 Nm de torque (de ahí su nombre), poder que es administrado por una caja automática del tipo CVT con siete marchas virtuales, modo S y una posición M en la selectora para jugar a pasar los cambios. La tracción es delantera.
Es un equipo que se comporta muy bien especialmente en la ciudad, en donde el par motor (disponible a partir de las 1.750 rpm) aparece como el elemento clave que transforma a este vehículo en un modelo muy ágil para el tránsito urbano.
En ese circuito, tanto las suspensiones como la dirección muestran una puesta a punto general que entrega el equilibrio necesario para la circulación diaria, la cual permite “acomodar” con rapidez la silueta de Basalt en los pequeños espacios que nos ofrece el tránsito urbano.
En la ruta la respuesta también es adecuada, ya que a diferencia de sus hermanos de plataforma, la carrocería mostró menor tendencia a perder la línea.
Del mismo modo, frena bien aunque con distancias un poquito largas: por ejemplo, para detenerse por completo desde 100 km/h recorrió 42,3 metros.
Al repasar las prestaciones vemos que el Basalt First Edition puede alcanzar los 183,4 km/h de velocidad máxima y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,8 segundos, mientras que también logra recuperaciones correctas: para pasar de 80 a 120 km/h necesitó 7 segundos.
En cuanto al consumo, estamos frente a un producto que “gasta poco”; en promedio, la unidad de pruebas mostró un muy buen rendimiento: 15,2 km/l.
Y vale...
El precio de venta del Citroën Basalt First Edition publicado por la marca al cierre de esta edición era de 29.590.000 pesos, un valor que queda en medio de las opciones que representan sus potenciales rivales, todos productos muy bien preparados, siempre considerando unidades con motor turboalimentado.
Por el lado de los que son más caros que el Basalt podemos mencionar al Volkswagen Polo Highline que, con el motor 170 TSI (101 CV) y caja automática, ofrece un baúl de menor capacidad (300 l), pero una dotación de equipamiento más amplia, y vale 34.703.100 pesos. El Renault Kardian se suma a esta lista con un nivel de equipamiento superior al del Citroën y componentes mecánicos específicos, tal como la caja automática de doble embrague, y que en la versión tope de gama (Première Edition) se vende por 33.660.000 pesos.
Los que se le acercan más en precio son, por ejemplo, el Peugeot 208 Allure T200 (mismo motor y algo más de equipamiento), por 30.730.000 pesos, el Hyundai HB20 que en la variante Platinum Safety (incluye ADAS) y con motor de 123 CV se vende por 28.600.000 pesos y el Chevrolet Onix Premiere, con motor 1.0 de 116 CV, más elementos de seguridad (seis airbags) y baúl de 413 litros que se vende por 30.100.900 pesos pesos.
Podríamos sumar otro rival, aunque con motor aspirado: el Toyota Yaris, que en la versión S cuenta con siete airbags y se vende por 28.780.000 pesos, y por el que la marca japonesa ofrece una garantía de cinco años o 150.000 kilómetros, superando los tres años o 100.000 kilómetros del Basalt.
Ficha técnica