Max Valier

Por extraño que parezca, el mismo año en que se hizo real el vuelo aéreo, el espacial empezó a ser objeto de atención auténticamente científica. En 1903, el físico ruso Konstantin Tsiolkovski inició la publicación de una serie de artículos para una revista de aviación, en los que profundizaba de manera extraordinaria en la teoría de los cohetes. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Por extraño que parezca, el mismo año en que se hizo real el vuelo aéreo, el espacial empezó a ser objeto de atención auténticamente científica. En 1903, el físico ruso Konstantin Tsiolkovski inició la publicación de una serie de artículos para una revista de aviación, en los que profundizaba de manera extraordinaria en la teoría de los cohetes.

Ocho años antes, el 9 de febrero de 1895, había nacido el que sería uno de los más reputados ingenieros en cohetes y el primero que los utilizó en un automóvil. Nos referimos al Max Valier, el gran científico austriaco que obtuvo su título en la Universidad de Innsbruck. Se especializó en física, matemáticas y astronomía, y poco después se radicó en Alemania.

Influyeron mucho en el pensamiento de Valier las teorías que Hermann Oberth expuso en su obra Los cohetes en el espacio interplanetario. Oberth asesorá a Valier, quien en 1924 publica su libro El avance en el espacio, con un gran éxito de ventas.

Como hemos señalado, Valier fue uno de los pioneros de la industria de cohetes y uno de los fundadores de la Sociedad para el Vuelo Espacial de Alemania, la que posteriormente sentará las bases para los vuelos espaciales y de la cual saldrán prominentes figuras, como Wernher von Braun.

Valier publicó numerosos artículos en torno a los viajes espaciales, destacando entre ellos:“De Berlín a Nueva York en una hora”, o bien “Un atrevido viaje a Marte” y el libro Raketen Fahrt (“Viajes en cohetes”).

Abocado a la creación de propulsores, en 1928, Max Valier desarrolla, junto a Fritz von Opel y Friedrich Sander,  el primer automóvil propulsado por cohetes y, en los meses siguientes, una serie de prototipos de autos y aviones basados en el mismo sistema de propulsión, estableciendo los cimientos de una naciente industria, generando al mismo tiempo un gran interés popular por estos campos. Como ejemplo de su gran capacidad de creación, señalemos que Valier construyó varios vehículos impulsados por cohetes, entre los que cuentan trineos, patines y automóviles, algunos de los cuales alcanzaron los 380 kilómetros por hora.

Viendo que Opel quedó satisfecho con el modelo impulsado por cohetes de pólvora, pero que no quería (o no podía) seguir invirtiendo grandes sumas de dinero en este tipo de propulsores, Valier desarrolló por su cuenta otros automóviles a cohete, experimentando con combustibles líquidos, como el alcohol, que a su vez se mezclaba con el comburente, el oxígeno líquido. El primer automóvil a cohetes de combustible líquido se probó en Berlín el 19 de abril de de 1930 y recibió la denominación de Valier-Heylandt Rak 7. El oxígeno líquido lo proveía Heylandt, un conocido industrial especializado en la licuefacción de gases.

Por desgracia, Valier falleció trágicamente en Berlín el 17 de mayo de 1930, mientras probaba en el banco  un nuevo cohete de combustible líquido, que estalló. Su colega y amigo Arthur Rudolph continuó con las investigaciones y llegó a construir un cohete de gran empuje, que ofrecía amplios márgenes de seguridad. Con la muerte de Valier se interrumpieron las aplicaciones de los cohetes en automóviles experimentales y las autoridades nazis exigieron que todos los esfuerzos se centraran en las aplicaciones militares, incluyendo aviones pero no  vehículos terrestres.

Así en los tramos finales de la Segunda Guerra Mundial llueven sobre Londres, primero las bombas cohete V1, mayormente interceptadas por la RAF (Royal Air Fortce)y las baterías antiaéreas y,   después, las temidas V2, que viajaban a 5.000 km/h y con una carga explosiva de una tonelada. Las V2 causaron devastación en la capital británica.

Max Valier es considerado por la comunidad científica internacional como uno de los más famosos inventores y precursores de la astronáutica y la tecnología de los cohetes, y muchas instituciones llevan su nombre.

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