Volvo es conocida mundialmente por fabricar automóviles dotados de tecnología al servicio de la seguridad de los ocupantes, así como como del entorno. El énfasis en este vital aspecto se ve reflejado también en su decisión de limitar la velocidad máxima en todos sus modelos a 180 km/h a partir del año próximo.
El plan Visión 2020 de la compañía de origen sueco apunta a que para 2020 nadie muera ni sufra lesiones graves en uno de sus nuevos vehículos. Consciente de que con la tecnología por sí sola no podrá alcanzar esa meta, la marca ahora está ampliando su alcance para incluir un enfoque en el comportamiento del conductor.
"Debido a nuestra investigación, sabemos dónde están las áreas problemáticas cuando se trata de terminar con lesiones graves y muertes en nuestros autos. Y aunque una limitación de velocidad no es una cura, vale la pena hacerlo si podemos salvar una vida", sostuvo Håkan Samuelsson, presidente y director ejecutivo de la empresa.
De acuerdo a datos de la National Highway and Traffic Safety Administration (NHTSA), el 25 por ciento de todas las muertes por incidentes de tránsito en los Estados Unidos durante 2017 fueron producto del exceso de velocidad.
Cabe destacar que Volvo Cars también está investigando cómo una combinación de control de velocidad inteligente y tecnología de geolocalización podría acotar automáticamente las velocidades en escuelas y hospitales en el futuro.
Más allá del exceso de velocidad, existen otras dos áreas problemáticas en el recorrido hacia la reducción “a cero” del número de víctimas: la conducción bajo la influencia del alcohol o las drogas y la distracción al volante, ya sea por la utilización de teléfonos móviles o porque el conductor no se involucra completamente en el manejo. Volvo Cars presentará ideas para abordar ambos temas de intoxicación y distracción en un evento especial de seguridad en Gotemburgo, Suecia, el 20 de marzo.