A partir del 1 de enero, la base imponible a partir de la cual comenzará a pagarse el impuesto a los autos de alta gama subirá un 8,5%. El incremento, que se mantendrá hasta el 30 de junio próximo, fue confirmado informalmente por el ministro de Producción, Francisco Cabrera, a periodistas durante el brindis de fin de año de su cartera.
Si bien al interior del Ministerio se debatió una segunda propuesta que buscaba elevarlo un 15%, ésta quedó descartada con el objetivo de evitar críticas por aliviar la carga impositiva al sector automotor, informó Ámbito Financiero.
Según lo comentado por Cabrera, la base imponible del precio de fábrica, que hoy se ubica en $350.000, pasará en enero a $380.000. Si se toma el precio al público, el cambio se aplicaría a los modelos que se comercializan desde $480.000. Estos pasarían a costar $510.000. En tanto, los que superen ese nivel pasarán a pagar una alícuota del impuesto interno del 10%, que repercutirá en el valor del auto en aproximadamente un 11%. Finalmente, existe otra franja impositiva a partir de $800.000, que tributa una alícuota del 20%: ésta quedará sin modificaciones, al menos hasta junio próximo.
Esta actualización permitirá ajustar los precios de los modelos medianos, los primeros alcanzados por el impuesto, que en los últimos meses evitaron aumentar para no ser castigados con la alícuota.
Son sólo tres los modelos nacionales que alcanza este impuesto: la Toyota SW4, el utilitario Mercedes-Benz Vito y el SUV de Honda HR-V. Pero hay otros siete de producción local que están cerca de ser abarcados por él y que ahora tendrán mayor espacio para aumentar. Por otra parte, esta tasa sí grava a una gran cantidad de autos importados.
Si bien desde el sector se señaló que la noticia generó alivio, se sabe que se pretendía una mejora mayor, ya que desde enero de este año no se realiza ningún ajuste y debieron esmerarse para evitar que estos modelos fueran alcanzados por el tributo.
Asimismo, las automotrices expresaron su malestar por la promesa incumplida del Gobierno de no castigar con este impuesto a los modelos de producción nacional cuando, al mismo tiempo, pide que se hagan inversiones.
