¿Qué hay detrás del fenómeno Tesla?

La compañía de autos eléctricos superó en Wall Street las cotizaciones de las tradicionales automotrices americanas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Nikola Tesla fue uno de los genios más grandes y controversiales de la historia, defendido por muchos y desacreditado por otros. Como muchas mentes creativas, el apodo de loco le cae tan rápido como el de superdotado. A este científico (encasillarlo demandaría una disciplina aparte) le debemos cientos de avances, principalmente la corriente alterna. Eso fue, quizás, lo que llamó la atención del pequeño Elon Musk en su Pretoria natal (Sudáfrica), donde fantaseaba con los comics de ciencia ficción.

La historia del gran físico croata inspiró a este polifacético hombre a fundar, entre muchas otras empresas conocidas, Tesla Motors, la compañía de autos eléctricos premium que busca modificar la industria y que al cierre de esta edición rompía el mercado bursátil llegando a cotizar en Wall Street por encima de General Motors y Ford, dos de las grandes terminales americanas.

Cuando Musk, un producto de la educación estadounidense, creó Tesla en 2002, quizás nunca imaginó que su compañía iba a cotizar más de 51.300 millones de dólares en la bolsa de Nueva York, a pesar de catorce años de pérdidas y un volumen de ventas anual promedio de solo 80.000 unidades.

“Lo que ocurre con esta compañía es una burbuja. Su valor de mercado en la bolsa está determinado por el precio de la acción”, explicó a Parabrisas el economista Martín Kalos.

Una situación normal, con la salvedad de una palabra especial: burbuja. “Ese valor bursátil no necesariamente es el de la empresa. Quienes compran las acciones lo hacen con una intención inmediata, es decir, esperan que en un tiempo corto la acción suba. Pero tal vez no consideran que la empresa, a futuro, sea un buen negocio”, amplió Kalos.

Es decir, que para los inversores la acción de Tesla es un buen negocio para ganar dinero rápido, pero si tuviesen la oportunidad de comprar la firma, no creerían tomar una buena decisión. “La bolsa es especulación pura, y la empresa no tiene nada real que sostenga ese valor”, aseguró el consultor económico.

Cómo se calcula el valor de una empresa

Para calcular el valor de una empresa se tienen en cuenta muchos factores, pero principalmente los ingresos y egresos, y sobre todo, las perspectivas a futuro, explica Kalos.

“Tesla tiene muchas pérdidas, entonces influirían la expectativa de ganancias. En el valor de una compañía, si una persona la quiere comprar, va a ser un factor clave saber cuánto va a tardar en recuperar ese dinero”, detalló el especialista.

Entonces, ¿por qué esta joven corporación llegó a cotizar más alto que las legendarias General Motors y Ford? Todo se basa en un proceso mercantil de acciones y de tradición financiera.

“El negocio de estas marcas es conocido, así como sus ganancias. El precio de sus acciones es estable. Por eso hay que separar bien lo que vale la empresa y la bolsa. Las acciones de Tesla se mueven más rápido y mientras la gente crea que van a seguir subiendo, así se mantendrá”, cerró Kalos.

Musk conserva un 20,5 por ciento de las acciones de su compañía, que tiene una mínima porción del mercado aunque espera vender 500 mil unidades en los próximos años. No parece un rival para las gigantescas americanas: Ford vendió 6,65 millones de autos en 2016, y General Motors 9,5 millones.

Las terminales más valiosas

Esta parte final abre el interrogante: ¿cuáles son las automotrices más valiosas? Parabrisas relevó las listas de la conocida revista Forbes y la consultora Brand Finance, y ambas coinciden que Toyota es la terminal de mayor valor del planeta, así como el resto del podio.

Para Forbes (en su edición 2016, la última realizada), la japonesa tiene un valor de 42.100 millones de dólares. Segunda está BMW (28.800 millones de dólares) y tercera Mercedes-Benz, con una tasación de 26.000 millones de dólares. Completan Honda, Ford, Audi, Chevrolet, Lexus, Porsche y Nissan.

Respecto a Brand Finance, los primeros tres lugares son idénticos. Toyota lidera con una cotización de 46.200 millones de dólares. Luego aparece BMW, valuada en 37.100 millones de dólares. Mercedes-Benz le sigue de cerca con 35.500 millones de dólares. Es en el resto de las ubicaciones donde hay diferencias, ya que por primera vez aparece Volkswagen, seguida de Nissan, Ford, Honda, Audi, Porsche y Chevrolet. En ninguno de los casos se contemplan los grupos sino compañías individuales.

Curiosamente, en ninguna lista aparece Tesla. Con catorce años de pérdidas y 80.000 unidades vendidas por año no parece hacer mella en las grades automotrices del mundo. Pero eso no le importa al pequeño fantasioso Elon Musk. Él va por más. Mucho más.

De Tesla a Musk, innovadores y arriesgados

Elon Musk no empezó vendiendo autos. De hecho, tuvo varios empleos para solventarse los estudios cuando llegó a EEUU desde Sudáfrica. Se graduó en la Universidad de Pensilvania en física y economía. Según personas de su entorno, por entonces se la pasaba preguntándole a todo el mundo qué cosas tendrían mayor impacto en el futuro de la humanidad.

Tiempo después, advirtiendo lo que significaría internet, fundó una empresa de soporte online que luego vendió en una acaudalada cifra. De inmediato, vio la necesidad de mejorar los pagos y transferencias online. Así creó Pay Pal, la cual terminó traspasando a eBay en 1.500 millones de dólares. Su capital inicial a mediados de los 90 fue de sólo dos mil dólares.

Además, con Solar City busca elevar el nivel de la energía sustentable, y también sueña con colonizar Marte a través de SpaceX. ¿Le falta algo? Sí, un tren supersónico (a una velocidad promedio de 960 km/h) que una todo EEUU, para lo cual fundó Hyperloop y que también está en proceso de desarrollo en Europa.

Una empresa ligada a autos de vanguardia

Tesla llegó al mundo con la pretensión de demostrar que los autos eléctricos eran la mejor opción para un planeta preocupado por su ambiente y las prestaciones.

El Roadster vio la luz en 2008 y dejó a todos sin reacción: aceleraba de 0-100 en 3,9 segundos y su velocidad máxima estaba limitada a 200 km/h.

La empresa con base en Palo Alto, California pronto concibió el Model S, el auto premium de la firma. Además de una aceleración bestial (2,5 s) para un cuatro puertas, innovó en muchos aspectos y presentó motores eléctricos para ambos ejes. Mientras el Roadster tenía una autonomía de 392 kilómetros, el S podía alcanzar hasta casi 540.

Luego de anunciar el Model X, el SUV más  rendidor del mundo, Elon Musk prometió romper el mercado. Y lo hizo con el Model 3, que será el producto más económico de la empresa (se habla de 35 mil dólares) y se distribuirá a partir de 2018. Según versiones, ya hay 373 mil unidades reservadas. El bajo costo del 3 es posible gracias a un acuerdo de Musk con otras firmas para crear una megafábrica de baterías de iones de litio.

Además, Tesla montó su propia red de súpercarga en América del Norte, Europa y Asia. No termina ahí: es una de las empresas que más avanzó en vehículos autónomos, y ya comercializa sus modelos con software nivel 3.

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