Qué es el renting y por qué empieza a ganar terreno

Frente al aumento de los costos de movilidad y la inestabilidad económica, cada vez más personas eligen el renting como alternativa a la compra de un auto. Qué es, cómo funciona y por qué puede ser más conveniente en un contexto inflacionario.

Redacción Parabrisas

En tiempos donde la movilidad se vuelve cada vez más costosa, especialmente con la inestabilidad económica que se vive en varios países de la región, no son pocos los que empiezan a preguntarse si vale la pena seguir comprando autos. El mantenimiento, los seguros, la depreciación constante y los impuestos pueden convertir a ese "activo" en una carga difícil de sostener. En este contexto, cada vez son más los que optan por probar la nueva modalidad de renting como forma de simplificar su vida cotidiana, sobre todo en contextos inflacionarios donde tener costos fijos es una ventaja no menor.

¿Qué es el renting y cómo funciona?

El renting es una forma de arrendamiento operativo a mediano o largo plazo. A diferencia de un alquiler común o del leasing financiero, esta modalidad no está pensada para que uno termine siendo dueño del vehículo. En cambio, lo que se busca es disfrutar del uso del auto sin asumir los costos o riesgos asociados a la propiedad.

En la práctica, se firma un contrato por un plazo determinado -que puede ir de 12 a 60 meses, por ejemplo- y se paga una cuota mensual que incluye todos los servicios necesarios: seguro, mantenimiento, cambio de neumáticos, asistencia en ruta, e incluso impuestos. Cuando termina el contrato, se puede renovar el vehículo por uno nuevo o simplemente devolverlo.

¿Por qué muchas personas lo están eligiendo?

La principal ventaja del renting es la previsibilidad: uno sabe exactamente cuánto va a gastar por mes, sin sobresaltos. No hay que lidiar con los imprevistos del mantenimiento, ni con la venta del auto una vez que pierde valor. También se destaca la flexibilidad, ya que se puede cambiar de modelo cada pocos años, sin tener que preocuparse por depreciaciones o trámites de reventa.

Esto lo convierte en una opción ideal para profesionales independientes, personas que trabajan en movilidad corporativa, expatriados o quienes simplemente valoran la comodidad por sobre la propiedad.

¿Es más barato que comprar?

La respuesta depende de varios factores, pero en muchos casos sí. Si se tiene en cuenta el costo de oportunidad del capital invertido, los gastos de mantenimiento, los seguros, los impuestos y la depreciación, el renting puede terminar siendo más económico, o al menos más conveniente, que comprar un auto propio.

Por supuesto, todo dependerá del modelo, del uso que se le dé al vehículo y del país en el que uno se encuentre.

¿Qué hay que tener en cuenta antes de firmar?

Si bien muchas empresas ofrecen planes atractivos, es fundamental leer la letra chica del contrato. ¿Hay límite de kilometraje? ¿Se cobra penalidad por devolución anticipada? ¿Qué pasa si el auto sufre un siniestro total? Estas son algunas preguntas que vale la pena plantearse de antemano.

Además, no todos los planes incluyen lo mismo. Algunas compañías cubren absolutamente todo, mientras que otras ofrecen versiones básicas con coberturas opcionales. También es importante verificar si los vehículos disponibles son nuevos, seminuevos o si existe la posibilidad de elegir versiones híbridas o eléctricas.

¿El renting es para todo el mundo?

No necesariamente. Si una persona recorre pocos kilómetros por mes, no tiene problemas en asumir gastos variables, y prefiere tener la propiedad del vehículo como respaldo patrimonial, quizá el renting no sea la mejor opción.

Pero para quienes valoran la comodidad, la tecnología actualizada y no quieren lidiar con trámites ni imprevistos mecánicos, puede ser una solución sumamente práctica. Empresas, freelancers y nómades digitales son algunos de los perfiles que más aprovechan esta modalidad.

Un modelo que llegó para quedarse

Aunque en Argentina aún está en una fase incipiente, es probable que el renting se instale con más fuerza en los próximos años, a medida que los modelos de consumo sigan cambiando. En un mundo donde el acceso empieza a pesar más que la propiedad, alquilar un auto por varios años ya no suena tan extraño. Como ocurre con tantas cosas, se trata simplemente de cambiar el chip y abrirse a nuevas formas de moverse.

 

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