Probamos el nuevo Ford Bronco Sport

El tiempo pasa muy rápido. Parece mentira que hace cuatro años estábamos probado la misma versión de este modelo que, por entonces, llegaba tocando las fibras más sensibles de los fanáticos de Ford (y también llamando la atención de ajenos), apelando a la nostalgia.

Básicos:
Velocidad máxima: 194,8 km/h / Potencia: 184 CV / Consumo promedio: 12,1 km/l / Precio: $ 48.705.000

Diseño/aerodinámica (✭✭✭✭): Su estilo es atractivo y la cabina está bien insonorizada, pese a que la carrocería (por su formato) ofrece mucha resistencia al viento.
Confort/espacio interior (✭✭✭✭): Mejoras en el espacioso habitáculo. El baúl también es grande y muy versátil.
Motor/prestaciones (✭✭✭1/2): Las prestaciones y respuesta del motor. El consumo urbano es elevado.

Los más: Concepto general • Confort de marcha • Prestaciones • Seguridad.

Equipamiento/instrumental (✭✭✭1/2): Jerarquizado en términos tecnológicos, aunque aparecen algunos faltantes de confort. 
Suspensiones/dirección (✭✭✭✭1/2): De lo mejor de este modelo: bien mullidas. La asistencia eléctrica de la dirección es precisa.
Transmisión/caja (✭✭✭1/2): La caja está bien relacionada y no manifiesta retrasos cada vez que el acelerador lo demanda, pero no ofrece modo secuencial ni levas al volante.

Los menos: Consumo urbano • Faltantes de confort • Sin levas/modo secuencial.

Seguridad/frenos (✭✭✭✭1/2): Excelente dotación en este rubro. Las distancias de frenado, apropiadas para un vehículo de su porte y peso.
Precio/garantía (✭✭✭): No es un vehículo accesible, pero tiene el plus de la tracción 4x4. La garantía es apropiada.



La marca del óvalo recuperó el emblemático nombre Bronco en un modelo de producción y logró reinterpretar a los cánones actuales el formato de aquél icónico SUV nacido en la década de 1960, haciendo de ese “caballo rampante” casi una marca propia, donde hay espacio para usuarios todoterreno con el Bronco a secas, o un perfil más familiar con el Bronco Sport.

Luego de recibir su primera actualización, manejamos la versión más accesible de este último, denominada Big Bend.

Menos es más
Esta actualización del Bronco Sport llega prácticamente en simultáneo con el de la pick-up Maverick que se acaba de lanzar en la Argentina, y que también se produce en México sobre la misma plataforma del SUV. Estéticamente, los cambios son menores, pero acertados.

Esta versión Big Bend incorpora una parrilla un poco más sofisticada (similar a la que tenía la opción Wildtrack), y además reestilizó los paragolpes delanteros y traseros con nueva disposición de los faros antiniebla, mientras que modificó el diseño de las llantas de aleación, de 18 pulgadas en esta caso, con neumáticos “All-Season” (de uso mixto), en medida 225/60 R18.



Por fuera mantiene su atractiva fisonomía cúbica, bien robusta, que se destaca por las firmas lumínicas full led y la pronunciada curvatura del techo sobre el parante B que remite a la inconfundible figura del Land Rover Discovery de los “noventa”.

Las barras portaequipajes sobre el techo y los zócalos de color negro en los pasarruedas y los bajos de las puertas contribuyen a afianzar el aspecto de todoterreno de este vehículo que, además, cuenta con un generoso despeje del suelo de 20 centímetros.

Lógicamente, el formato y la altura de su carrocería ofrecen mucha resistencia aerodinámica, y eso en determinadas ocasiones pasa factura, pese a que la cabina tiene una buena aislación acústica.



Ahora bien, sin dudas los cambios más trascendentes se dan puertas adentro. En tiempos donde la conectividad manda, Ford hizo hincapié en el tablero de instrumentos (ahora 100 por ciento digital, de 12,3”) y la central multimedia, que estrena una pantalla táctil multimedia de 13,2 pulgadas con el sistema Sync4, que permite espejar dispositivos móviles de manera inalámbrica.

Esa modernidad contrasta con un ambiente rústico que propone el habitáculo, de buena calidad general, donde la combinación de materiales blandos con plásticos robustos parece estar pensada para durar muchos años.



Esta versión cuenta con cargador inductivo para celulares y doble puerto USB, pero la climatización digital es de una zona y el espejo interior retrovisor no es fotocromático. La posición de manejo es de por sí elevada, pero se puede obtener la deseada gracias a los ajustes múltiples de la butaca (ahora eléctricos) y la doble regulación manual de la columna de dirección.

Los asientos delanteros son mullidos y el tapizado de esta versión combina materiales textiles bitono, agradables al tacto y de aparente fácil limpieza: lo mismo ocurre con los cubre-alfombras de goma, tipo bandeja.



El espacio trasero es generoso a lo ancho y a lo alto, no así para estirar las piernas (lo normal), sobre todo para quien viaje en la plaza central, que deberá sortear el túnel de transmisión: la buena noticia es que aquí los pasajeros disponen de difusores de ventilación y doble toma USB tipo C.

El baúl del Ford Bronco Sport es amplio y muy versátil. La luneta puede abrirse de manera independiente para facilitar el acceso y el guardado de objetos, mientras que la tapa interna del baúl (de plástico rígido) puede plegarse y convertirse en una mesa de trabajo o camping, además de divisor de cargas, aunque los 638 litros que declara Ford son presumiblemente hasta el techo, ya que el cobertor no llega hasta la altura de los apoyacabezas.


 

Entre otros “chiches”, el baúl dispone de elementos curiosos como un abridor de botellas sobre uno de los parantes, luces adicionales para cuando el portón está abierto y protecciones de goma en el piso, pero lo más importante es que ahora el Bronco Sport Big Bend equipa rueda de auxilio de igual tamaño que las titulares, antes exclusiva en el tope de gama: ¡Bien Ford!

A su medida

Bajo el capó no hay mayores novedades. Esta versión de entrada de gama se sirve del conocido motor turbo-naftero de tres cilindros 1.5 EcoBoost, que mejoró su rendimiento de 175 a 184 CV pero mantuvo la entrega de torque de 26,3 kgm a 3.000 rpm. Trabaja asociado con una transmisión automática de ocho velocidades (con convertidor de par), que resulta muy obediente a las órdenes del pie derecho, pero que no cuenta con levas al volante o modo secuencial por si el conductor quisiera obtener mayor respuesta.



No obstante, el conjunto ofrece prestaciones más que interesantes para un vehículo de corte familiar. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos y alcanza una velocidad máxima en torno a los 195 km/h, pero su punto fuerte es la zona media del cuentavueltas, donde saca mejor provecho el par: para pasar de 80 a 120 km/h –situación propia de un sobrepaso– precisa de 6,8 segundos.
 

En términos de rendimiento, en líneas generales este motor se muestra contenido a excepción de la ciudad, ámbito en donde pese a utilizar el sistema automático de arranque y parada (Start&Stop) orilla unos escasos 8,3 km/l. Sin embargo, en ruta, a 90 y 120 km/h, logra 16,3 y 11,7 km/l, respectivamente, para promediar unos razonables 12,1 kilómetros por cada litro de combustible.



El sistema de tracción del Bronco Sport es integral desconectable con bloqueo de 4x4, y dispone además del sistema gestión de terrenos GOAT (Go Over Any Type of Terrain, por sus siglas en inglés), que en esta variante Big Bend permite seleccionar entre cinco modos de manejo (Normal, Eco, Deportivo, Resbaladizo y Todoterreno) y que en función de la superficie modifican el desempeño del motor, la transmisión, el sistema de frenos y la dirección.

Se trata de un sistema muy valedero para salirse de los caminos convencionales con mayor tranquilidad, aunque lejos de convertirlo en un 4x4 extremo: para ello está la versión tope de gama Badlands, que calza cauchos “All Terrain” preparados para este tipo de circunstancias, tiene mayor protección en los bajos del chasis y dispone de bloqueo de diferencial trasero, además de modos de manejo extra (Rally y Rock Crawl).



Indudablemente, es un vehículo ideal para viajar, muy confortable en el andar gracias al mullido esquema de suspensiones. Pero, sin dudas, el aspecto más valorado del Bronco Sport es su confort de marcha, garantizado por la robustez de su chasis y un mullido esquema de suspensiones, independientes en el eje trasero.

Y pese a tener un elevado centro de gravedad por su carrocería, dinámicamente se lo siente muy firme, asistido por una dirección asistida eléctricamente que hace bien su trabajo.



Cabe destacar que el sistema de frenos (con discos en las cuatro ruedas) respondió de manera satisfactoria durante nuestras pruebas de rigor: para detener desde los 100 km/h los 1.659 kilos de la carrocería, el Bronco Sport necesitó de 44,1 metros.

Contra todos
La reciente quita de la primera escala del impuesto “al lujo” y la mayor apertura del mercado automotor argentino supone la llegada de nuevos modelos en el segmento de los SUV medianos, donde Ford, con este Bronco Sport Big Bend (48.705.000 pesos), tiene una gran alternativa para hacerle frente a las versiones más encumbradas de rivales de distintas procedencias, calidades y mecánicas, que no necesariamente tienen tracción integral.



En materia de confort está bien equipado, aunque si hilamos fino detectamos algunos faltantes como techo solar eléctrico, espejo interior retrovisor fotocromático, asiento de conductor con memoria, cámara 360° y sensores de estacionamiento delanteros (sólo tiene traseros), elementos con los que cuenta el Bronco Sport Badlands (2.0 de 253 CV), aunque a un valor más elevado: 54.223.200 pesos.

Sin embargo, la grata noticia es que en seguridad ambas opciones del SUV azteca traen siete airbags y gran parte del paquete de asistencia a la conducción denominado Ford Co-Pilot 360, que ofrece control de velocidad crucero adaptativo con Stop&Go, asistente de pre-colisión con frenado autónomo de emergencia y detección de peatones, alerta de colisión frontal y soporte de frenado dinámico, encendido automático de luces altas, información de punto ciego con alerta y alerta de tráfico cruzado, sistema de reconocimiento de señales de velocidad y sistema de mantenimiento y centrado de carril.



Y en esta avanzada por la conectividad, Ford tampoco quiso dejar afuera al Bronco Sport, que ahora cuenta con Fordpass Connect, una aplicación que permite desde el celular bloquear y desbloquear remotamente las puertas, encender o programar el encendido del motor y chequear las informaciones de autonomía, odómetro y localización del vehículo en tiempo real o reserva el turnos del service con el plus de retiro y entrega en el domicilio.

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