Porsche 718 Cayman S

Por Walter Togneri - La respuesta deportiva del más pequeño de la casa de Stuttgart es francamente excepcional. Además de las excelentes prestaciones ofrece un comportamiento dinámico digno de un modelo de pista. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Deportividad es una palabra que se escribe sólo con mayúsculas. Es un vocablo que representa mucho más de lo que aparenta, de lo que supone. Y cuando se aplica al universo de los autos cobra una magnitud que difícilmente otra actividad pueda empardar.

Es que los automóviles son elementos que logran generar pasiones como ningún otro producto y es ahí donde radica su magia. Por eso los modelos de altas prestaciones forman parte de un Olimpo en el cual la potencia es la materia prima. Y en ese espacio dedicado a los dioses, Hefesto asignó a Porsche una mansión especial.

La casa de Stuttgart nació como productora de modelos deportivos y se mantuvo fiel a su legado con cada uno de los vehículos que lanzó, dándole forma a una familia que, actualmente, cubre todos los segmentos del mercado. Entre todos ellos aparece uno al que podríamos definir como relativamente nuevo, el Cayman.

Este biplaza que nació como la versión con techo del descapotable Boxster, fue presentado originalmente en 2005 y luego de algunos ajustes de diseño, en 2016 cambió de nombre para pasar a llamarse 718 Cayman. Hoy es uno de los modelos más radicales de su categoría y un producto único en su especie en nuestro país, ya que los posibles rivales disponen de cuatro plazas y son mucho más baratos: el 718 Cayman S cuesta 175.000 dólares, pero en la unidad de prueba la incorporación de varios opcionales (ver ficha técnica) elevan el precio hasta los 224.271 dólares.

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Al compararlo con sus rivales aun tomando los valores sin opcionales, vemos que el Cayman es mucho más caro. Por ejemplo, el Audi TTS, con motor delantero de 310 CV y tracción integral vale 97.800 dólares, mientras que el BMW M2, también con motor delantero de 370 CV y tracción posterior tiene un precio de 119.900 dólares. Vale aclarar que estos dos productos representan otro concepto, no solo por la disposición del motor sino por su habitáculo del tipo 2+2.

Cambios

Esta nueva generación de Cayman (también de Boxster) fue lanzada a nivel mundial a mediados de 2016, cuando se cumplían veinte años desde el lanzamiento de los iniciadores de la familia. Y como si fuera una manera de celebrar tal evento, Porsche ha aplicado sobre ellos una verdadera actualización ya que fueron revisados a fondo y recibieron una nueva nomenclatura.

Incorpora el número 718 que hace referencia a unidades que, con ese nombre, obtuvieron innumerables victorias en las competencias de finales de la década de 1950. Ahora, Porsche recupera esa denominación para utilizarla en dos de sus deportivos que, como los modelos de 1950, emplean motor de cuatro cilindros: Cayman y Boxster ahora son 718 Cayman y 718 Boxster.

El Cayman que aquí analizamos (al igual que todos los Cayman) toma como base al Boxster, su hermano descapotable y se transforma así en un biplaza de acceso incomodo: ingresar y salir del habitáculo demanda ciertas habilidades del piloto para sentarse casi a ras del piso.

Una vez en el interior todo es lujo en función de la deportividad. Una decoración netamente sport pone en aviso al piloto rodeándolo, además, de varios guiños. Por ejemplo, la llave de arranque (electrónica y cuyo diseño representa un pequeño Porsche) se coloca en un tambor ubicado en la posición tradicional de la marca, a la izquierda de la columna de dirección.

Las butacas deportivas de ajuste eléctrico (opcionales en este caso) ofrecen destacada sujeción lateral, al tiempo que con su mullido cojín, intentan mitigar la incomodidad que puede representar circular por las deterioradas calles de nuestras ciudades. Desde su posición el conductor tiene todo bajo control y alcanza con facilidad todas las teclas de los dispositivos que intervienen en su función, muchas de las cuales se activan desde el volante.

Una pantalla en la consola central se ocupa de varias funciones, pero también muchas de ellas se pueden leer en el tercer cuadrante del tablero: toda la información del motor y demás parámetros de conducción como así también del navegador.

La dotación de equipamiento es muy amplia, más en este modelo de prueba cargado con muchos opcionales: solo le falta una rueda de repuesto (run flat); el problema es que no hay dónde instalarla.

Feroz

Sin embargo, los ajustes más significativos no se ven. Entre los que ha recibido el nuevo Cayman, aparece una carrocería con retoques de diseño (es más ancha) que descansa sobre un chasis que fue optimizado para aprovechar los 350 CV de potencia del motor 2.5 bóxer alimentado por inyección directa y turbo que genera los 42,8 kgm de par disponibles desde las 1.900 rpm y que son administrados por una caja automática PDK (doble embrague) de siete velocidades con posición secuencial y levas detrás del volante para llevarlos hasta las ruedas posteriores. Esa fuerza no tiene que recorrer un camino prolongado porque el motor y la caja están ubicados por delante del eje trasero, es decir, en posición central.

Tal ubicación se transforma en un ingrediente especial para lograr el equilibrio de pesos ideal, condición fundamental para este tipo de unidades. Esas características se combinan con el poder del motor y el eficaz sistema de tracción optimizado a través del paquete Sport Chrono (opcional) que permite ajustar la dureza de los amortiguadores y seleccionar, desde un comando tipo ruedita instalado en el volante, el modo de conducción entre Normal, Sport y Sport +.

En el primero, el confort de marcha es muy bueno incluso en ciudad; en el siguiente, la respuesta deportiva domina la escena modificando también el sonido del escape, mientras que en el tercero "despierta la bestia". En esa condición el 718 Cayman S muestra una dinámica tan contundente que es capaz de eclipsar incluso a su hermano mayor, el Porsche 911.

En cuanto a las prestaciones, el 718 Cayman S alcanza una velocidad máxima de 288,5 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos. Las recuperaciones también son “fuera de serie”: medimos 2,5 segundos para pasar de 80 a 120 km/h.

Al analizar el consumo llegamos a la conclusión de que el gasto de combustible en ciudad es elevado. Según nuestras pruebas, el rendimiento urbano fue de 5,4 km/l, un consumo excesivo a pesar de que el motor cuenta con sistema Start/Stop y que opaca el buen desempeño en la ruta: a 90 km/h estables el rendimiento es de 17,8 km/l. Aquí aparece otra de las virtudes de la caja que siempre encuentra el mejor régimen para reducir el gasto.

Pero cuando estamos en situación de prueba aparece un condimento adicional: el ruido. El motor ruge como una fiera enjaulada y se mete sin permiso en el habitáculo invadiendo cada rincón con su feroz desenfado. Buscando la velocidad máxima el ruido es encantador y hace dificil mantener una conversación o escuchar la radio. Pero, seamos sinceros: ¿quién quiere charlar u oír la radio pudiendo escuchar el llamado celestial de los fierros?

FICHA TÉCNICA PORSCHE 718 CAYMAN S