Lifan X60 vs Chery Tiggo3

Por Alejandro Cortina Ricci Representantes de una industria en constante expansión, ambos pretenden ganarse un lugar entre los SUV compactos. Procedentes de China, cada uno tiene puntos a favor y en contra. ¿Cuál gana? Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Todos los caminos conducen a ...China. Y no es para menos. Es que la pujante industria del gigante asiático hace que sus productos, de distintas calidades, sean casi imbatibles al momento de hablar del precio. Pasa con los juguetes, electrodomésticos, textiles y, en menor medida, también con los autos.

En un segmento donde la oferta crece constantemente, estos dos SUV chinos tienen algunos argumentos para captar la atención de un público que está dispuesto a escuchar todas las propuestas.

Frente a frente, Chery Tiggo3 y Lifan X60. El primero, un conocido por los argentinos que desde su lanzamiento en 2008 ha ido actualizando aspecto y tecnología. El segundo, debutó en nuestro mercado el año pasado y acaba de recibir un restyling.

espaciosos

Cada vez que tomamos contacto con un vehículo de una marca china, inconscientemente enseguida comenzamos a buscarle algún parentesco con otro modelo -generalmente más antiguo- de una marca ya conocida.

Sucedió cuando llegó el “primer Tiggo”, cuya arquitectura remitía a la de la Toyota Rav4 de la década de 1990, y de alguna manera también sucede con el X60, que también muestra algunos rasgos de la vieja Chevrolet Captiva. Pero del mismo modo hay que decir que durante el último tiempo, las terminales del coloso asiático han ido invirtiendo en diseño, en pos de lograr un ADN propio.

Ahora bien, ocupándonos de los modelos en cuestión, hay que decir que ambos se ven modernos. Parrillas cromadas y grandes grupos ópticos con led, son un punto en común.

A simple vista, el X60 se advierte un tanto más robusto, dada la nervadura de su líneas de cintura y pasarruedas, que le imprimen más presencia. Tiggo (con rueda de auxilio en el portón trasero) es nueve centímetros más largo, pero X60 tiene mayor distancia entre ejes (9 centímetros).

Eso se advierte claramente en el aprovechamiento del habitáculo, donde el espacio de las plazas traseras del Lifan es más amplio y además los pasaje- ros pueden reclinar los respaldos, característica que le suma confort. Sin embargo, los cojines son muy bajos y su anclaje a la carrocería no es de las mejores.

En ambos casos, tanto la columna de dirección como la butaca del conductor se regulan en altura, ofreciendo una buena posición de manejo. El procedimiento para lograr la mejor posición del cojín en el Chery es a través de una “ruedita” (poco práctica), pero cabe destacar que sus butacas son un tanto más ergonómicas.

Si hablamos de calidades, la percepción en el Tiggo es mejor. Hay más esmero, tanto en las terminaciones, como en la textura de los plásticos de la plancha de a bordo, paneles de puertas, teclas de los levantavidrios e, inclusive, cuenta con algunos apliques símil aluminio (de color rojo) que dan más jovialidad al ambiente.

El volante de Tiggo está revestido con cuero y ofrece mejor grip, mientras que el del Lifan es más “rústico”. Los dos recurren a un tablero de instrumentos que combina un display digital con otros analógicos (cuyas computadoras de a bordo son básicas y los medidores de combustible, a través de segmentos luminosos poco precisos), mientras que ambos ofrecen una enorme y moderna pantalla táctil con múltiples funciones, información y buena resolución.

Por último, cabe destacar que el Chery tiene mayor capacidad de baúl (520 vs 485 dm3). Esa ven- taja la obtiene en gran parte por la ya nombrada rueda de auxilio, cuya ubicación no nos termina de agradar, además de que dicho neumático es de uso temporal; en el Lifan es homogéneo y con llanta de aleación.

Uno seis, otro ocho

Bajo el capó, cada uno propone las mismas mecánicas nafteras (ambas comandadas por cadena) que venían ofreciendo antes del resltyling. El X60 se sirve de un impulsor 1.8 con tapa de 16 válvulas y 132 CV de potencia, mientras que el Tiggo dispone de uno un tanto más pequeño: nos referimos al conocido Acteco 1.6 con distribución variable de apertura de las 16 válvulas, que eroga 125 caballos.

En materia de prestaciones, las diferencias en cada ítem son mínimas a favor del Lifan, que se muestra un poco más enérgico. Por consignar algunos, el X60 acelera de “cero a cien” en 12,1 segundos (13,7 segundos su ri- val), del mismo modo que es el más veloz: 175,8 km/h, frente a los 174,3 km/h del Chery. En las recuperaciones se advierte lo mismo. Para pasar de 80 a 120 km/h, el X60 precisa de 12,7 segundos, frente a los 15 del Tiggo. Sin embargo, en materia de consumo es Chery resulta más rendidor: medimos un promedio de 12,2 km/l contra los 11,3 km/l del Lifan.

El andar de ambos, en líneas generales es confortable y es evidente que el ámbito urbano les sienta mejor. Allí, los mullidos esquemas de suspensiones responden con solvencia, pese a que por momentos se perciban algunos rebotes del tren trasero (más marcados en el Li- fan). Dinámicamente, en ruta ambas carrocerías comienzan a evidenciar resistencia a los vientos a partir de los 120 km/h (inclusive se filtra el ruido dentro del habitáculo), mientras que, al tomar curvas a altas velocidades, el rolido del modelo de Chery es más marcado: aquí el Lifan saca ventaja por contar con un control de estabilidad que se ocupa de corregir la trayectoria.

Los dos disponen de caja manual de cinco velocidades, cuyas selectoras tienen un recorrido corto. El accionamiento es más agradable en el Tiggo, ya que la del Lifan es un tanto indócil.

En las pruebas de frenado no se sacaron ventajas, pese a que el Lifan cuenta con discos en las cuatro ruedas: ambos logran detenerse por completo desde los 100 km/h en torno a los 45 metros. El dato negativo es que el pedal de freno del X60 casi no tiene recorrido y manifiesta mucha dureza.

Guerra de precios

Decíamos anteriormente que una de las características de los autos chinos es su relación precio- producto. Sin embargo, al analizar los valores que se manejan en este segmento, el de los SUV compactos, los dos asiáticos no resultan necesariamente los más económicos de su clase: claro está que compiten con modelos producidos en el Mercosur y México, los cuales no tributan el 35 por ciento de impuestos de extrazona.

Centrándonos en la comparación entre ambos productos, el Chery Tiggo3 Luxury es el más barato; cuesta 369.565 pesos, mientras que el X60 se ofrece por 379.000 pesos.

Cabe destacar que, en materia de equipamiento, los dos disponen prácticamente de la misma dotación. La diferencia más notoria es que el Tiggo cuenta con control de velocidad crucero, pero no dispone del ESP que sí ofrece su contrincante (ver recuadro “equipamiento destacado”). Más allá de eso, no hay que dejar de lado que por valores similares se puede acceder a productos con características mecánicas afines, de marcas con mucha trayectoria en nuestro país.

Solo por mencionar algunos casos, la versión más económica del Ford EcoSport (S), el modelo más vendido del segmento, cuesta 355.900 pesos, el Peugeot 2008 1.6 Active vale 363.500 pesos, mientras que el Renualt Duster (con motor 1.6 y tracción 4x2), ofrece tres niveles de equipamiento que van desde los 329.800 hasta los 369.900 pesos.

Quien ya esté decidido por alguno de los modelos que aquí comparamos y pondere la seguridad y las prestaciones, tiene en el Lifan el candidato más firme, mientras que si la opción deseada prioriza la calidad, el rendimiento y el precio, tendrá que apuntar hacia el lado del Tiggo.

FICHA TÉCNICA Y PRESTACIONES