Cuando la tecnología es un problema

No es extraño que los asistentes de todo tipo que hoy ofrecen los modelos nuevos sean, con el tiempo, un estorbo para muchos conductores. Cuáles son los más criticados.

Redacción Parabrisas

Por Rolf Schraa (dpa)

Los autos modernos ayudan a estacionar, ahorran combustible en los semáforos y avisan cuando uno se desvía de su carril. ¿Son todo ventajas? A veces la tecnología también puede poner nervioso.

Los modelos modernos están equipados cada vez más con sistemas de asistencia que hacen más cómoda la vida al conductor, mejoran la seguridad y ayudan a reducir el consumo de combustible. Pero a veces esos sistemas no están del todo afinados o no gustan a los conductores más clásicos o más veteranos.

En Internet y en algunos medios se escuchan cada vez más las voces que reclaman un regreso a la tecnología más tradicional.

Por ejemplo, la revista alemana Auto-Bild emprendió hace poco una petición "online" a favor del viejo freno de mano. Al ir marcha atrás en rutas o caminos empinados o en espacios para estacionar estrechos, el freno electrónico no permite afinar tanto como el sistema mecánico. Además, los arreglos son más costosos. Esta iniciativa de la prensa especializada ya juntó 5.000 firmas.

El asistente de dirección también genera molestias. La revista alemana Auto Motor und Sport ha constatado errores o imprecisiones incluso en modelos de marcas premium. Un sistema avisa demasiado pronto; otro, demasiado tarde; otro asume el mando del volante de forma ruda.

Por otra parte, muchos conductores se sienten atosigados acústicamente por el pitido de sus asistentes de estacionamiento, según la experiencia de Helmut Klein, experto técnico del Club del Automóvil ADAC, ya que el sonido se hace más intenso conforme se acerca al obstáculo por detrás y no distingue entre la parte delantera y la trasera. Sería deseable un sonido uniforme. Muchos sensores, además, no son precisos y avisan de forma prematura.

El experto reconoce, sin embargo, que estos asistentes son una gran ayuda en situaciones de tráfico denso y con carrocerías cada vez más complejas. "Quitan una buena cantidad de estrés", dice Klein. Además, ayudan a los conductores novatos, aún temorosos a maniobras complicadas. "Los sistemas funcionan ya bastante bien y los costes extra son asequibles", afirma.

En tanto, el profesor Stefan Bratzel también considera positivos los sistemas de asistencia. Se usan ya desde hace siete u ocho años y desde entonces han ido mejorando ostensiblemente, afirma.

Y esta tendencia continúa, aunque son cada vez menos pasivos y más activos, tomando por ejemplo el control del volante para mantener la dirección. El siguiente paso serán los sistemas interactivos que se intercambian de auto a auto. "Un sistema activo como el asistente de freno de emergencia será tan estándar dentro de poco como el cinturón de seguridad", afirma convencido Bratzel.

Klein no puede imaginar un regreso al viejo freno de mano porque por ejemplo, en invierno, genera averías. Además, los modernos frenos electrónicos con los motores eléctricos ofrecen ventajas en cuanto a seguridad. En caso de emergencia, el freno de estacionamiento se puede usar como freno de emergencia a altas velocidades y puede incluso ser activado por el copiloto si, por ejemplo, el conductor se ha desmayado.

Por otro lado, Bratzel no considera aceptables los sistemas crípticos, como es el caso del asistente de mantenimiento de dirección que requiere hasta 19 clicks en la computadora de a bordo para reducir la intensidad de la vibración, ni los que además requieren un alto precio. "Los fabricantes están obligados a tener en cuenta al usuario", reclama.

Eso también vale para el sistema automático "start and stop", que según un test de la revista Auto Bild sirve para ahorrar en muchos vehículos con cambio manual apenas menos de un litro a los 100 kilómetros, por lo que su coste no se amortiza. "Es sólo una pieza más en el engranaje para reducir el consumo", matiza Klein.

Además, a los vehículos con ese sistema les cuesta un segundo más que a los convencionales ponerse en marcha cuando el semáforo cambia a verde, lo que puede llegar a ser un inconveniente si se tiene prisa.

No obstante, ni el tiempo ni el coste importan a los conductores novatos, que apuestan más por los vehículos con sistemas de asistencia, sobre todo los que ayudan en las complicadas maniobras de estacionamiento.

FUENTE: dpa