Asientos: asignatura pendiente

Muchos son muy blandos y no permiten sentarse de forma adecuada. Qué aspectos claves deben tenerse en cuenta.

Redacción Parabrisas

Una mala posición es sólo una parte del problema. Los asientos de los coches pueden también provocar dolor de espalda si no son de calidad suficiente.

Un dolor de espalda puede convertir en una tortura hasta los viajes más cortos. El conductor se mueve en busca de la mejor posición, pero no hay solución porque una buena parte de los asientos son de mala calidad, según un estudio de una organización alemana que estudia y combate los dolores de espalda (AGR).

AGR analiza los instrumentos que se usan en la vida cotidiana de acuerdo a su adecuación a la espalda. A final del año pasado estudió varios tipos de asientos y el resultado fue claro: muchos son muy blandos y están hechos de tal manera que no permiten que uno esté sentado de forma adecuada.

"El respaldo debería ser tan largo como la propia espalda y el asiento también se debería poder ajustar en longitud", dice Georg Stringel, de AGR. "Cuanto más corto es el asiento, mayor es la presión sobre los huesos de la pelvis", agrega. Eso lleva a una tensión y en consecuencia a buscar una mala posición y a dolores. "Lo ideal es que el asiento sea tan largo como el muslo, pero que no toque la pantorrilla", afirma Stringel.

Otro punto débil de los asientos de los coches es el reposacabezas, que a menudo es demasiado duro y tan inclinado hacia delante que obliga a inclinar la cabeza.

Los pasajeros deben prestar atención también a que se pueda regular la altura del asiento, lo que es importante para la curvatura de la columna vertebral. El asiento debe estar siempre lo más alto posible, ya que cuanto más bajo, más rápidamente se hace incómodo el ángulo entre la espalda y las piernas.

El asiento, el respaldo y el reposacabezas son obligatorios. La posibilidad de reclinarlos o de elevarlos o bajarlo son opcionales, así como el hecho de que estén climatizados o que tengan función de masaje, lujos que no son necesarios y que no deben suponer el criterio más importante en la elección.

Los asientos "hightech" con múltiples funciones no ayudan en nada a la espalda si no son adecuados. La altura, la inclinación y el respaldo, así como la distancia al volante, son los aspectos decisivos para que la espalda esté relajada durante el viaje.

Así opina Frank Beermann, diseñador de la firma de asientos Recaro, que está de acuerdo en que muchas opciones y extras conducen a malas posiciones.

"La calidad del asiento, sin embargo, ha mejorado mucho en los últimos años", dice Beermann, que destaca que el asiento ideal debe ser estable y que los estudios han mostrado que los conductores que usan modelos ergonómicos se mueven menos en el asiento.

AGR considera que el asiento debe tener la forma natural de la espalda, lo que visto desde un lateral supone que se aprecie una forma de S. Además, las protuberancias laterales deben ajustar, pero no limitar demasiado la libertad de movimiento.

Quien sufra problemas continuos de espalda y deba estar sentado tras el volante mucho tiempo puede recurrir a asientos especiales ergonómicos que cuestan un extra de 1.000 euros. "Para muchas personas, el asiento es su lugar de trabajo, así que merece la pena hacer ese gasto", dice el doctor Erich Schmitt.

Los asientos que vienen en los coches en serie cumplen con requisitos muy generales y no son tan individualizados y específicos como los especiales.

Según Beermann, las automotrices no dan a los asientos la importancia que tienen. "Por desgracia, no es un factor de compra tan relevante como otros", explica el diseñador.

Stringel considera que la industria tiene la obligación de centrarse en asientos más saludables y para ello cree necesario aumentar las exigencias en cuanto a la ergonomía.

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