Albert Einstein: chofer por un día

Hoy se recuerda el nacimiento del hombre que cambió el curso de la humanidad. No tuvo gran vinculación con los automóviles, pero esta “leyenda” nos sirve como excusa para recordarlo. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Albert Einstein no fue precisamente una personalidad muy vinculada con el mundo automotor, pero sí se sabe que era dueño de un gran sentido del humor. Según una leyenda, esa característica lo transformó en protagonista de un episodio en el que se ve relacionado con los autos: fue chofer por un día.

En una ocasión, en la década de 1920 cuando todavía no había alcanzado popularidad por la teoría de la relatividad, Einstein se preparaba para asistir a una disertación de la que era el principal orador cuando su chofer, que habitualmente también formaba parte de la audiencia durante sus presentaciones, lo escuchó decir que se sentía cansado de dar ese discurso en particular.

El conductor de su vehículo, que había escuchado esa declamación cientos de veces y la conocía de memoria, le sugirió que cambiaran papeles: él chofer daba el discurso y Einstein lo llevaría de vuelta a casa.  La idea era graciosa y, como en ese tiempo el genial físico no era más que otro profesor universitario y nadie lo reconocería, Einstein accedió.

El chofer subió al estrado e inició la disertación sin problemas, hasta que un participante levantó la mano e hizo una pregunta. Fue un momento de conmoción, tanto para Einstein como para el conductor, quien tuvo una reacción atinada: “Bueno, -dijo-, la respuesta es tan simple que hasta mi chofer podría contestarla”. Einstein, (que había intercambiado atuendo con el conductor) se puso de pie ante la audiencia y respondió la pregunta.

Así, salvado el pequeño “inconveniente”, Einstein y su chofer emprendieron el camino de regreso, con el profesional de la conducción cómodamente sentado en la parte trasera del vehículo y el experto en física al volante, a pesar de que a Einstein no le gustaba manejar…

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