El Gran Premio de México volvió a dejar sensaciones encontradas para Franco Colapinto. El piloto argentino completó la carrera sin incidentes mayores, pero sin ritmo competitivo en su Alpine, que continúa mostrando un rendimiento muy por debajo del resto. “Hice 50 vueltas arrastrándome sin nada de grip”, reconoció con crudeza después de la prueba.
Desde la largada, el panorama no fue favorable. En la temida curva 1 del circuito de los Hermanos Rodríguez, Lance Stroll lo tocó tras no verlo en el punto ciego, haciendo trompear al monoplaza de la escudería francesa y dejándolo relegado desde los primeros metros. “No corría peligro, pero me tocó igual”, explicó el pilarense, que consiguió recomponerse, aunque ya sin opciones reales de progresar.
A pesar de todo, Colapinto no perdió el sentido del humor ni la autocrítica. “Ojalá andemos bien para darles un lindo resultado… lo bueno es que peor no se puede ir”, ironizó, en una frase que resume el momento que vive junto al equipo francés. Actualmente, el argentino sigue sin puntos en el campeonato y ocupa la última posición entre los pilotos, aunque mantiene la fe de que Brasil pueda marcar un punto de inflexión.
“Brasil es el Gran Premio de casa”, destacó con entusiasmo, en alusión al gran número de fanáticos argentinos que se esperan en las tribunas de Interlagos. “Vamos a trabajar fuerte con el equipo; los hinchas se lo merecen”, añadió, mostrando su compromiso para intentar mejorar el rendimiento del auto.
Ya en tono más analítico, el joven de Pilar lamentó la falta de ritmo del Alpine durante la carrera, aunque valoró su stint final: “El equipo no tuvo velocidad en ningún momento, pero hacia el final encontramos algo más de ritmo”. Además, aseguró estar convencido de que, sin el Virtual Safety Car, habría podido superar a su compañero Pierre Gasly, lo que le hubiera permitido cerrar la carrera por delante del otro monoplaza del equipo.
Con pocas fechas restantes en el calendario, Colapinto afrontará la próxima cita con la esperanza de que Brasil sea el escenario para romper la mala racha, reencontrarse con su gente y, finalmente, sumar sus primeros puntos en la Fórmula 1.
