Las novedades del Salón de Shangai

A fines de abril tuvo lugar una nueva edición de la exposición china de automóviles. Qué nos dejó de nuevo. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Por Thomas Geiger (dpa)

Apenas son 30 kilómetros, pero recorrer el camino entre el recinto ferial donde se celebró el Salón del Automóvil de Shanghai y la ciudad cuesta casi dos horas. La urbe está marcada por el intenso tráfico: calles y autopistas atestadas y aire contaminado. Pero el entusiasmo por los vehículos continúa.

Aunque el crecimiento de patentamientos se enfrió, China sigue siendo el mercado por excelencia: los organizadores del Salón (que tuvo lugar del 22 al 29 de abril) confirmaron que recibieron más de 100.000 visitantes al día.

Los chinos conocen perfectamente los riesgos de la movilización masiva, pero reaccionan al problema con realismo. Por lo demás, la feria más importante del sector en China mostró sus particularidades: a diferencia de otros salones, no hubo azafatas con vestidos cortos, las conferencias de prensa se desarrollaron en un ambiente silencioso y el programa de estrenos de las marcas estuvo orientado a promover "de forma vehemente" la movilidad eléctrica. Los fabricantes, cumplidores, ofrecieron una buena cantidad de híbridos plug-in y modelos con baterías.

El espectro fue desde pequeños modelos que animan a la aventura, como el estudio BAIC Ex, pasando por limusinas como el Roewe 550e fabricadas por marcas locales y hasta modelos eléctricos importados de Occidente. Ya sea que se llame BMW X5, Volvo S60 o Audi Q7, lo que triunfó en Shanghai fue lo que se enchufa.

También los prototipos más importantes presentaron conexión a enchufe. El Audi Prologue Allroad, que nace del nuevo A8, tiene un motor híbrido plug-in con 734 caballos; por su parte, el C Coupé GTE de Volkswagen, considerado por el jefe de diseño Klaus Bischoff como el precursor del próximo Phaeton, puede circular hasta 50 kilómetros sólo con el motor eléctrico, por lo que consume 2,3 litros a los 100 kilómetros y cuenta con un plug-in de 245 caballos.

En tanto, los franceses también apostaron por la corriente: tanto el SUV burgués Citroën Aircross como el estudio deportivo 308 R Hybrid de Peugeot cuentan con un motor eléctrico. En el Citroën, el doble propulsor alcanza 313 caballos y un consumo de 1,7 litros, mientras que en el Peugeot llega a los 500 caballos y acelera de cero a 100 km/h en menos de cuatro segundos.

En este marco, la presentación del Concept GLC Coupé de Mercedes, con un motor convencional V6 de nafta, fue un tanto descolocada. Pero mientras los otros estudios sólo fueron avances de estilo, el todoterreno coupé sí será producido en serie en 2016, según el jefe de distribución, Ola Källenius. El GLC también tendrá motor plug-in.

Aunque China ha sido un país que ha generado pasiones en los fabricantes occidentales, las ganancias son fruto de una pelea cada vez más feroz debido a que el crecimiento en el número de patentamientos se ha estancado y a la mejora de los productos de los fabricantes locales. Ya se han acabado los tiempos en los que los stands de marcas como Great Wall, Dongfeng o Haifan eran sólo un escaparate de copias o de curiosidades.

Muchos autos "made in China" llamaron la atención en Shanghai por méritos propios debido, sobre todo, a que las firmas cuentan con diseñadores occidentales y han sido fabricados con componentes europeos o estadounidenses. Dos de los estrenos de las marcas locales fueron todoterrenos. Y aunque SUVs como el LS5 tiene pocas posibildiades de ser la alternativa china al Range Rover, uno sí podría imaginarse que un MG CS o un BYD Song planten cara a modelos como el Nissan Qashqai y el BMW X1.

En tanto, y a pesar de que predomina la seriedad, también hubo espacio para unas curiosidades como el "pánzer" de lujo de G. Patton o el deportivo eléctrico Event inspirado en Bugatti.

Entre las muchas creaciones chinas se encontraron aún autos que se parecen "sospechosamente" a otros: el V3 de Brilliance, socio de BMW, recuerda por ejemplo a un SUV derivado del i3, aunque de acero en lugar de fibra de carbono; el Land Wind X7 es un calco del Range Rover Evoque; y el Eagle Carre se asemeja hasta en los mínimos detalles al Porsche Cayman: han imitado hasta el logotipo de la marca en el capó.

FUENTE: dpa

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