Revalidando títulos

TEST. La marca japonesa pone un pie en el nicho de los SUV compactos. Diseño moderno, buen equipamiento y calidad general. Un producto confiable apto para todos los días o para aventurarse fuera del asfalto. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Si hay un nicho del que Mitsubishi puede jactarse de conocer bien es el de las 4x4. Durante la década del 90 pisó fuerte con la famosa Montero a la vez que su sedán Lancer con tracción en las cuatro ruedas ganaba campeonatos mundiales de Rrally de manera consecutiva. Luego aparecieron la Nativa, el pequeño Montero iO, la pick-up L200 y, más tarde, la Outlander. Cuando llegó la crisis (2001/2002) la marca se fue apagando perdiendo participación, pero nunca se fue y eso es muy valorado, ya que sostener una estructura no es fácil en mercados tan cambiantes como el local. Esta política le permite de alguna manera aprovechar las circunstancias cuando el mercado sopla viento en popa como sucedió el año pasado y como se estima para lo que resta de este.

La realidad indica que hoy quien cuenta con disponibilidad de producto tiene la venta asegurada y la marca de los tres diamantes aprovecha el contexto para sumar un nuevo modelo. La novedad se llama Outlander Sport, un SUV compacto que es conocido en Europa como ASX, en Japón como RVR y en Estados Unidos como Outlander Sport. Este modelo, además, sirve de base para los nuevos SUV del grupo PSA Citroën C4 Aircross y Peugeot 4008 que tienen su arribo previsto. El Outlander Sport llega desde Japón en tres versiones: GLS manual con tracción 4x2, GLS CVT con tracción 4x4 y GLS Full también con tracción total. Para evaluarlo a fondo viajamos a las arenas de Mar de las Pampas y también comprobamos sus defectos y virtudes en ruta y ciudad.

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