Audi TTS 2.0 TFSI S tronic quattro

Por Christian Hein -La tercera generación del exitoso TT encuentra en esta variante S un deportivo capaz de generar mucha adrenalina. Con un rugido característico, el motor entrega 310 CV a las cuatro ruedas. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Los escalofriantes 4,8 segundos que aparecieron en el display del Race Logic (nuestro instrumento de medición) tras las pruebas de aceleración, son casi una anécdota en comparación con la sensación que nos dejó la experiencia de acelerar a fondo y soltar el freno para salir catapultados con el TTS.

El chirrido de las ruedas al girar unas décimas de segundos en el lugar, la presión de la espalda contra la butaca, más la seguidilla de contra explosiones que intencionalmente invaden el habitáculo y que se suceden en cada cambio de marcha, hacen que cualquiera se sienta un piloto de elite. Todo se logra gracias a los 310 CV y a toda la tecnología que rodea este atractivo vehículo que tiene su origen en aquel TT cuya silueta sorprendió al mundo, allá por 1998.

Diecinueve años después, este modelo sigue atrayendo las miradas, sobre todo cuando viene de frente, donde se destacan el diseño de las ópticas con un llamativo dibujo de los leds y una enorme parrilla que lo emparenta con el codiciado R8, uno de los referentes entre los súper deportivos. Pero no sólo la trompa toma rasgos del hermano mayor, también lo hace en alguna medida el resto de la silueta, por lo que se puede decir que visualmente el TT es casi un R8 en escala.

De avanzada

En su reducido interior lo primero que llama la atención es el tablero denominado Virtual Cockpit, que es totalmente digital y que incluso reemplaza, no sin antes generar polémica, a la pantalla central. Este enorme display color, aloja a los instrumentos tradicionales, que gracias a la tecnología se pueden desplegar en diferentes tamaños, según la preferencia del conductor o de la información que precisa en cada momento.

Así, en la pantalla puede desplegarse un gran mapa cuando se prioriza el navegador, o bien se puede optar por el tacómetro central destacado (con el indicador de velocidad en el centro), tal como utilizan los autos más deportivos; este instrumento se puede flanquear con información varia, como el audio, el GPS, el teléfono o la computadora de a bordo, entre otras opciones. Todo fantástico y futurístico, hasta que nos detenemos en el indicador de combustible digital, que al ser a través de bloques da una información bastante imprecisa.

Del resto del habitáculo resaltamos la calidad de los materiales y las butacas deportivas de cuero y alcántara específicas de esta versión, aunque nos llama la atención (teniendo en cuenta el valor del vehículo) que sus ajustes longitudinales y en altura sean manuales. Eso sí, además de una excelente sujeción, cuenta con la posibilidad de extender, subir o bajar el cojín.

Acompaña un espacio para las plazas delanteras adecuado, no así para el sector de los pasajeros de atrás, cuya presencia es de compromiso, sin adecuado lugar para las piernas y la cabeza y con un acceso muy complicado. El baúl, por su parte, es bastante ancho y profundo, aunque su altura es acotada. Al margen de esto último, su volumen es de unos respetables 305 litros.

En cuanto al equipamiento, la lista que acompaña esta nota es extensa. De todos modos, hay faltantes bastante impensados para su nivel, como el control de velocidad crucero, la cámara de marcha atrás y el climatizador, que es de una sola zona en lugar de dos. En este ítem también le resta puntuación la rueda de auxilio temporal. Sí valoramos la presencia del comando Multimedia Interface con panel táctil y el audio Bang & Olufsen, entre otros elementos.

Adrenalínico

Como dijimos, el nada discreto motor de 2.0 litros turbo con inyección mixta (directa e indirecta) entrega 310 CV y un torque de 38,8 kgm, en un amplio rango que va de las 1.800 hasta las 5.700 vueltas. Acompañado por una eficaz caja automática de doble embrague con seis marchas, en el modo más radical de manejo alcanza los 4,8 segundos de 0 a 100 km/h y una velocidad máxima de 253,2 km/h.

Esta última cifra se debe a que la gestión del impulsor autolimita, de lo contrario estimamos que superaría fácilmente los 275 km/h, tal como lo hace, por ejemplo, un Porsche Cayman de 299 CV al que la fábrica no le restringe la velocidad de punta. Para maniobras de sobrepaso también arroja valores superlativos: de 80 a 120 km/h demora apenas 3,4 segundos.

El TTS cuenta con el control de partida Launch Control y la posibilidad de comandar la caja de modo secuencial, a través de sendas levas detrás del volante.

La avanzada tecnología del motor, que incluye el sistema de arranque y parada, colabora para un rendimiento más que razonable para un impulsor de semejante potencia. De este modo, en ciudad recorre 9,8 km/l; mientras que en ruta, a 90 km/l, establece 15,6 km/l y a 120 km/h, 12 km/l.

Versátil

Esta versión dispone del conocido sistema que la marca denomina Drive Select con el que se configura el vehículo de acuerdo al gusto o tipo de conducción. Este sistema cuenta con tres modos (confort, dynamic y personalizado) y actúa sobre el motor, la caja, la dirección y las suspensiones. Estas últimas son tecnología Magnetic Ride, que permite elegir entre dos grados de firmeza predefinidos, más un modo automático.

De esta manera, en la variante más civilizada se logra cierto confort de marcha, siempre condicionado por el bajo perfil de los neumáticos y por el escaso despeje del suelo. En el modo más deportivo se consigue todo lo que un amante de la acción busca. La tracción en las cuatro ruedas, la firmeza del chasis, los sistemas de seguridad y otras cuestiones que involucran el desarrollo y los materiales de las suspensiones permiten al conductor realizar maniobras extremas, como encarar curvas veloces con total confianza.

Eso sí, si se quiere traspasar las leyes de la física, también se lo puede hacer desconectando el control de tracción y dando rienda suelta a las tres centenas de caballos de potencia, tal como hicimos en la producción fotográfica exagerando la ida de cola para lograr mayor espectacularidad, ya que, en dicho caso, el sistema transmite mayor cantidad de torque al eje trasero.

El TTS cuenta, además con un alerón móvil que se despliega cuando se superan los 120 km/h, obteniendo así mayor estabilidad cuando más se la necesita.

Las altas performances se condicen con un sistema de frenado adecuado, que permite detener sus 1.460 kilogramos, por ejemplo, de 100 km/h a 0, en escasos 38,5 metros.

Exclusivo

Este renovado modelo que se basa en la galardonada plataforma MQB del grupo VW (VW Golf, Audi A3, Seat León, etc., llega a nuestro país en dos versiones. La de entrada de gama es 2.0 TFSI S tronic, de 230 CV, cuyo valor es de 67.700 dólares, mientras que la variante S probada cuesta 97.800 dólares. Repasando el mercado local, en las listas podemos encontrar adversarios como el BMW M235i, de 326 CV, sólo con tracción trasera, a 75.900 dólares.

Por precio, no por tamaño, potencia y tecnología, también podemos traer a la mente el Ford Mustang, que con 111 caballos más que el TTS, pero con tracción simple y una concepción totalmente diferente, cuesta aquí 95.000 dólares. El Porsche 718 Cayman, de llegada inminente a nuestro mercado, también es un rival directo del Audi. Entonces, por sus características, el TTS es un ejemplar casi único dentro de un nicho muy codiciado por los amantes de los deportivos premium y muy deseado por el común de los terrestres.

FICHA TÉCNICA AUDI TTS