Volkswagen Vento GLI

Por Alejandro Cortina Ricci - La variante más deportiva del sedán fabricado en México llega con un vigorizado motor turbo que incrementó su potencia en 11 CV para ofrecer prestaciones excepcionales. Se destaca por la calidad percibida, aunque el nivel de consumo y el precio son elevados. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Durante el último año, el segmento de los sedanes medianos ha ido experimentando la renovación de muchos de sus jugadores, no sólo en el plano estético sino también en el apartado mecánico. En ese sentido, es cada vez más recurrente ver el efecto “downsizing” en los motores que, con la reducción de las dimensiones del bloque y obviamente la cilindrada, mediante la implementación de turbocompresores logran optimizar la potencia.

Sin embargo, en el mercado argentino actualmente son muy pocos los “pura sangre”. A la renovación del Vento a secas, que ahora ofrece el mismo motor 1.4 turbo similar al que utiliza el Golf, se suma esta variante radical denominada GLI que resulta una alternativa ineludible para aquellos usuarios que aprecian del manejo deportivo, sin resignar el día a día en la ciudad.

Atractiva sobriedad

Difícilmente un modelo de Volkswagen se salga del libreto del ADN de marca en cuanto a diseño. Y en esta versión deportiva en particular, a simple vista no hay muchos detalles que llamen la atención. De hecho, parece un Vento común y corriente. Sin embargo, los agregados “Sport” le sientan muy bien y allí se nota que fueron ideados con buen gusto, sobrio, despojándolo de cualquier parentesco con el “tunning”.

Por ejemplo, la parrilla dispone de una amplia grilla que luce el distintivo listón rojo de las versiones deportivas de la marca alemana. El grupo óptico recibió un tratamiento diferente, con apliques plásticos que envuelven los antinieblas mientras que los faros (bi-xenón) están rodeados de la atractiva tecnología led. El lateral del Vento GLI da cuenta del agregado de zócalos negros en la parte inferior de la carrocería, mientras que las nuevas llantas de cinco rayos y 18 pulgadas, resaltan además por contar con los cállipers de frenos pintados de rojo. Atrás, las ópticas también disponen de led, resalta la doble salida de escape y, sobre el baúl, sobresale un sutil alerón. Otro rasgo distintivo es que el techo (solar eléctrico) es de color negro.

La decoración interior remite de alguna manera a la del Golf GTI. En parte por las butacas (de excelente sujeción) tapizadas con cuero bordado con hilo rojo, los pedales son deportivos y el volante asimétrico, (también revestido en cuero) luce detalles de aluminio. La calidad de materiales y terminaciones del habitáculo es incuestionable, mientras que el instrumental es muy completo y bien legible. Sobre el panel de a bordo se encuentra una moderna pantalla táctil con navegador satelital, reproductor de CD y MP3, que además cuenta con la tecnología App-Connect para emparejarlo a los teléfonos celulares.

Encontrar la postura de manejo óptima es tarea sencilla, gracias a la doble regulación del volante y los múltiples ajustes de la butaca, inclusive lumbar, aunque todos los comandos ahora son manuales (en el Vento Sportline, su antecesor, eran eléctricos).

Atrás el espacio es adecuado para que dos adultos viajes con comodidad. La altura hasta el techo no es muy generosa y un tercer pasajero se tendrá que conformar con un cojín un tanto duro y poco espacio para las piernas, debido al túnel de transmisión. Al igual que toda la gama Vento, la capacidad del baúl es de las mejores entre los sedanes medianos: 510 dm3 que, debajo del piso, esconden una rueda de auxilio de uso temporal (205/55 R16).

Temperamental

Bajo la nomenclatura TSI (Turbocharged Stratified Injection), son muchos los modelos del grupo VW que utilizan estos propulsores turbo. En Parabrisas, además de la gama Golf, ya hemos puesto a prueba varios Audi con esta mecánica, cuya versatilidad permite un amplio abanico de potencias y cilindradas.

En este caso, se trata de un “dos litros” de cuatro cilindros en línea, 16 válvulas e inyección directa que, con 211 caballos de potencia (11 CV más que su antecesor y mismo caballaje que el Scirocco GTS) entrega 28,5 kgm de torque en la zona baja del tacómetro: bastan 2.000 rpm para que el corazón del GLI se haga notar en el tránsito urbano.

Trabaja asociado con la siempre bien ponderada caja automática de doble embrague DSG, que cuenta con levas en el volante. Con este conjunto, el más radical de los Vento entrega prestaciones excepcionales, caracterizándose por su respuesta progresiva inclusive cuando la aguja anuncia el corte de la inyección. Nuestro Race Logic registró una aceleración de “cero a cien” en 7 segundos, mientras que reflejó una velocidad máxima de 238,1 km/h. En situaciones de sobrepaso, la caja no manifiesta retrasos y distribuye con buen temperamento para acelerar, por ejemplo, de 80 a 120 km/h, en poco menos de 5 segundos.

Aunque claro, tanta adrenalina pasa factura a la hora de repasar los consumos: en ciudad rinde escasos 8 km/l, mientas que en ruta (a 120 km/h) la computadora acusa 10,7 km/l, para promediar los 11 kilómetros por cada litro de combustible.

Dinámicamente responde de manera sobresaliente, con mucho aplomo y firmeza cuando se encaran curvas en velocidades altas. El esquema de suspensiones es equilibrado, con multilink en el eje trasero que le confiere un buen confort de marcha, aunque en ocasiones, por ejemplo en calles irregulares, se advierte cierta aspereza y vibraciones del sector posterior de la carrocería. La dirección, en tanto, con asistencia eléctrica y un volante de buen grip responde siempre de manera excelente: suave en ciudad, pero brindando la asistencia necesaria en altas velocidades.

De punta

Desglosar el equipamiento de confort del Vento GLI (ver ficha técnica) sería redundar en elementos que, en su mayoría, ofrecen modelos de segmentos superiores: aunque podemos remarcar la ausencia de cámara de marchas atrás y que los ajustes de las butacas delanteras no son eléctricos, como ofrecía su antecesor.

Por su parte, es interesante consignar los ítems encargados de brindar seguridad: a los frenos ABS y los controles de tracción y estabilidad, se le agrega el repartidor electrónico de fuerza de frenado, conjunto que en las pruebas de rigor demostraron buen desempeño. Para detenerse por completo desde 120 km/h, necesitó de 57,3 metros, siempre manteniendo la línea.

Al conjunto de seguridad lo completan seis airbags, anclajes para sillas infantiles, cinco cinturones de tres puntos con misma cantidad de apoyacabezas y detector de fatiga.

Cabe destacar que Volkswagen publica el precio del GLI en dólares (u$s 39.017), unos 622 mil pesos. Actualmente el único rival es el Renault Fluence GT2 que, con un motor 2.0 también turbo pero de 190 CV, cuesta 467.300 pesos.

No caben dudas del plus de calidad del Vento, modelo fabricado en México y con destino de exportación a mercados exigentes como el estadounidense y europeo. Sin embargo, a valores similares es posible acceder a modelos de marcas premium (con potencias similares y menor tamaño) e inclusive de un segmento superior, como el Ford Mondeo.

FICHA TÉCNICA Volkswagen Vento GLI