La irrupción de la electrónica ha modificado para siempre la industria automotriz, un cambio tan profundo que hoy es imposible prescindir de ella.
Su aporte es palpable en todos los campos, ya que confort, seguridad, prestaciones y comportamiento han experimentado una verdadera revolución desde su llegada definitiva hace no muchos años. Y tan determinante es la electrónica que, gracias a ella, en la actualidad podemos tener “dos autos en uno”, condición que tiene mucho de enunciado marketinero, pero también de realidad. Como es de esperar, en la primera acepción aparece una lista larguísima en la que se anotan unidades de todo tipo, pero en la segunda, sólo se inscriben aquellas que deben respaldar su prestigio: el BMW M235i es uno de ellos.
Dos en uno
¿Por qué dos autos en uno? Porque este modelo ofrece el comportamiento que se espera de un deportivo con motor de 326 CV (exquisito seis en línea 3.0 con inyección directa y twinturbo que ofrece una relación CV/litro de 109 caballos por cada mil centímetros cúbicos), tracción trasera y chasis perfectamente equilibrado (la relación peso/potencia es de 4,7 kg/CV), frenos de alta eficacia (cuatro discos supervisados por ABS y sus sistemas complementarios), dirección rápida y precisa (asistencia eléctrica variable) y suspensiones firmes (esquema independiente en ambos ejes), y (electrónica mediante) una respuesta similar a la de un auto confortable para el uso urbano, aunque con una enorme carga de potencia disponible bajo el pie derecho.
Por supuesto, ese confort es relativo, porque a pesar del “milagro tecnológico” el ADN de este M235i es el que corresponde a los modelos más extremos de la casa bávara, especialmente aquellos que están bajo la órbita de la letra M (aunque en este caso no hay que confundir con el M2) y eso se traduce en una inevitable respuesta sport. Por eso, y porque los neumáticos son del tipo run flat (no tiene rueda de repuesto), los trenes de rodaje se mostrarán siempre firmes, pero su dureza se puede “atenuar” eligiendo la posición Comfort con el control correspondiente al sistema de gestión (una pequeña tecla ubicada en la consola central, cerca de de la selectora y del dial circular del iDrive que, con movimiento tipo joystic y una superficie que se puede utilizar como un pad, gobierna audio, navegador y otros dispositivos en la gran pantalla del torpedo) para doblegar la furia innata de esta unidad.
Dosificando...
En tales circunstancias la circulación será distendida, con una caja (automática de ocho velocidades con levas en el volante) que realiza los pasos de marcha a regímenes levemente superiores a las 2.000 rpm y la supervisión infalible del ESP. Pero si el aburrimiento acecha y están dadas las condiciones (milagrosamente entramos en una pista) basta con elegir Sport para que el panorama cambie de manera rotunda: el sistema puede estirar los cambios hasta que las rpm alcancen la marca roja del tacómetro desatando el empuje de los 326 CV, perfectamente administrados por la transmisión que, apoyada en ruedas traseras más anchas (245/35 combinadas con las 225/40, adelante, ambas en rodado de 18 pulgadas), hará las delicias de quienes pretendan conducir un auto con verdadero carácter deportivo que pise con determinación curvas veloces.
En esta posición las suspensiones se endurecen, la dirección adquiere mayor tacto, pero el ESP sigue conectado, aunque le otorga al piloto un margen de acción más amplio. Al pasar a Sport+, el alertador en el tablero es claro: ESP OFF... De aquí en adelante todo lo que suceda es responsabilidad del piloto.
Si hablamos de prestaciones, el M235i califica con sobresaliente: acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, mientras que la velocidad máxima está limitada en 250 km/h. Las recuperaciones, como es de esperar, son velocísimas, con elocuentes 4,5 segundos para pasar de 80 a 120 km/h (en S+). En cuanto al consumo, también está acorde a sus características:en promedio medimos un rendimiento de 12,1 km/l, marca penalizada por un elevado gasto en la ciudad (8,3 km/l) a pesar de que el motor dispone del sistema start/stop. Por cierto, el tanque de combustible podría ser de mayor capacidad: 52 litros pueden ser escasos.
Todo en orden
El M235i Coupé (en otros mercados también se ofrece en variante cabriolet) muestra un diseño atractivo con ese inconfundible aire de jerarquía sport propio de la marca (incrementado por el kit M), con una trompa alargada y cola corta, carrocería que se ve muy cerca del piso, detalle que obliga a tener cuidado para no raspar la zona baja en las deterioradas calles de nuestras ciudades.
Las dos puertas son amplias, pero el acceso es incómodo porque las butacas están muy abajo. También es incómodo llegar hasta las plazas traseras a pesar del sistema que rápidamente vuelca los respaldos de las butacas de adelante, pero se complementa con un lento mecanismo eléctrico para el desplazamiento longitudinal. El sector posterior dispone de dos plazas en las cuales las personas de contextura grande sufrirán la molesta presencia del techo en su caída hacia la luneta. Los respaldos de ese sector no se abaten para ampliar la capacidad del baúl que en condiciones normales es de 390 dm3.
La posición de manejo es excelente, con múltiples regulaciones tanto del volante como de la butaca, incluyendo el cojín extendible y, especialmente, los “pétalos” laterales ajustables. El equipamiento es muy completo y se puede complementar con un sistema de parlantes de alta fidelidad Harman Kardon como único opcional.
Dadas sus características, el M235i no tiene rivales directos en el mercado local. Sólo se le acerca el Audi S3 Sedan, pero tiene cuatro puertas, tracción integral y motor de 300 CV.
Ver ficha técnica en el número 454 de agosto 2016 de la revista PARABRISAS.
Seguí a Walter y Alejandro en Twitter:
@WalterTogneri / @cortinale
