Toyota Yaris S 1.5 CVT

Oriundo de Tailandia, arriba en una única versión dotada con eficiente motor 1.5 y transmisión CVT, que le otorgan un agradable andar. Posee calidad acorde, amplio espacio interior y capacidad de baúl, aunque con equipamiento justo y precio elevado. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

En el salón del automóvil de Buenos Aires 2015 Toyota mostró por primera vez al Yaris con la intención de evaluar la respuesta del público para con un nuevo modelo. La devolución fue positiva, tanto que a poco más de un año, el compacto llegó para complementar el segmento más popular del país, en este caso el denominado B+, por encima de Etios. Lo hace con una gama reducidísima, ya que la única configuración posible es la aquí evaluada: motor de un litro y medio con transmisión de variador continuo CVT y un solo nivel de equipamiento.

Pero otra de las razones de su llegada a la Argentina es para que su nombre gane repercusión. Desde el año que viene Toyota comenzará sus andanzas en el rally mundial, precisamente con un Yaris, aunque por fuera poco se parezca a este (ver recuadro).

Coherente

Si bien se trata de la tercera generación, esta silueta en especial fue desarrollada para algunos mercados que buscan espacio en un auto del segmento inicial. La razón de ser fue China, mientras que Tailandia que no es ajeno a este tipo de utilidad, también lo adoptó. El largo de 4,12 metros lo cataloga como uno de los más grandes entre los de su tipo (el Nissan Note lo supera por escasos centímetros), algo similar a lo que ocurre con la distancia entre ejes de 2,55 metros. Apunta precisamente a países donde los productos low cost se erigen como exitosos, pero a diferencia de ellos, el diseño no se percibe rústico o falto de líneas, aunque para que ello ocurra hubo que agregar ciertos aditamentos para crear mayor dinamismo (como el aplique negro del parante trasero). El aspecto frontal conserva la imagen ya vista en otros productos de la marca, como la pick-up Hilux y por qué no también con el Corolla. Sin embargo el toque particular de la trompa está en el enmarcado color negro que une la grilla superior con la inferior, algo muy similar a lo visto en el Etios Cross.

Tarea difícil

Tanto en materia de confort, como así también de seguridad, el nuevo Yaris no la pasa demasiado bien. Los aranceles por provenir de extrazona hicieron que la marca haya tenido que optar por configurarlo con una postura demasiado austera. Entre lo destacable cuenta con sistema multimedia con pantalla de siete pulgadas, de buen funcionamiento y nitidez. Con el uso, resulta lo más parecido a una tableta por el diseño del sistema operativo, que se mostró rápido y con una conexión Bluetooth sencilla de realizar. También permite reflejar algunas utilidades del teléfono en ella, pero sólo mediante la interface HDMI, que requiere de un cable especial. El resto del equipamiento lo componen el aire acondicionado manual, pack eléctrico y sensores de estacionamiento trasero y crepuscular. En cambio, no entrega dispositivos tales como climatizador automático, sensor de lluvia o control de velocidad crucero: elementos presentes en varios de sus competidores.

En materia de seguridad dispone de doble airbag frontal, frenos con antibloqueo ABS y anclajes Isofix/latch para sillas infantiles. Podemos destacar el quinto cinturón inercial (los delanteros no regulan en altura), pero a esta altura la falta de control de estabilidad y, al menos airbags laterales, son faltantes a tener en cuenta para un producto recién llegado que se ubica entre los más caros del segmento.

Un referente

Una de las virtudes que se manifiestan con sólo abrir las puertas es su amplio espacio interior. La postura al volante no presenta grandes inconvenientes, aunque el mismo no regula en profundidad. Si lo hace en altura, al igual que la butaca del conductor, que mantiene con la del pasajero un mullido suave y agradable sujeción lateral. En el sector trasero el lugar disponible para las piernas es muy amplio, allí sólo se verá perjudicado un quinto ocupante adulto, principalmente en la altura de la cabeza al techo.

La calidad general ostenta una muy buena percepción inicial, con diferentes tonos de grises y detalles cuidados, aunque los materiales utilizados son en su totalidad duros: por ejemplo la parte superior de la plancha simula una costura sobre cuero. Además, algunos accesorios podrían estar más firmes, como la consola central y el marco que contiene la pantalla multimedia.

El tablero de instrumentos es muy fácil de interpretar, con tres marcadores de aguja (sin medidor de temperatura de líquido refrigerante) y un display digital anticuado. En él se pueden apreciar los datos de la computadora de a bordo, que ofrece las funciones básicas. Algunas teclas, como el comando de los espejos eléctricos y levantacristales, o las del volante multifunción, no cuentan con iluminación para poder encontrarlas en la noche.

El baúl es un punto fuerte, ya que los 326 litros de capacidad son de lo más generoso entre los hatchbacks de su tipo. En su interior esconde una rueda de repuesto idéntica, hasta con llanta de aleación.

Virtuoso ímpetu

El motor de 1.5 litros con dieciséis válvulas y doble apertura variable de válvulas entrega una potencia de 107 CV a 6.000 rpm, con un torque máximo de 14,3 kgm a 4.300 vueltas. A priori números que no llaman la atención, pero que tras las pruebas y en el día a día demostró todo lo que es capaz de hacer. Obtuvo prestaciones excelentes para su potencia, como 10,2 segundos para cubrir el cero a cien kilómetros por hora, o siete segundos para recuperar de 80 a 120 km/h. Pero el secreto no está sólo en el motor. Lo acompaña una caja de variador continuo (CVT), que dosifica la potencia disponible al piso sin titubeos ni patinamientos. Además el modo manual, desde el selector, permite seleccionar hasta siete pseudo marchas preestablecidas con rapidez y sin preservar a sobremanera al impulsor si se lo que se busca es una conducción algo más deportiva. El consumo es otro de los puntos fuertes: lógico en tramos urbanos y muy buenos en la ruta, obtuvo un promedio de 14,2 km/l.

Con esquema de suspensiones simples, la mejor cara está en la ciudad, donde transmite solidez al circular por empedrados o caminos en mal estado. A altas velocidades esa configuración algo suave lo perjudica: no es de los más firmes y precisos, pero en conjunto a una dirección con asistencia eléctrica de buena respuesta, y el buen trabajo de la insonorización, conducirlo resulta sencillo y placentero.

Los frenos lo detuvieron en distancias prudentes, aun manteniendo tambores en el eje trasero.

En competencia

El Toyota Yaris cuesta $ 347.000, valor elevado que lo posiciona por encima de los topes de gama de la competencia. El rival directo es el Nissan Note Exclusive CVT, que vale 339 mil pesos (en octubre bonificado a 324 mil) con una dotación similar en seguridad, pero superior en confort. Otros modelos ofrecen extras importantes a precios inferiores, pero menor espacio interior y cajas automáticas convencionales o de doble embrague. Ellos son el Chevrolet Sonic LTZ AT (con 6 airbags y techo corredizo), Ford Fiesta Powershift (SE, SE Plus y Titanium, todos con ESP y hasta siete airbags) y Peugeot 208 Allure Tiptronic (4 airbags y techo vidriado).

Claro que gracias al generoso espacio interior y baúl, motor y caja eficientes, sumado a la probada confiabilidad que la marca sabe imponerle a sus productos, sumado a la calidad de fabricación, una garantía de tres años o cien mil kilómetros y un servicio de postventa confiable, el nuevo producto de la marca japonesa busca hacerse un lugar en el complejo segmento de los hatchbacks compactos. ¿Podrá?

FICHA TÉCNICA TOYOTA YARIS S

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