Energía renovada

Contacto. La sexta generación de la serie más emblemática de la casa bávara modifica su figura y avanza en tecnología, mejorando entre muchas otras cosas, la seguridad, la eficacia de los motores y el equipamiento de confort. Lo manejamos por los alrededores de Barcelona y en su circuito de Fórmula 1. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

Para continuar con la reputación ganada a partir de su nacimiento en 1975, BMW lanza la sexta generación de la exitosa Serie 3. Este nuevo vehículo, que se fabrica en la planta original de la marca en Munich, que produce automóviles desde 1922, presenta importantes modificaciones respecto de la quinta generación, que data de 2005, que tuvo un restyling en 2007.

El modelo que manejamos en España será lanzado el 11 de febrero para 132 países, estará compuesto por dos motorizaciones Diesel 320d Efficient Dynamics Edition  de 163 CV y 320d de 184 CV y dos nafteras: una 328i de 245 CV y la otra, 335i de 306 CV. Por ahora disponible sólo con tracción trasera, las transmisiones serán manual de seis marchas y opcionalmente estará disponible la automática de ocho, que es la que manejamos en las versiones 328i y 320d y que está disponible para todas las motorizaciones.

Por primera vez el modelo se ofrece con tres líneas de equipamiento: Sport Line, Luxury Line y Modern Line, para atraer a clientes con distintas perspectivas.

El recambio de la Serie 3 vendrá acompañado, también, por una novedosa versión híbrida que en conjunto alcanzará los 340 CV (ver recuadro).

Dan Christian Menges, responsable de comunicación de BMW en la Argentina, nos confirmó que poco más adelante –segundo trimestre, aproximadamente– llegarán a nuestro país las variantes 328i y 320d, pero que todavía no están definidas las versiones ni sus niveles de equipamiento. En tanto, en el segundo semestre estará arribando la alternativa naftera 320i de 184 CV que será el modelo de entrada de gama con un precio que rondará los 53.000 dólares.

Cambios profundos

Con un nuevo look debido a un frontal más agresivo y mejoras aerodinámicas, este modelo crece en casi todas sus cotas: con 4.624 mm de largo (creció 9,3 cm), tiene 5 cm más entre ejes y se ensanchó entre 37 y 47 milímetros en sus trochas delantera y trasera, respectivamente. Dicho redimensionamiento apunta principalmente a acallar las críticas recibidas por el sector trasero, que aumenta en 15 milímetros el espacio para las piernas y en 8 la altura de la cabeza al techo, pero que, como buen premium alemán, sigue siendo justo para los que estamos en la media de la altura. El baúl también resultó beneficiado con un plus de 20 dm3, llegando ahora a los 480 dm3, con la posibilidad de ser ampliado rebatiendo los asientos, cosa que no ocurre con rivales como el Mercedes-Benz Clase C.

El trabajo en el tablero incluyó la adopción de materiales más livianos, los que, a pesar de un aumento de las dimensiones y del equipamiento, ayudaron a reducir en 40 kilogramos el peso del auto.

Lea el resto de esta nota en la edición de diciembre de 2011 de Revista Parabrisas

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