¿Cómo anda el Audi Q5 45TFSi Quattro S line?

El complejo derrotero económico que ha atravesado el país durante los últimos años ha dificultado la estrategia comercial de muchas automotrices. Una de ellas es Audi, que si bien viene teniendo una interesante cadencia de lanzamientos en la Argentina, algunos modelos han llegado con cierto retraso y, dado el contexto para importar vehículos, con una dotación algo básica.

Un caso testigo de ello ha sido la actualización de la segunda generación del Q5. Se trata del SUV mediano producido en la planta mexicana de San José Chiapa (Puebla), que por diversos motivos llegó demorado a nuestro país en 2022, con un nivel de equipamiento que tenía varios casilleros en blanco, sobre todo en materia de seguridad.

Ante la inminente presentación mundial de la tercera generación de este modelo –que debería llegar a nuestro país a fines de 2025–, la marca de los anillos recogió el guante y actualizó la dotación de este Sport Utility equipado con una motorización micro-híbrida.

Cuenta saldada
Todas las unidades que se venden en nuestro país de este modelo disponen, de un tiempo a esta parte, de un paquete de asistencias a la conducción (ADAS) que incluyen aviso de cambio de carril, sensor y aviso de pre-colisión, control de velocidad crucero adaptativo con frenado de emergencia y asistente de mantenimiento de carril.

Todos estos elementos fueron blanco de críticas oportunamente, y hoy se suman a los seis airbags, asistente de arranque en pendiente y control de ascenso, además de todos los asistentes obligatorios como los frenos ABS y el control electrónico de tracción y estabilidad (ESP).

Denominada S line, esta es la variante top del Q5 en nuestro mercado. Incluye, entre varios elementos de confort, faros Matrix led que, entre otras cosas, permiten circular con luces altas permanentemente sin deslumbrar a otros conductores. 

De esa lista de “amenities” también se destaca la pantalla multimedia de 10,1 pulgadas de tercera generación, ahora más rápida y desde donde, entre tanta in- formación, se controlan muchas funciones del vehículo, reemplazando en varios casos los comandos físicos.

Por su parte, el tablero de instrumentos es 100% digital y configurable, mientras que la climatización automática es de tres zonas. Dispone además, entre los más destacado, de cargador inalámbrico para celulares en la consola central, asientos delanteros eléctricos y calefactables, techo panorámico y botón de arranque con acceso sin llave.

Como en todo Audi, la calidad general es elogiable y la posición de manejo muy ergonómica gracias a los asientos con pétalos de sujeción bien marcados y extensores de cojín para las piernas, complementado por un volante asimétrico (exclusivo de esta versión) que se regula manualmente en altura y profundidad.

El espacio trasero es generoso, pese a contar con un túnel de transmisión que puede incomodar a quien viaje en la plaza central, que además es un tanto dura.

El baúl es de unos generosísimos 520 litros, mientras que el portón, automático, cuenta con apertura manos libres. La gran contra que debemos resaltar es la adopción de una rueda de auxilio temporal. Por cuestiones de espacio, viene desinflada y trae un compresor para ponerla en condiciones de circulación. Dentro de la llanta está colocado el subwoofer del equipo de audio.

Hacia la hibridación total
Bajo el capó no hay novedades respecto del modelo que Parabrisas manejó hace dos años. El Audi Q5 utiliza un si tema mecánico “Mild hybrid” (híbrido suave), compuesto por el conocido motor naftero 2.0 TFSi de 245 CV y 37,8 kgm de torque, asistido por una batería extra de 12 voltios en el caso de los motores de cuatro cilindros como este (o de 48 voltios para los de seis o más cilindros), que puede apagarse incluso mientras el vehículo avanza, ahorrando combustible y sin emitir gases nocivos para el medioambiente.

Tal como lo anunció Audi hace ya un tiempo, esto representa un pequeño paso hacia la electrificación total para todos sus modelos, motivo por el cual este Q5 será quizás el último que manejemos tal como lo conocemos.

Esta mecánica trabaja combinada con una eficaz caja automática de doble embrague con levas detrás del volante que le permite al propulsor mover los más de 1.800 kilogramos del vehículo con una notable agilidad, enviando tracción a las cuatro ruedas. Así lo demuestra la planilla de pruebas en la que anotamos una aceleración de 0 a 100 km/h en apenas 6,7 segundos y una velocidad máxima (limitada) de 237 km/h.

Tales características, sumadas al relativamente bajo coeficiente aerodinámico (Cx 0,3) y la utilización del sistema de hibridación ligera (MHEV) hacen que el rendimiento sea relativamente alto en función de su gran porte y la elevada potencia: el registro urbano es de 11,2 km/l, mientras que el extraurbano alcanza los 15,7 km/l, promediando así 12,8 km/l.

Por otra parte, este Q5 45TFSI S line cuenta con varios modos de conducción: Drive Select y Efficiency, que proponen el desenvolvimiento más aplacado y austero; Comfort y Auto, los intermedios, y Dynamic, más deportivo. 

También cuenta con la opción off-road, con la que se configuran ciertos parámetros para mejorar el comportamiento en los terrenos más difíciles, aunque está lejos de ser un vehículo apto para la práctica 4x4 extrema.

Con el plus que otorga la tracción total permanente, el andar en ruta de este SUV mediano es notablemente firme. Y pese a que esta versión cuenta con un perfil de neumáticos menor al de entrada de gama, el trabajo de las suspensiones en ciudad es muy bueno, ya que absorbe todo tipo de imperfecciones, sumando la ventaja de un buen despeje para sortear obstáculos mayores.
Como es de esperarse en este tipo de vehículos, la asistencia a la dirección también es elogiable.

Para pocos...
El Audi Q5 se ofrece en la Argentina con tres niveles de equipamiento: Advanced, S- Line y S- Line Premium Black. El primero, que ofrece una carrocería más convencional, cuesta 89.905 dólares, el precio de esta variante más deportiva y con silueta tipo fastback asciende a 111.635 dólares, mientras que la “accesorizada” con elementos negros llega a 126.660 dólares. 

Esa disparidad se da básicamente por algunas diferencias estéticas como el paquete S line que contempla llantas de 20 pulgadas en vez de 19”, volante asimétrico, apliques de aluminio en el interior del vehículo y zócalos, iluminación led ambiental con 30 colores configurables, revestimiento interno del techo de color negro (en lugar de gris) y suspensiones deportivas.

En nuestro mercado, sus principales rivales son otros modelos alemanes de “sangre azul” como el BMW X3 2.0 xDrive30i de 252 CV, a 141.900 dólares, y el Mercedes-Benz GLC 300 AMG Line 4Matic Coupé de 258 CV, que cuesta 160.000 dólares, aun- que también podríamos agregar al debate al Volvo XC40 2.0 B4 FWD Momentum de 262 CV, cuyo precio es de 93.899 dólares.

Así las cosas, el SUV de Audi queda en una posición favorable frente a la mayoría, aunque podría ser mejor considerando ya que, por su origen, no paga impuestos de extrazona y también tiene beneficios por tratarse de un “vehículo híbrido”. Esta última condición o recurso mecánico lo eximen del pago parcial o total de patentes en algunas provincias y distritos de la Argentina.