El auto de Elvis Presley volvió a brillar

Este vehículo fue conducido por el Rey del Rock’n’Roll mientras prestaba su servicio militar en Alemania. Después de que desapareció por casi 50 años, y se pensaba que había sido robado, regresó para ser el centro de atención. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El completamente restaurado roadster BMW 507, que perteneciera a Elvis Presley, se presentó por primera vez en público en el Concours d’Elegance en Pebble Beach, un popular certamen de vehículos clásicos de California.

El estado de este biplaza era causa de preocupación. Si bien las partes y otros componentes de la carrocería original estaban casi todas e intactas, el auto había perdido su motor y la caja de cambios. Además, el eje trasero era una pieza reemplazada de origen desconocido, el óxido se estaba comiendo el ensamble del piso, los asientos estaban desgastados y faltaba el panel de instrumentos.

Después de casi dos años de un riguroso trabajo de restauración, BMW Group Classic logró dejó como nuevo el vehículo.

El BMW 507 siempre fue uno de los modelos más exclusivos y buscados entre las rarezas en la historia de la marca con apenas 254 unidades fabricadas entre 1955 y 1959. A Elvis le entregaron el auto con número de chasis 70079 el 20 de diciembre de 1958: con acabados de pintura en Blanco Pluma, el motor V8 de aluminio de 150 CV bajo el capó, ruedas de bloqueo central, interior blanco y negro y una radio Becker México.

El automóvil no era nuevo, sino que anteriormente lo había usado el piloto Hans Stuck. Entre mayo y agosto de 1958, el corredor ganó varias escaladas en Alemania, Austria y Suiza. Luego de cada carrera, el motor se mejoró y se le ajustó una nueva caja de velocidades para más tarde quedar en manos de distribuidor de Frankfurt. Presley, que tenía 23 años en ese entonces, quedó impresionado de inmediato en una prueba de manejo y decidió comprarlo en diciembre de ese año.

El cantante lo utilizaba para conducir entre su hogar en Bad Nauheim y la Base del Ejército Estadounidense en Friedberg. Muchas veces sus fans femeninas lo asediaban y con frecuencia le escribían sobre el auto mensajes de amor con lápiz labial. Estas señales de adoración avergonzaban a Presley como soldado estadounidense. ¿Cómo resolvió el problema? Pintándolo de rojo.

Cuando en marzo de 1960 el artista terminó su servicio militar en Alemania, regresó a los Estados Unidos. Unos meses más tarde vendió el auto descapotado a un distribuidor Chrysler de Nueva York.

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