Test doble: smart fortwo y forfour passion

La nueva generación del exitoso citycar llegó para acaparar la atención. Por primera vez se comercializa en nuestro país la variante para cuatro ocupantes. Su mayor virtud es el rendimiento del motor y la practicidad, aunque el precio los aleja del alcance masivo. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

La historia del smart forma parte de las tantas curiosidades de la industria automotriz: nació de un proyecto conjunto entre Daimler y el fabricante suizo de relojes Swatch con un prototipo denominado Micro Compcat Car, que se gestó en 1994, y debutó un año más tarde como modelo de serie durante los JJ.OO. de Atlanta, en los Estados Unidos. A más de dos décadas de la creación del primer citycar de la era moderna, manejamos la nueva generación del smart, que llega al país de la mano de la reedición de su versión de cuatro puertas, cuyo lanzamiento europeo en 2004 no tuvo el éxito esperado.

Para dos, para cuatro

Los cambios estéticos en esta nueva generación del smart (tercera del fortwo, segunda del forfour) se pueden advertir en los trazos más redondeados de la carrocería y en los nuevos grupos ópticos que estrenan luces de led. En el terreno de las subjetividades, respecto del diseño, vale destacar que más allá de los pareceres, es un auto que siempre llama mucho la atención.

El smart fortwo mantiene prácticamentelas mismas dimensiones que su antecesor, aunque ahora es 10 cm más ancho y eso beneficia en parte la comodidad de los ocupantes: mide 2,69 metros de largo, 1,55 m de alto y 1,88 m de ancho. Por su parte, en la novedosa (para nuestro mercado) variante forfour, el largo del vehículo alcanza los 3,50 metros de largo, 1,55 m el alto y 1,87 m el ancho. Decíamos que son vehículos que no pasan inadvertidos y uno de esos motivos son los cortos voladizos que están muy pegados a las cubiertas. Tal característica remarca la ajustada distancia entre ejes, sobre todo del fortwo, que es de 1,87 metros, mientras que la del forfour ostenta los 2,49 metros. Un aspecto a destacar de esta nueva generación del smart es que su plataforma comparte muchos componentes con el Renault Twingo: de hecho, la variante de cuatro puertas se produce en Eslovenia junto al pequeño del rombo, mientras que el de dos plazas se fabrica en Francia. En tal sentido, se pueden reconocer muchos elementos de Renault dentro del habitáculo, como ser teclas, pomo de la selectora, manijas y paneles de puertas, entre otros.

En ambos casos, la presentación de la plancha de a bordo es idéntica (sólo cambian los colores de la tela que recubre el torpedo) al mismo tiempo que moderna: el tablero de instrumentos conjuga un enorme cuadrante analógicocon un display digital para la computadora de a bordo, mientras que sobre el margen superior izquierdo de la plancha central se emplaza un simpático cuentavueltas con reloj incluido.

Tanto en el fortwo como el forfour, la posición de manejo se encuentra con facilidad, dado que ambos cuentan con ajuste en altura de la columna de dirección y butaca. Las plazas delanteras son bastante amplias y bien mullidas, pero en el sector trasero del forfour, el espacio para piernas y la cabeza es un tanto limitado.

La condición de “citycar” se manifiesta en la capacidad del baúl, donde el espacio es prácticamente simbólico. El fortwo ofrece 190 dm3, pero puede alcanzar los 260 dm3 de capacidad enrollando la luneta plástica. En tanto, la capacidad estándar del forfour es de 185 dm3, aunque puede estirarse hasta los 730 dm3 si se rebaten los asientos de las plazas traseras; estos lo hacen de manera individual, ofreciendo buena modularidad interior. Cabe destacar que ninguno ofrece rueda de auxilio: en su lugar, disponen de un kit de reparación para la cubierta.

Hecho para la ciudad

La configuración del motor trasero y la tracción a cargo del tren posterior sobresaltan su condición de "ser urbano": esta ingeniería le confiere un radio de giro excepcional para maniobrar con mucha facilidad en espacios reducidos. Otra prueba de ello es el pequeño bloque naftero tricilíndrico de 71 caballos (13 CV menos que su antecesor con turbo) que entrega 9,3 kgm de torque y responde atentamente a las órdenes del pie derecho, aunque cabe destacar que vibra ostensiblemente al ralentí. Trabaja asociado con una caja manual de cinco marchas de relaciones bien cortas, cuya selectora ofrece un recorrido muy suave y agradable.

Con este conjunto, ambos smart ofrecen prestaciones que los convierten en vehículos interesantes para el uso diario. Por ejemplo, el fortwo acelera de “de cero a cien” en 14,6 segundos, mientras que el forfour hace lo propio en 15,4 segundos. Ambos alcanzan una velocidad máxima similar, aunque a distintos regímenes: 150,7 km/h a 4.500 rpm el fortwo y 152,5 km/h a 5.000 rpm el forfour. Sin embargo, la nota más alta la obtienen en el rendimiento promedio, donde redondean los sobresalientes 16,3 km/l (forfour) y 17,5 km/l (fortwo): con un tanque de 28 litros de capacidad, la autonomía de ambos está en torno a los 456 y 490 kilómetros, respectivamente. Más allá de las dimensiones acotadas de sendas carrocerías, la asistencia de la dirección eléctrica los hace muy divertidos de manejar. Sin embargo, al contar con una distancia entre ejes corta y una altura elevada, la respuesta dinámica de la carrocería de ambos se ve penalizada por la incidencia del viento al salir a la ruta, donde al sobrepasar los 90 km/h el ruido comienza a filtrarse sin tregua dentro del habitáculo: con el fortwo es necesario realizar correcciones con la dirección con mayor frecuencia cuando se transita en altas velocidades.

En este ámbito se destaca el esquema de suspensiones que tiende a la dureza y transmite mayor estabilidad, aunque claro, en la ciudad, esta condición hace que cada rebote de los neumáticos se traslade sin filtro hacia las butacas: en el forfour la sensación es más amigable con las irregularidades de las calles y no se notan tanto las vibraciones estructurales.

Acento en la seguridad

Siempre que uno se sube a este tipo de vehículos, es inevitable sentirse desprotegidos, ya que el pequeño habitáculo es la contención ante los golpes de una eventual colisión. Sin embargo, en este ítem vale consignar que los smart están construidos con una estructura de seguridad que fue desarrollada por la compañía austríaca Magna, especialmente para este modelo: se trata de una célula denominada Tridion de acero de alta resistencia, sobre la que van montados los paneles plásticos de la carrocería y permite minimizar los efectos negativos de los pasajeros ante un impacto. Además, la completísima dotación en este apartado es común para todas las versiones, con siete airbags (frontales, de cabeza, de tórax, de rodilla para conductor), frenos ABS, control de estabilidad, asistencia al arranque en pendientes, anclajes Isofix para sillas infantiles y sensor de  estacionamiento trasero. En ambos tipos de carrocería, existen dos niveles de equipamiento, City y Passion, siendo este último el tope de gama y con el que cuentan las unidades utilizadas en esta ocasión. En este rubro no vamos a encontrar estridencias: se destaca el techo panorámico, luces antinieblas, alzacristales eléctricos con on touch, luces de led, tapizado de tela, espejos eléctricos, volante multifunción revestido en cuero, sistema start stop, control de velocidad crucero y aire acondicionado. Llamativamente, las versiones que llegan a nuestro país no ofrecen equipo de audio con pantalla táctil.

En su lugar, dispone de una radio con bluetooth, entrada auxiliar y puerto USB (sin lectora de CD/MP3) que cuenta con un soporte para que el smartphone haga las veces de visor de la aplicación “smart cross connect”, disponible gratuitamente para los sistemas operativos iOS y Android. Una vez descargada, desde el teléfono se pueden manejar las alternativas de la música, telefonía y GPS, entre otros.

Ver ficha técnica en el número 453 de julio 2016 de la revista PARABRISAS.

Seguí a Alejandro en Twitter: @cortinale