Así es una terminal china por dentro

Por Walter Togneri (Desde Chongqing, China) Visitamos las instalaciones de Lifan en Chongqing, China. Allí se fabrican motos y automóviles, entre ellos, el familiar M7 que llegará en diciembre a la Argentina. Galería de fotos

Redacción Parabrisas

El gigante asiático despertó hace rato. Quién no quiera verlo… ¡pobre de él! porque lo arrasará en su camino. China es actualmente el primer productor de acero, cemento y automóviles del mundo, superando ampliamente a países que ostentaban esa posición hace no muchos años. ¿Sorpresa? De ninguna manera.

China puso en marcha su desarrollo industrial hace décadas siguiendo, de alguna manera, el ejemplo que podemos ver en otros países de esa región, como Corea del Sur: tímidamente fue entrando en diferentes mercados y en el caso de los automóviles “copiando” modelos de fabricantes consagrados y aprendiendo de la sabiduría de aquellos ellos y de los errores propios, hasta lograr una madurez que de a poco va encontrando su punto de equilibrio.

Los datos de 2016 dan cuenta de que en China se produjeron 28,1 millones de unidades frente a las 12,2 millones de Estaos Unidos, 9,2 millones de Japón, 6 millones de Alemania y 4,5 millones de India, para mencionar el top five.

Además, China es el mayor exportador de autos, con dos millones de unidades anuales, y el país que cuenta con el mayor parque de unidades de propulsión eléctrica del mundo, con unos 700.000 vehículos.

Hoy este país de tradiciones milenarias es la casa de marcas globales las cuales, en todos los casos, están asociadas con compañías estatales en partes iguales. Pero también hay terminales de capitales privados (las menos) entre las cuales aparece Lifan, la compañía industrial más grande del país entre las de su tipo: en la década de 1990 empezó su historia fabricando motores de motocicletas, luego incorporó productos de fuerza para, finalmente, en 2006, fabricar su primer modelo, el 520, producto que marcó el ingreso definitivo de la compañía en el negocio automotor.

La posición de empresa privada en una economía muy particular le permitió crecer exponencialmente, tanto que Lifan hoy se dedica a una gran cantidad de actividades, entre ellas, además de las vinculadas con la producción de autos y motos, el desarrollo de herramientas financieras, real estate y la industria del fútbol.

De eso y del futuro de la compañía se hablará mañana (el jat lag me obliga a aclarar que será el día 21, junto con la celebración de la llegada de la primavera) durante la cuarta convención anual de Lifan, que se realizará la localidad de Lijiang, 1.200 kilómetros al oeste de Chongqing, ciudad esta última en la que empresa tiene una de sus tres plantas en ese país.

La recorrida

Después de tantos años en este rubro uno tiende a pensar que “todas las fábricas de autos son iguales”. Tal afirmación que parece un poco despectiva tiene algo de verdad: departamentos de diseño, desarrollo e ingeniería, gigantescas prensas de estampado, enormes naves de soldadura, planta de motores, línea de armado y chequeo; listo. Pero cuando se trata de una planta a la que llegamos después de dos días e viaje (Buenos Aires-SanPablo-Doha-Chongqing), todo se ve de otro color, doy fe: no es mejor ni peor, es diferente.

Mi inquietud era saber cómo es por dentro una planta que fabrica autos en un país cuyo parque automotor es moderno (salvo algunos utilitarios y los taxis en determinadas ciudades), se ven unidades que trabajan en zonas rurales con el motor a la vista, donde hay motos que tienen paraguas y los motociclistas (que no son pocos) casi no utilizan casco y van typeando con el celular al mismo tiempo que giran en “u” en una calle transitada, y donde los conductores manejan muy mal y despacio (en las avenidas principales y autopistas hay foto multas cada doscientos metros) utilizando la bocina como arma de amedrentamiento, pero que a pesar de todo eso es el mayor productor de vehículos de Globo.

Producción mayor

La primera parte del camino por la planta de Lifan en Chongqing tuvo lugar en la nave que fabrica motores de motocicletas. Es un proceso automatizado pero con mucha participación humana, varias líneas de armado con gran presencia femenina. Allí se producen 150.000 plantas motrices anuales, es decir la mitad de la producción total de la fábrica.

Dejamos el ruido ensordecedor del sector de armado de los motores de motos (curiosamente los empleados no utilizaban protección auditiva) y pasamos al silencio del área de Investigación y desarrollo, espacio en el que nos fue vedado tomar fotografías. Contemplamos los ensayos de autonomía en un 520 EV (sedán ciento por ciento eléctrico), testeos que se realizan en el mismo laboratorio que utilizan para medir emisiones. Luego, el taller donde los artesanos del diseño le dan forma a sus creaciones. Allí es donde se termina de decidir qué estilo y señas particulares tendrán los nuevos modelos. Entre maquetas de masilla a escala real (también de piezas del interior), en algunos pizarrones vimos fotos de los modelos que servían de inspiración para los proyectos en progreso.

Pasamos a la nave de estampado, un gigantesco galpón (10.000 m2) en el que trabajan las prensa que le dan forma a 150.000 vehículos por año. Las piezas que allí se cortan avanzan en la cadena de montaje pasando por Soldadura, tal vez el sector más automatizado, dotado de ascensores y robots que, puntada tras puntada, van dándole forma definitiva a la unidad. A pesar de los robots, este es el sector más humanizado de la línea: conté un promedio de tres operarios por isla de trabajo, cuando en las plantas más avanzadas hay uno o ninguno…

Tratamientos anticorrosión, pintura, el armado del interior, la instalación de los vidrios; luego, el motor, trenes de rodaje, detalles de terminación y la verificación final para cerrar un proceso que ve salir una unidad cada tres minutos en promedio.

La sorpresa fue grata. La experiencia me demostró que el nivel de mejora en la calidad de los productos que se fabrican en Chongqing es real, por lo menos así lo demuestran los métodos de producción.

La suerte estuvo de nuestro lado porque el día de la visita se fabricaba el M7, un modelo familiar (inspirado en el Ford S-Max) con capacidad para siete pasajeros que llegará a la Argentina probablemente en diciembre de este año (ver más abajo).

Lifan es una empresa que supo hacer su camino en un país tan especial como lo es China, y lo hizo por cuenta propia, atrevimiento que sin duda tiene un gran mérito en los fundadores de la empresa (Yin Mingshan fue el creador) que decidieron no depender del estado para hacer sus negocios.

Ahora, la suerte de la empresa está en manos jóvenes: Mu Gang, el presiente de la compañía tiene apenas cincuenta años, pero sus objetivos son claros. Mañana sabremos cuál será la estrategia para llevar a cabo sus planes, pero mientras tanto, me señala el camino a sus representantes en el mundo. Para Argentina fue muy claro: “Somos la marca número dos, pero queremos ser la número uno y estamos trabajando para lograrlo”. El objetivo está fijado y la estrategia también. Solo falta esperar los resultados.

M7: en diciembre en Argentina

Lifan es una marca que se ha hecho famosa (como muchas otras de origen Chino) por desarrollar modelos “muy parecidos” a productos europeos, tal el caso de, por ejemplo, el Lifan 320 que comparte rasgos con el Mini Cooper.

Siguiendo con la lista de parecidos, una buena noticia para la Argentina: durante el mes de diciembre llagará al mercado local M7, un vehículo familiar con capacidad para siete pasajeros cuyo diseño toma inspiración en Ford S-Max. En el mercado global se ofrece con tres motores nafteros (1.4 turbo, 1.8 y 2.0) y hay versiones con transmisión automática de ocho velocidades, todas con frenos a disco en las cuatro ruedas. Muy probablemente sea la variante con propulsor 2.0 la que llegue a nuestro país.

Pand Auto

Claro que el 320 cobró vuelo propio y hoy en China es el modelo que le da entidad a un sistema de car sharing (alquiler de autos o de uso compartido) con unidades 330 EV a través de la empresa Pan Auto, propiedad de Lifan. Quienes deseen utilizar este servicio deben bajar la aplicación correspondiente (desde cualquier plataforma) y elegir las variantes disponibles (donde retirar la unidad, horario, etc.) que también contempla la posibilidad de reemplazar las baterías si fuera necesario (costo incluido en alquiler cuyo valor es de tres dólares por hora). El reemplazo de las baterías se realiza en tres minutos en las estaciones creadas para eso. Lifan 330 EV ofrece una autonomía de 120 kilómetros y puede alcanzar los 72 km/h.

Toquecitos de color

X50 es uno de los modelos que sostienen en desarrollo de Lifan en Argentina aunque en China están dándole forma a la nueva generación (en realidad, un simple restilyng). En nuestra visita a la planta de Chongqing tuvimos la oportunidad de tomar contacto con una modelo de experimental a la que no nos permitieron fotografiar, aunque sí tomamos fotos de las unidades camufladas que circulaban por la periferia de la planta.

El nuevo X50 muestra unos retoques estéticos tanto externos como internos que denotan una mejora en términos de calidad. Agrega pantalla flotante (tipo BMW), mientras que los materiales que recorren el interior parecen mejores. Atrás dos adultos viajarán con espacio suficiente para las piernas, aunque con la cabeza tocando el techo si miden 1,80 m de estatura.

También vimos el prototipo del nuevo X70, pero eso te lo cuento después de que lo manejemos mañana y el lunes.

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