Identificada desde hace casi una década como una división de alta gama de Citroën, DS tomó vuelo propio en 2014 y hoy ya es reconocida mundialmente como una tercera marca dentro del Grupo PSA.
A su pequeña gama comprendida por cuatro modelos (DS 3, DS 4, DS 4 Crossback y DS 5), todos ellos con carrocería hatchback, le faltaba sumar un integrante para el segmento de mayor crecimiento a nivel mundial, el de los SUVs. Y decimos que le faltaba, porque si bien hace tres años se lanzó el SUV compacto DS 6, aquél modelo fue desarrollado y comercializado específicamente en el mercado chino.
A días del lanzamiento mundial del DS 7 Crossback, tuvimos el privilegio de tomar contacto con la unidad que la marca trajo al país para exhibirla el pasado mes de junio en el Salón del Automóvil de Buenos Aires.
Esencial a los ojos
Para el desarrollo del DS 7 Crossback, los ingenieros aprovecharon la moderna plataforma modular EMP2 del Grupo PSA (base estructural que da vida a los Citroën C4 Picasso y los nuevos Peugeot 3008 y 5008) pero, como no podía ser de otra manera, DS impuso su impronta a la hora del diseño y los detalles.
Con un planteo completamente original, el resultado es un exuberante Sport Utility destinado al segmento D (grande), un exclusivo nicho donde tendrá que vérselas con los representantes de las marcas premium alemanas: Audi Q5, BMW X3 y Mercedes-Benz Clase GLC, entre otros.
Realmente tiene con qué hacerlo. Al menos ésa es la sensación que nos dejó el breve contacto que tuvimos con esta unidad de pre-serie, cuyas terminaciones puertas adentro no son las que tendrá el modelo definitivo, aún más refinado.
A simple vista, el estilo elegante y moderno se ve resaltado por llantas de gran porte y un nervio lateral que se traslada a lo largo de la carrocería y termina por esculpir las agresivas líneas de expresión del capó. Allí, en la trompa, gana protagonismo el sistema de iluminación full led, conformado por ópticas con cuatro módulos móviles con función iluminación en curva, entre otros modos.
En cuanto a sus dimensiones, mide 4,57 metros de largo, 1,62 de alto y 1,89 de alto, mientras que la distancia entre ejes es de 2,73 metros y la capacidad de carga del baúl de 555 dm3.
El habitáculo denota gran calidad y tecnología. La instrumentación es completamente digital, mientras que la consola central -con pocos botones y un diseño minimalista-, ofrece una enorme pantalla de alta resolución de 12 pulgadas de tamaño, además de un reloj de la marca BRM. Las butacas son amplias y disponen de ventilación y calefacción, además de función de masajes, al menos en las plazas delanteras. Atrás hay espacio suficiente para tres ocupantes.
Variedad y tecnología
Mundialmente, la oferta mecánica será muy variada. Entre los nafteros estará disponible el 1.2 PureTech de 130 CV (el mismo del C4 Cactus), con caja manual de seis relaciones, mientras que hay dos opciones del conocido1.6 THP (de 180 y 225 CV), en ambos casos asociados con una nueva caja automática de convertidor de par y ocho relaciones. Las dos versiones Diesel utilizarán el conocido motor 2.0 BlueHDi, con potencias de 130 CV y 180 CV, también asociados a esa misma caja automática.
Habrá que esperar su lanzamiento (estipulado para mayo de 2018) para conocer con qué configuración mecánica se ofrecerá el modelo en la Argentina.
Cabe mencionar que DS ofrecerá también en Europa una opción denominada E-Tense (híbrida enchufable), que combina el motor 1.6 THP de 200 CV con dos impulsores eléctricos de 80 kW con los que desarrolla una potencia total de 300 CV. Desde la filial local no descartan ofrecer en algún momento esta variante híbrida.
Tampoco está definido el nivel de equipamiento que tendrán las unidades que veremos en nuestras calles, aunque vale consignar algunas de las numerosas tecnologías desarrolladas por el Grupo PSA que estrena este modelo.
Entre ellas se destacan los sistemas de visión nocturna, de manejo semi-autónomo, y de escaneo del camino (denominado Active Scan): se trata de un radar ubicado en la parte superior del parabrisas, que se encarga de monitorear la superficie del terreno para modificar de manera anticipada la dureza de los amortiguadores.
