Los radiadores, se traten de horizontales de aluminio con tanques de plástico, verticales de cobre-bronce o de aluminio, todos requieren de un cuidadoso control. En primer lugar, hay que tener en cuenta cuáles son los principales enemigos de este elemento esencial para mantener la temperatura bajo control.
En primer lugar, se destaca la sal como uno de los mayores enemigos del radiador, ya que fomenta la oxidación del metal. Debido a eso, especialmente para aquellos que viven cerca de zonas marítimas o rutas saladas, se recomienda emplear un líquido refrigerante y anticontaminante de primera calidad, en proporción correcta y con agua destilada.
El fenómeno de la corrosión
Otro de los elementos que perjudican al radiador es la corrosión, que se puede producir de dos modos distintos: la electrólisis, un método que utiliza corriente continua para forzar una reacción química, y puede producirse en el sistema de enfriamiento del automóvil, aunque solo ocurriría cuando una corriente parásita ajena esté conectada a dicho sistema; la corrosión galvánica, ocurre cuando un metal ánodo está en contacto con un metal cátodo a través de una solución de electrolito. Este circuito ocasiona que el metal del ánodo se disuelva y sea transportado a través del electrolitio hacia el cátodo. En consecuencia, el primer metal es destruido. Este es el mecanismo por el que funciona una batería, pero es muy destructivo para los sistemas de enfriamiento de motores.
El líquido refrigerante puede actuar como una solución electrolítica, particularmente cuando es usada agua corriente en lugar de agua destilada y su anticongelante no es cambiado en los intervalos que figuran en el manual del automóvil. Los aditivos del líquido refrigerante proporcionan ayuda para proteger al sistema de este tipo de corrosión, pero sus propiedades disminuyen con el tiempo, por eso hay que respetar su vida útil. En el circuito refrigerante del vehículo están involucradas piezas de diferentes metales, es crucial utilizar agua destilada y líquido refrigerante de primera marca para evitar este proceso químico destructivo. También en el manual figura qué tipo de líquido refrigerante usar.
Si el radiador o el panal del sistema de calefacción presentan puntos de corrosión, especialmente negros, es muy probable que exista un problema de eletrólisis. Primero, se debe verificar el sistema con un volímetro, teniendo el motor en marcha y a temperatura de servicio (entre 50 grados a 95 grados, aproximadamente). Luego, colocar el negativo del volímetro en el negativo de la batería y el positivo en contacto exclusivamente con el líquido anticongelante del radiador sin tener contacto con otro componente o con el cuello de llenado del mismo radiador. Si la lectura es mayor a 0,3 voltios se deberá revisar el sistema eléctrico para detectar cables de masa fuera de posición. Si está por debajo de este rango, no hay problema de electrólisis.
Los anticongelantes de prestigio también tienen la composición adecuada para neutralizar estas cargas eléctricas en el sistema de enfriamiento, excepto cuando son excesivas, debido a malas conexiones en masa.
Líquido refrigerante, sustancia vital
Con respecto al radiador, en el caso de ser nuevo, siempre debe llevar líquido refrigerante nuevo, y nunca se deben mezclar diferentes tipos de este componente. Además, no se debe basar en el color del líquido como indicador de calidad. Por otro lado, los inhibidores de corrosión y aditivos extra con los que cuenta el líquido refrigerante van perdiendo sus propiedades con el uso. Si se va a reponer este componente en el motor, siempre hay que utilizar una mezcla de 50 por ciento de agua destilada y 50 por ciento del refrigerante nuevo.
Agua destilada vs agua corriente
El agua corriente tiene múltiples químicos y minerales que pueden generar efectos adversos sobre el radiador. Los minerales pueden acelerar la velocidad de la corrosión galvánica, mientras que los químicos pueden alterar el índice de acidez de una solución del líquido refrigerante o alterar las propiedades anticorrosivas y anticongelantes de los aditivos.
El aluminio es más afectado por el uso de agua corriente que el cobre o el bronce, debido a que es un metal menos noble que el cobre o el latón, y por eso es más susceptible a cambiar su composición frente a mayor cantidad de agentes químicos y ambientales. Por esa razón, es que el aluminio presenta fugas pequeñas.
El cobre es un metal muy estable, no se degrada fácilmente, aunque de todas formas los minerales del agua corriente pueden acumularse sobre él o sobre el bronce formando costras. Estas acumulaciones de sarro pueden obstruir conductos, sin llegar a tener pérdidas. Las obturaciones continúan en aumento hasta el punto de que las paredes de los tubos son rotas por sobrepresión, debiendo cambiar el panel del radiador por completo.
A pesar de que cuando se usa agua corriente, el radiador de aluminio tiene una enorme desventaja frente al cobre, este tipo de agua no debe utilizarse nunca. Si se debe usar agua corriente en caso de urgencia, aunque hay que asegurarse de vaciar el sistema completo de refrigeración del motor tan rápido como sea posible, colando nuevamente la mezcla de líquido refrigerante y agua destilada. El radiador y todo el sistema de refrigeración, además del motor van a apreciar este cuidado.
El radiador del motor, que parece ser una pieza estática y poco problemática en los autos, guarda mucho más secretos técnicos y una historia que nace prácticamente con la del automóvil, ya que se comenzó a utilizar en épocas muy tempranas del vehículo sin caballos.