El domingo por la tarde ocurrió un choque entre una pick-up y un camión que tuvo como saldo la muerte de al menos nueve personas, de las cuales cuatro eran niños. El siniestro vial sucedido en la ciudad de Carmen de Areco, en el cruce de la Ruta Nacional 7 y la Ruta Provincial 15, desnuda una realidad, que es la falta de prudencia al volante y también una falla en los controles.
De otra forma cómo se explica que a bordo de la camioneta involucrada viajen 16 ocupantes, muchos de ellos en la caja de carga, que como consecuencia del impacto fueron despedidos hacia el asfalto.
Hace unos días, la Agencia Nacional de Seguridad Vial informaba que, durante el Operativo Verano, se controlaron 1.148.653 vehículos, y por medio de los radares estadísticos, se detectaron 13.711 vehículos circulando con exceso de velocidad.
De las 6.870 infracciones labradas a lo largo y ancho del territorio nacional, el 39% fueron por falta de documentación obligatoria (licencia, DNI, cédula verde/azul y/o seguro); el 26% falta de revisión técnica obligatoria, y el 10% por alcoholemia positiva. En menor medida figuran las infracciones tales como la no utilización de las luces obligatorias (6%) y la falta de elementos de seguridad (5%).
Por lo visto en la tragedia de Carmen de Areco y otros hechos que suceden a diario, la tarea de los organismos de control parece resultar insuficientes, ya sea por falta de recursos o porque habría todavía autoridades que miran para otro lado.
Por otra parte, a pesar de las inversiones que el Gobierno nacional está haciendo en materia vial con el arreglo y la creación de rutas y autopistas, evidentemente todavía hay una clara ausencia estatal en lo que tiene que ver con la educacíon de la población para desterrar costumbres arraigadas desde hace varias décadas, y que lo único que hacen es llevar a inocentes a la muerte a partir de incidentes que podrían ser fácilmente evitables solamente aplicando el sentido común y algunas normas básicas de conducción.