Campeón del Mundo de F.1 con Mercedes en su 11ra. temporada, Nico Rosberg nació el 27 de junio de 1985 en Wiesbaden, Alemania, pero se crió y estudió en Mónaco (en el exclusivo Ecole Internationale de Monaco, situado debajo de las instalaciones que ocupan el paddock de la F.1 cuando hay carrera allí). Recordó en una entrevista que le hiciéramos para Parabrisas: “Cuando era niño, cada año, en mayo, abría las ventanas para ver a los F.1 en la calle, y cuando mi madre me llevaba a la escuela, todos los días pasábamos por el Túnel. Ahora, una vez por año paso solo por allí, sin mi madre y a 300 kilómetros por hora”.
A sus cuatro años condujo un Jeep Laredo del ’78, y tenía cinco años cuando, un domingo de F.1, desde el barco de un amigo, divisó el casco amarillo de Ayrton Senna, el primer piloto que vio en pista, en su mítico McLaren blanco y rojo: “Esa imagen tan fuerte despertó mis deseos de ser un día piloto de F.1”, nos contó en una oportunidad.
Su debut en la F.1 se produjo en Bahrain 2006 con Williams, equipo en el que estuvo hasta 2009, y en 2010 pasó a Mercedes para ser compañero de equipo de Michael Schumacher. Fue más veloz que el siete veces campeón, pero las cosas no fueron tan sencillas cuando en 2013 se incorporó al equipo Lewis Hamilton, con quien creció deportivamente y fuera un gran amigo.
Con 30 poles y 23 triunfos -9 de los cuales los logró en esta temporada, mientras que Hamilton consiguió 10-, Rosberg aventajó a Hamiton por 5 puntos, es el campeón número 33 de la historia de la F.1, y el tercer alemán en lograrlo (lo precedieron siete veces Schumacher y cuatro Sebastian Vettel). Pero acaso lo más importante: emuló por fin a su padre, Keke, 34 años más tarde, puesto que éste se coronó con Williams en 1982. El otro único campeón que ostenta este privilegio es Damon Hill, hijo de Graham Hill.
Por Silvia Renée Arias, especial para Parabrisas y www.dosenlauno.hol.es
